Al igual que los países, las empresas han funcionado tradicionalmente bajo la dirección de un líder único. Pero en los últimos años cada vez más compañías —como Bed Bath & Beyond, Imax y Whole Foods— apuestan por una estructura de dirección formada por dos CEOs.

Los autores de un reciente estudio sobre el impacto de este sistema de doble CEO en el ROE (rentabilidad sobre recursos propios) de las empresas concluyen que existe una compleja relación entre la bicefalia y la rentabilidad de las compañías. Por ejemplo, los resultados son mejores cuando existe un primus inter pares. Los sistemas de gestión basados en dos CEOs benefician más a la empresa cuando existe una clara diferencia de poder entre ambos líderes, es decir, cuando uno de los dos tiene mayor influencia en la toma de decisiones estratégicas.

Pero para que este sistema funcione bien es necesario dar con el equilibrio adecuado. Si la diferencia de poder entre los CEOs es demasiado grande, los resultados se resienten. Esto hace pensar que si el nivel de influencia de los CEOs es muy distinto se genera una situación de desconfianza y de falta comunicación que afectan negativamente a los resultados de la empresa.

En el citado estudio, se analizaron a 71 compañías cotizadas de Estados Unidos que durante los últimos diez años contaron con un sistema de doble CEO durante un periodo de tiempo significativo. Para el estudio se tuvieron en cuenta una serie de factores como la deuda a largo plazo de las empresas, el número de empleados, el nivel de actividad en materia de adquisiciones, el grado de independencia de los miembros del consejo, el periodo de tiempo en el que los CEOs compartieron la dirección y la diferencia de edad existente entre ellos.

Cuando una compañía está dirigida por dos CEOs, compartir el poder a partes iguales no siempre genera mejores resultados

También se cuantificó el poder de cada uno de los líderes basándose en su salario, la antigüedad dentro de la compañía y las acciones que tenían de la empresa y si ocupaban además la presidencia del consejo de administración.

El informe muestra que cuando los CEOs comparten el poder a partes iguales las empresas tienen un ROE ligeramente negativo en el periodo inmediatamente posterior.  O sea, que al tener el mismo peso en las decisiones estratégicas los resultados de las compañías podrían verse lastrados.  

Sin embargo, a medida que el peso entre ambos CEOs variaba el ROE iba aumentando hasta alcanzar un crecimiento del 243% durante el periodo de diez años analizado en el estudio. Un dato que refuerza un modelo bicéfalo pero en el que uno de los CEOs tenga mayor peso en la toma de decisiones. Pero, también sucedía, que en un cierto momento, a medida que este desequilibrio de poderes se agudizaba demasiado el ROE volvía a caer, y lo hacía ostensiblemente -hasta un 209%-.

Existen múltiples razones por las que puede resultar adecuado tener dos CEOs en una compañía. En unas ocasiones, puede que dos empresas que se acaban de fusionar quieran mantener ambos líderes frente de sus respectivas organizaciones. En otras, por tratarse de un negocio familiar. En estos casos, se debe analizar detenidamente cómo se distribuyen el poder y la responsabilidad entre los CEOs.

En definitiva, y como concluye el análisis, “los consejos de administración deben ser conscientes de que las estructuras de dirección compuestas por dos CEOs, si no existen unas claras diferencias en el poder mantenido por ambos directivos, pueden convertir a la empresa en un monstruo de dos cabezas“.