Valor en movimiento, así está cambiando la movilidad sectores e industrias

Entre los problemas más urgentes y costosos de resolver del mundo hay uno tremendo. Tenemos entre 15 y 20 años para rediseñar todo nuestro sistema industrial y reinventar el intrincado y delicado conjunto de redes que nos alimentan, nos permiten desplazarnos, construir y fabricar los productos que usamos cada día. Si fracasamos en el intento, los efectos acumulados de los gases de efecto invernadero que emite el sistema industrial actual (originario del siglo XIX) impactarán irreversiblemente a las sociedades y a nuestro planeta.

La clave está en la movilidad

Lo positivo es que hay signos alentadores de progreso, y en ninguna parte se está produciendo un impacto mayor que en un sector tan vital y relevante como el de la movilidad, como consecuencia de la revolución tecnológica y climática.

La movilidad es la piedra angular de la riqueza de nuestras sociedades. En los sistemas de movilidad dinámicos se combinan las grandes inversiones, la innovación, el desarrollo tecnológico y el entorno regulatorio con un sentido de urgencia para poner en movimiento inmensas cantidades de nuevos espacios y reservas de valor.

1. Todo empieza con los coches

El sector del automóvil es la mayor industria del mundo desde el punto de vista de la fabricación y distribución, con casi 90 millones de unidades producidas en 2023. Y los coches son el núcleo de la movilidad, donde la reconfiguración del ecosistema y la reinvención de los modelos de negocio son más visibles. A medida que las tecnologías evolucionan el concepto de propiedad individual de un automóvil se puede sustituir, por ejemplo, por la idea de  movilidad como servicio -en inglés, mobility as a service-.

El ecosistema que se está desarrollando en torno a la movilidad eléctrica atrae por igual a los operadores tradicionales y a los emergentes, y está inspirando cientos de miles de millones de dólares de inversión en infraestructuras, capacidad de fabricación y nuevos productos y servicios.

Un progreso desigual

El desarrollo de los ecosistemas en torno a la movilidad eléctrica está siendo muy irregular en los distintos países y geografía debido, primero, a la gran cantidad de capital necesario, así como a otros factores como, por ejemplo, la lenta adopción de la tecnología.

Por ejemplo, en 2023, las ventas de vehículos eléctricos puros (BEV) en los 20 principales mercados crecieron un 28% con respecto al año anterior, según Strategy&, la consultora estratégica de PwC. Pero China, por sí sola, representó más de dos tercios de las ventas totales. Para 2024, los volúmenes, la penetración y el crecimiento previsto difieren mucho entre las economías más desarrolladas.

De la misma manera, si le damos un vistazo al desarrollo de infraestructuras de movilidad eléctrica vemos ritmos de avance muy diferentes entre países y territorios. El índice eReadiness, elaborado por Strategy&, mide el nivel de la preparación de los distintos mercados a partir de una serie de KPIs estructurados en cuatro grandes dimensiones -incentivos públicos, disponibilidad de infraestructuras, oferta y demanda-, deja patente esta heterogeneidad (ver gráfico).

2. Después vienen los aviones, los trenes y los barcos

Pero, por supuesto, la movilidad no se limita a los coches. Otros modos de transporte -en particular, la aviación, el ferrocarril y el transporte marítimo- están en sus propios viajes de transformación hacia las cero emisiones netas.

Los vuelos sostenibles

El combustible para la aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés), fabricado a partir de biomasa, ácidos grasos o procesos de conversión de energía en líquido, puede reducir las emisiones de carbono hasta en un 80%, en comparación con el combustible de aviación convencional. Se prevé que en 2024 la producción de SAF se triplique, pasando de los 600 millones de litros de 2023, a los 1.900 millones de litros. La producción tendrá que aumentar drásticamente en las próximas décadas para cumplir con los objetivos de cero emisiones netas, lo que requerirá la creación de cientos de instalaciones y una enorme capacidad de almacenamiento y de materias primas, así como las infraestructuras de distribución necesarias.

Desde 2019, Airbus utiliza SAF para operar su avión de transporte Beluga con fines de logística interna. La empresa está trabajando para que todos sus aviones sean capaces de volar con un 100% de combustible sostenible a finales de la década.

Descarbonizar el caballo de hierro

Muchos trenes ya funcionan con electricidad, lo que puede llevarnos hasta el objetivo de cero emisiones cuando consigamos que la energía proceda de fuentes renovables. Pero donde la electrificación no es una opción, las pilas de combustible de hidrógeno tienen el potencial de convertir el caballo de hierro del siglo XIX en un caballo de batalla sin emisiones. El Coradia iLint, fabricado por Alstom es el primer tren de pasajeros del mundo propulsado por una pila de combustible de hidrógeno. El tren regional con cero emisiones directas de carbono funciona desde 2018 en Alemania y se ha probado con éxito en otros países europeos. Las claves para seguir avanzando en esta dirección pasan por las ayudas públicas y la colaboración entre los distintos sectores.

El camino hacia la descarbonización del transporte marítimo requiere la creación de un nuevo y amplio ecosistema en torno a los productos químicos, las baterías, la construcción naval y los operadores portuarios. Pero las baterías diseñadas para los vehículos eléctricos no tienen potencia suficiente para el transporte marítimo de larga distancia. La empresa japonesa Ocean Network Express (ONE) está estudiando cómo el metanol o el amoníaco sin carbono podrían contribuir a resolver este problema. La compañía está encargando buques diseñados para funcionar con fuel oil, pero que se puedan adaptar para hacerlo con metanol. Forma parte de una empresa conjunta de la Autoridad Marítima y Portuaria de Singapur y seis socios fundadores, cuyo objetivo es aumentar el suministro y la infraestructura de combustibles ecológicos.

3. Diseña una estrategia audaz

Si tu compañía se desenvuelve en algunos de estos ecosistemas es importante contar con una estrategia clara y audaz que te permita subirte, sin sobresaltos, a la ola de la transformación que está generando la a movilidad eléctrica. Una estrategia que debe tener en cuenta tres cuestiones fundamentales:

  • Entiende los ecosistemas del futuro. Para la transición de la movilidad -y para las transiciones necesarias en sostenibilidad, tecnología y otras industrias- será fundamental aprovechar los distintos ecosistemas. La escala de las inversiones necesarias es tan grande, y la gama de capacidades y recursos para impulsar el cambio es tan amplia, que sólo una red de actores que colaboren intensamente podrá tener éxito. Si diriges una organización o supervisas su gestión, la tarea que tienes entre manos es imaginar el futuro ecosistema en el que vas a operar en el futuro.

    Más allá de comprender qué tipo de empresas desempeñarán qué funciones, hay que tener una visión clara de cómo van a cambiar los espacios de creación de valor. ¿En qué partes del ecosistema vas a centrarte? ¿Dónde tiene tu empresa más posibilidades de ganar basándose en sus capacidades actuales? ¿Qué valor vas a crear y  para quién? ¿Y con quién te vas a asociar para compensar tu falta de capacidades? Son algunas algunas cuestiones pertinentes.

  • Prepárate para reinventarte. Responder a las preguntas sobre cómo participarás en los ecosistemas probablemente te llevará a darte cuenta de que tienes mucho trabajo por hacer a nivel organizativo, de equipo e individualmente. Eso puede significar que debas ajustar las expectativas de los inversores sobre el calendario y el ritmo de las inversiones y sus beneficios. Es probable que los máximos directivos de estas compañías necesiten ampliar sus equipos para incluir a expertos en áreas emergentes que son fundamentales para el éxito futuro de su empresa, como la regulación del clima o la Inteligencia Artificial. Y en una época en la que aumenta las diferencias de cualificación y las expectativas de los empleados, tendrán que centrarse en asegurarse de que su plantilla está preparada para reinventarse.

  • Asume el cambio y la incertidumbre. En un mundo tan complejo e interdependiente como el nuestro, tendrás que hacer que todo el equipo directivo asuma el cambio, en lugar de poner a uno o dos líderes funcionales al frente del mismo. También necesitaras nuevos mecanismos que tengan en cuenta el hecho de que aún no existen respuestas a muchas preguntas. ¿Cómo monetizar de forma rentable la recarga de los vehículos eléctricos? ¿De dónde saldrán todos los recursos naturales verdes necesarios para construir millones de coches eléctricos? Esto pone aún más énfasis en la colaboración, tanto dentro de las compañías como dentro de los ecosistemas, para resolver los problemas.

Durante mucho tiempo, la idea de reinventar por completo la forma de moverse tanto las cosas como las personas se ha considerado como un ejercicio inútil. No se puede reinventar la rueda, reza un dicho popular. Pero si miramos en profundidad a las múltiples transformaciones que se están produciendo en torno a la movilidad vemos que, de hecho, estamos en pleno proceso de volver a inventar la manera en la que gira la rueda, y qué impulsa su movimiento. El resultado es un estimulante conjunto de oportunidades.


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