Alrededor del mundo, las empresas del sector industrial ya están digitalizando sus funciones esenciales tanto dentro de su cadena de valor interna, como a lo largo de la cadena de suministro y en la relación con sus socios comerciales. En cambio, las compañías industriales españolas están claramente por detrás de las del resto del mundo en materia de digitalización.

Si a nivel global las empresas del sector industrial han pasado de las palabras a la acción, en nuestro país todavía no estamos en ese escenario. Así lo refleja el informe Industria 4.0, que hemos elaborado a partir de entrevistas a 2.000 directivos de compañías del sector en 26 países -45 españolas-. El estudio concluye que solo el 8% de las empresas industriales de nuestro país –automoción, aeroespacial, electrónica, química, papeleras, metalúrgicas, constructoras y de transportes y logística- se encuentran en un nivel de digitalización avanzado, muy lejos del 33% del sector a nivel global.

Solo el 8% de las compañías industriales españolas se encuentran en un nivel de digitalización avanzado, 25 puntos por debajo de la media global, situada en el 33%.

Para más inri, la velocidad de este proceso de digitalización en los próximos años será también menor en España. En 2020, se espera que, en el mundo, las compañías industriales digitalmente avanzadas hayan aumentado hasta suponer el 72% del total. En cambio, en España esta cifra sólo alcanzará el 19%.

Pero, ¿qué ventajas tiene la digitalización para las empresas industriales? Según el informe, tiene muchas Y todas ellas muy tangibles. Tan tangibles como, por ejemplo, un incremento adicional de los ingresos. De los resultados del documento se desprende que, a nivel global, las compañías industriales digitalmente avanzadas experimentarán un incremento adicional de su facturación del 2,9% de media anual en los próximos cinco años. En conjunto, podríamos estar hablando de unos ingresos de 493.000 millones de dólares en todo el mundo. En España, sin embargo, como consecuencia de la lentitud del proceso de digitalización de nuestra industria este impulso adicional de los ingresos será sustancialmente menor y se situará en torno a un 1% de media anual en los próximos cinco años.

La aplicación de las tecnologías digitales en los procesos industriales y de fabricación también tendrá efectos directos en materia de reducción de costes y de eficiencia. El conjunto de las compañías industriales encuestadas estima que esta reducción de los costes operativos se podría situar, de media, hasta 2020, en el 3,6% -unos 491.000 millones de dólares- y sus niveles de eficiencia podrían aumentar en ese periodo un 4,1%. En el caso del sector industrial en España, de nuevo, esta rebaja de los costes será también inferior, en torno al 2%, y el incremento de la productividad del 2,2%. La digitalización necesita de importantes inversiones. El informe revela que en los próximos cinco años las compañías industriales de todo el mundo esperan dedicar en torno a 907.000 millones de dólares para integrar las tecnologías digitales en sus cadenas de valor de forma tanto vertical –dentro de las empresas- como horizontal –en su relación con terceros-. El 55% de los encuestados espera amortizar esta inversión en un periodo no superior a los dos años. Pero, ¿cuáles son los principales obstáculos que están ralentizado la digitalización de las empresas industriales españolas? Para la gran mayoría de los directivos españoles encuestados -76%- la falta de una cultura digital y de la formación adecuada, es un lastre importante, seguida de la ausencia de una visión clara de las operaciones digitales y del liderazgo de la alta dirección –para el 64%- y un conocimiento confuso de los beneficios económicos de invertir en tecnologías digitales -56%-.

En cualquier caso, las empresas industriales españolas deben apostar firmemente por procesos de transformación digital para mejorar la eficiencia y el aumento de la productividad, integrando y optimizando la gestión de las cadenas colaborativas de valor entre empresas. No solo eso: la digitalización e interconexión de productos y servicios (como, por ejemplo, los servicios asociados a internet de las cosas) puede ayudar a las empresas a alcanzar sensibles incrementos de sus ventas.