El sector eléctrico se enfrentará en los próximos años a cambios sin precedentes. El mercado mundial de energía se encuentra en pleno proceso de trasformación hacia un modelo mucho más abierto y competitivo. Las compañías va a tener que afrontar una serie de nuevos retos que van más allá de los tradicionales -apagones, problemas en sus infraestructuras provocados por fenómenos naturales como tormentas, huracanes, etc-.

Esos nuevos desafíos están relacionados con el aumento de las amenazas de ciberseguridad; los cambios en el comportamiento de un consumidor cada vez más exigente; la evolución hacia una generación eléctrica descentralizada; la entrada de nuevos competidores y con la popularización de los equipos de almacenamiento de energía doméstica -en inglés behind the meter (BTM)-.

Según el último análisis de Strategy&, la consultora estratégica de PwC, sobre las principales tendencias que marcarán el sector de energía en 2016, la tecnología jugará un papel fundamental para poder afrontar con éxito todos esos desafíos. Y especialmente las que tienen que ver con el almacenamiento energético. Estas tecnologías permiten almacenar energía a lo largo de la cadena de suministro, ya sea a gran escala (hidroeléctrica reversible –bombeo-, almacenamiento térmico), a través de redes con pilas, baterías y condensadores; o, incluso, a nivel de usuario final gracias a baterías, superconductores o volantes de inercia. Las tecnologías de almacenamiento energético tiene cuatro grandes ventajas:

  • Contribuyen a integrar una mayor cantidad de energía renovable intermitente a la red eléctrica.
  • Potencian los esfuerzos para satisfacer las exigencias de consumidores y de reguladores en relación a la resistencia, la fiabilidad, el fomento y la difusión de las energías limpias, como por ejemplo las estaciones de carga de vehículos eléctricos.
  • Pueden corregir déficits de capacidad durante los picos de demanda, ya que permiten posponer o aplazar las costosas mejoras en las líneas de transmisión y distribución de electricidad de alta tensión.
  • Proporcionan niveles más altos de fiabilidad y seguridad, gracias a un mejor control control de la tensión y de la frecuencia introducida por generación intermitente.

Se prevé que el mercado de almacenamiento de energía se multiplique por cuatro hasta alcanzar los 6.000 millones de dólares

Estos beneficios potenciales se pueden traducir en un fuerte crecimiento del mercado de almacenamiento de energía que, para 2020, se prevé que se multiplique por cuatro hasta alcanzar los 6.000 millones de dólares en todo el mundo.

A las grandes compañías del sector no les queda más remedio que empezar a apostar y explorar este tipo de tecnologías. Pero invertir en ellas no siempre es sencillo, ya que son más costosas que otras alternativas convencionales de gestión y distribución. Sin embargo, sus costes -tanto de diseño como de producción- están disminuyendo rápidamente gracias a su escalabilidad y a la innovación que aportan los nuevos entrantes provenientes de otros sectores como el tecnológico.