La irrupción de lo digital ha tenido un gran impacto en todas las industrias. Pero la de los medios y el entretenimiento ha sido especialmente sensible y gran parte de sus sectores han cambiado por completo por la generalización de Internet. Sin embargo, según nuestro último informe sobre la industria no es cierto el mito de la erosión digital. Es decir, aquella premisa que asegura que los medios online y la cultura de lo gratuito en la red han provocado una desaceleración del crecimiento y una pérdida de puestos de trabajo.
Por un lado, dicha desaceleración viene, en muchos casos, por los problemas de las grandes compañías de la industria (debido a su tamaño o estructura) para lanzar rápidamente nuevos servicios o productos, testarlos en el mercado, adaptarlos si fuere necesario y retirarlos en el caso de no obtener los resultados esperados. Esta es una de las máximas necesarias para avanzar en su transformación y aprovechar todas las potencialidades de la red.
Y, por otro lado, los datos indican que la digitalización más que penalizar a la industria le ha generado ingresos. Entre 2003 y 2013, los ingresos procedentes de lo no digital cayeron 14.000 millones de euros, mientras que lo digital aportó un crecimiento de 36.000 millones de euros.
Las compañías de la industria ya están estableciendo con éxito nuevos modelos digitales. Se prevé que los ingresos procedentes por los servicios de pago seguirán siendo su principal fuente de crecimiento, siempre y cuando continúen mejorando la experiencia de usuario. Quizá el caso paradigmático en este punto sea el FT. En 2001, el periódico decidió introducir la versión de pago para sus contenidos online. En la actualidad han alcanzado los 455.000 suscriptores (casi dos tercios de la audiencia total que paga por contenidos de diarios online) y en 2013 los ingresos procedente de lo digital representaban el 55% del total.
Aunque el camino emprendido va en la buena dirección, los mayores cambios provocados por la digitalización están todavía por llegar. Esos grandes retos tendrán que ver sobre todo con el recorrido que todavía tiene la adopción de la tecnología móvil -los teléfonos móvil con Internet crecieron un 42% en los últimos tres años-. En el futuro, los consumidores invertirán una mayor parte de su tiempo en los smartphones, por lo que las empresas de la industria tienen una muy buena oportunidad para potenciar sus contenidos, productos y servicios a través de esos dispositivos.
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