La brújula de los fondos europeos: tic, tac, tic, tac

El Plan Europeo de Recuperación (Next Generation EU) aportará a España en los próximos seis años 140.000 millones de euros (72.700 en subvenciones a fondo perdido y 67.300 en préstamos), sobre un total de 750.000 millones de euros para el conjunto de los países de la Unión Europa. El desafío es gestionar adecuadamente esa importante cantidad de dinero y asegurar que los fondos llegan a tiempo para apuntalar la recuperación de la economía. El Tribunal Constitucional alemán ha allanado esta semana el camino, pero el reloj corre y quedan muchos trámites por cubrir antes de que el primer euro se desembolse. En esta serie quincenal de informaciones de actualidad ofrecemos una recopilación de historias para entender cuándo, cómo, por qué y para qué llegarán los fondos.

Los jueces desbloquean el sí alemán

El Tribunal Constitucional de Karlsruhe decidió el pasado miércoles rechazar el recurso presentado contra la ratificación de la Decisión de Recursos Propios, que es un trámite legal imprescindible para aplicar el plan Next Generation. El fallo no es definitivo (el tribunal examinará el fondo de la cuestión en un plazo sin definir) pero despeja el camino para que el presidente alemán dé el sí y permita a la Comisión Europa emitir deuda para financiar las ayudas.

El veredicto se agradece en Bruselas, tanto por su sentido como por su rapidez, ya que había un cierto temor a que un alargamiento de las deliberaciones pudiera bloquear el proceso. Lo explican Financial Times y Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Ahora, lo que queda es que los países que todavía no han ratificado la Decisión de Recursos Propios (España ya la aprobó en marzo) lo hagan y el cronograma de las ayudas se pueda cumplir. No hay un plazo legalmente obligatorio para hacerlo, pero la Comisión Europea apremia para que todos los Estados miembros ratifiquen antes de final de mayo, de tal manera que la emisión de deuda pueda realizarse en junio y  los fondos empiecen a fluir en julio.

Polonia tiene una espina clavada y se la tiene que sacar

Tras el sí de Alemania, quedan nueve países por ratificar la Decisión de Recursos Propios: Austria, Países Bajos, Polonia, Irlanda, Estonia, Lituania, Rumanía, Bulgaria y Finlandia. El que más preocupa en Bruselas es Polonia, ya que la coalición gubernamental (Derecha Unida) está dividida. El partido mayoritario, Ley y Justicia, es partidario de ratificar para no poner en peligro la recuperación económica del país.

Sin embargo, sus socios se oponen; tienen una espina clavada porque creen que el primer ministro cedió en diciembre ante Bruselas y Berlín al aceptar condicionar la llegada de las ayudas al cumplimiento de las reglas y los valores europeos. A ver cómo se la sacan. Cuenta muy bien el lío la web Visegrád Post.

España apura los plazos

Inicialmente, el Gobierno tenía previsto aprobar el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a finales de marzo. Después, se fijó el 13 de abril como fecha probable para que el Consejo de Ministros diera el visto bueno. Más tarde, se dijo que sería el 20 de abril. Finalmente parece que será el 27, el próximo martes, cuando se apruebe el plan, solo tres días antes de que venza el plazo establecido por la Comisión para que los países los entreguen.

La secuencia de retrasos (la palabra maldita en la tramitación de las ayudas) nos da una idea de las dificultades que está teniendo el Gobierno para acabar de perfilar un plan que convenza en Bruselas. En esta carrera contrarreloj, el problema está en las reformas del mercado laboral y de las pensiones. La Comisión Europea exige más precisiones, pero el diálogo social está estancado e impide avanzar hacia un diseño más detallado.

Para desbloquear la situación, las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz se han reunido esta semana con el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis. El compromiso del Gobierno es tener aprobada una reforma laboral “ambiciosa” y “consensuada con los agentes sociales” antes de fin de año.

Una llamada a la calma

En medio de las dudas y negociaciones sobre las ayudas europeas, El Mundo publica una conversación con tres socios de PwC que forman parte de la Oficina de Fondos Europeos (Silvia Lacarra, líder del equipo, José Amérigo y Óscar Barrero).

En ella sostienen que, aunque los plazos son ajustados, no hay motivo para la alarma y descartan un escenario en el que el plan de España reciba una evaluación negativa por parte de la Comisión Europea, porque los contactos bilaterales son constantes. Sí puede haber, en su opinión, cuellos de botella operativos y legales que dificulten el despliegue del programa, porque nunca se ha gestionado en España una inversión tan voluminosa.

Draghi desvela su plan, pero hay dudas sobre el calendario

El diario británico Financial Times adelantó está semana muchos detalles del plan de recuperación de Italia. El paquete que ha preparado el primer ministro Mario Draghi suma 221 millones de euros, bastante más dinero que el que preveía su predecesor, y las inversiones se concentrarán en las energías verdes, el ferrocarril de alta velocidad y la digitalización de la Administración.

Además, en su programa de reformas da prioridad a mejorar el sistema judicial, que es uno de los más lentos e ineficientes de Europa. Pero hay dudas de que Italia pueda cumplir con el compromiso de remitir el plan antes de finales de abril, por un problema parecido al que tiene España: la Comisión Europea ve falta de detalle y concreción en las reformas.

Portugal esprinta y llega el primero

Los países del sur, como Portugal, España y Grecia, cuyas economías están entre las más castigadas por la COVID-19, son los que en las últimas semanas tenían sus planes de recuperación más a avanzados.

Finalmente, el primero en presentarlo, con más de una semana de anticipación respecto a la fecha tope, ha sido Portugal, que además tiene este semestre el turno de presidencia de la Unión Europea.

La noticia fue saludada con satisfacción por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Bruselas tiene a partir de ahora dos meses para evaluar el plan, y después el trámite de aprobación pasará al Consejo Europeo, que dispondrá de un mes más.

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