El sector sanitario ha respondido con una celeridad impresionante al shock producido por la pandemia. Prácticamente, de la noche a la mañana, migró gran parte de sus servicios a plataformas virtuales y tecnologías digitales para poder seguir atendiendo a pacientes a pesar de las restricciones. Los distintos players de la industria han mejorado sus capacidades de análisis de datos para poder responder a las nuevas necesidades sanitarias, al comportamiento de los consumidores y la economía. El desarrollo de herramientas digitales ha ayudado a las empresas a ser capaces de testar rápidamente qué medicamentos funcionaban contra el coronavirus, y han contribuido al velocísimo desarrollo de las vacunas. Este trabajo también ha puesto de manifiesto las debilidades de la cadena de suministro del sector.

Pero, antes de que la COVID-19 alterara el curso de la historia, ya había una serie de transformaciones que estaban impactando en los paradigmas tradicionales del sector, y que seguirán haciéndolo en los próximos años: un mayor enfoque en el bienestar y la prevención de enfermedades, el empuje por desarrollar curas además de tratamientos, la compensación económica basada en los resultados en lugar de solo basada en la atención, nuevos desarrollos en terapias génicas y medicina de precisión, convergencia entre sectores, y una enfoque mayor en la experiencia del paciente, de principio a fin.

El despliegue desorganizado de los programas de vacunación contra el coronavirus en muchos países ilustra cuánto queda para aprovechar realmente el poder de los datos y su análisis

Por supuesto, también existen problemas, que se mezclan con estas tendencias: los costes excesivos de la atención sanitaria en gran parte del mundo; las grandes desigualdades existentes; la falta de transparencia, la difícil interoperabilidad y poca colaboración; y una falta general de confianza hacia el sector en su conjunto.

Teniendo en cuenta todas estas cuestiones, en su último informe, PwC analiza los 4 temas que más deberían preocupar, a día de hoy, a los grandes proveedores de servicios sanitarios, a las aseguradoras, a las farmacéuticas, a las nuevos competidores y a toda la fuerza laboral. Para definirlos, en enero de 2021 encuestamos a más de 10.000 personas en 10 países, y nos entrevistamos con directivos de esta industria. Conozcámoslos.

1. Avances en el cuidado virtual

Tras el pico en el uso de la atención virtual producido en la pandemia, la buena acogida de los consumidores y el interés de los inversores indican que la demanda de este tipo de atención médica online seguirá siendo alta, una vez que la vacuna del COVID-19 se generalice.

Además, los avances tecnológicos y los hábitos de los usuarios juegan a su favor y también impulsarán este tipo de aplicaciones, que acabarán por hacerse un hueco importante en el sistema. Como resultado, los proveedores de atención sanitaria deberían desarrollar estrategias de atención virtual integrales, y con visión de futuro, que tengan sentido tanto desde la perspectiva comercial como de la atención al paciente.

¿Qué es lo próximo?

  • Evitar que se produzcan desigualdades en el acceso a la atención virtual entre las poblaciones vulnerables que no tienen los dispositivos móviles, la conectividad y la alfabetización digital necesarios para beneficiarse de ella.
  • Abordar la protección de la privacidad y la seguridad de los datos médicos, impulsando esfuerzos de ciberseguridad a medida que más personas aprovechan la telemedicina, utilizan aplicaciones de atención médica o dispositivos de seguimiento en remoto.
  • Facilitar el cambio dando oportunidades de upskilling, desarrollando las aptitudes digitales de la organización y ayudando a los empleados a adaptarse.

2. Aprovechando el potencial del análisis de datos

La COVID-19 ha sido la primera pandemia en la era de la inteligencia artificial y el big data. Sin embargo, cuando esta llegó, las organizaciones se vieron luchando por contar con la información básica para responder.

Igualmente, el despliegue desorganizado de los programas de vacunación contra el coronavirus en muchos países ilustra cuánto queda para aprovechar realmente el poder de los datos y su análisis. El reconocimiento de la importancia de estas herramientas para mejorar la atención médica, mejorar la experiencia del paciente y reducir costes está impulsando una convergencia entre el sector tecnológico, los servicios de salud y la industria farmacéutica.

¿Qué es lo próximo?

  • Aprovecha los datos para mejorar los resultados médicos reduciendo costes.
  • Impulsa colaboraciones entre los sistemas de salud, investigadores médicos, organizaciones comunitarias, farmacias, gobiernos, entidades locales y tecnología para ayudar a generar conocimiento a partir de los datos sanitarios y poder identificar tendencias, focalizar intervenciones e impulsar estrategias inteligentes.
  • Desarrolla una cultura basada en datos, en la que la información pueda utilizarse para generar nuevos insights.

3. Ensayos clínicos cada vez más digitales

La interrupción de los ensayos clínicos presenciales provocada por la pandemia obligó a los investigadores a adoptar tecnologías digitales y herramientas de atención remota para poder gestionar algunos aspectos de los ensayos de forma virtual. Por ejemplo, el reclutamiento de participantes, o el seguimiento de los ensayos.

En la Health Research Institute Survey de PwC, la enorme mayoría de directivos encuestados -un 93%- apuntó que los ensayos digitales tendrían más y más importancia en el futuro. Sin duda, las experiencias positivas durante la COVID-19 habrán incrementado este entusiasmo.

¿Qué es lo próximo?

  • Determinar qué estudios son adecuados para el modelo ‘digital’ y, en el caso de los ensayos descentralizados, examinar la viabilidad de realizarlos en ubicaciones no convencionales.
  • Medir qué ahorros se generarían con este tipo de pruebas.
  • No esquivar las preocupaciones de los consumidores. En la PwC Global Health Consumer Survey, un 23% de los encuestados dijeron no estar dispuestos a participar en ensayos remotos. Entre las razones que esgrimían estaban las preocupaciones sobre la confianza (30%), el tiempo que había que dedicarles (21%) y las preocupaciones sobre la salud (20%).

4. Cadenas de suministro más resilientes

La pandemia puso de relieve las debilidades de la cadena de suministro. En 2021, el foco estará puesto en dotarla de una mayor flexibilidad, una tarea que servirá para prepararnos para la eventual próxima crisis de salud pública, y para amortiguar otras interrupciones. Además, hacerlo provocará una serie de efectos positivos colaterales, incluyendo la creación de empleo y los beneficios ESG a través de la localización adecuada de la fabricación y la cadena de suministro.

¿Qué es lo próximo?

  • Considera localizar tu cadena. Ten en cuenta factores como el riesgo y la resiliencia, el desarrollo de un ecosistema más amplio, el análisis de costes vs beneficio, los incentivos fiscales y la disponibilidad de talento.
  • Cierra alianzas que te permitan innovar, que impulsen la resiliencia y que te ayuden en la distribución de tu producto.
  • Invierte en la fuerza laboral del futuro. Una que comprenda la tecnología y el poder de los datos, incluyendo la inteligencia artificial, o la automatización, cada vez más relevantes en las cadenas de suministro.