Ayer cerró sus puertas el Mobile World Congress. Y lo verdaderamente importante del congreso no fueron las disputas políticas e institucionales, ni siquiera el temporal de frío que se abatió sobre Barcelona, sino el intenso debate que su celebración suscitó sobre el estado actual de las tecnologías y su impacto en la vida de las empresas y de los hogares.

Más que nunca, el MWC de este año fue una cumbre de la revolución digital, en la que PwC participó activamente, tanto a través de distintas intervenciones (ver programa de actividades) como con la publicación de tres informes sobre temas de tanta actualidad como el futuro de las operadoras de telecomunicaciones (A tale of two telecoms), la comoditización de la industria (Grasping at differentiated straws) y la redefinición del concepto de teléfono inteligente (The smarter phone).

Los dos primeros informes se centran en las perspectivas para la industria; el tercero se orienta más hacia el cliente. Estas son algunas de sus principales conclusiones, algunas de las cuales fueron sometidas a debate durante el congreso:

  • Las operadoras de telecomunicaciones tienen que moverse y elegir su modelo de negocio. O se convierten en utilities y realizan grandes inversiones en redes e infraestructuras para facilitar la conectividad y el uso de la banda ancha, o bien enfocan su negocio hacia las necesidades del consumidor digital, es decir, hacia los datos, los contenidos y la experiencia de cliente. Son dos estrategias bien diferentes y que mezclan mal en una única compañía, por lo que lo más aconsejable es optar por una de ellas.
  • La comoditización de la industria de las telecomunicaciones sin cables es una tendencia imparable, para alborozo de los clientes y desgracia de las empresas, que observan como sus ingresos por usuario continúan cayendo (un 3% en 2017 y un 34% en la última década). Sin embargo, algunos nichos del mercado resisten a esta tendencia y han conseguido mantener un cierto nivel de diferenciación, con el consiguiente efecto beneficioso sobre su negocio.
  • El teléfono móvil del futuro estará marcado por el uso masivo de la inteligencia artificial y por la entrada en escena de las redes 5G, que empezarán a generalizarse a lo largo de 2019. La combinación de ambas tecnologías permitirá el desarrollo en los terminales de las interfaces por voz, que convivirán con las táctiles. En esta tendencia encaja el anuncio de Telefónica del lanzamiento de Aura, un motor cognitivo que se interpondrá entre la red y el cliente y que entre otras muchas cosas permitirá interactuar con el teléfono móvil a través de la voz.
  • La inteligencia artificial también revolucionará el actual ecosistema de aplicaciones, que se orienta hacia la agregación. Actualmente seleccionamos y descargamos las aplicaciones de forma individual. En el futuro, no habrá necesidad de ir abriendo diferentes apps sino que el teléfono podrá deducir autónomamente nuestras necesidades y actuar en consecuencia para satisfacerlas. Por ejemplo, podemos imaginar una aplicación de fitness que se conecta por su cuenta con nuestra agenda para encontrar el mejor momento para entrenar, que envía después los datos del ejercicio a la app de salud y que también enlaza con el programa de recompensas de la empresa de fitness.

Novedades y tendencias que pueden cambiar las estructuras de la industria y también nuestra forma de vivir. Este año, el MWC de Barcelona ha demostrado que la revolución tecnológica ya está aquí y que al sector de telecomunicaciones le ha llegado el momento de aprovechar las oportunidades que de ella se derivan.