La financiación de las start-ups de tecnología climática está cayendo. Sin embargo, los inversores más a largo plazo están identificando oportunidades en este tipo de empresas que aprovechan la IA, desarrollan soluciones para adaptarse al cambio climático, e innovar en el ámbito de la energía.
Tres años después de que la inversión en tecnología climática alcanzará su punto más álgido, los inversores y las start-ups tienen cada vez más dificultades para cerrar operaciones. En los meses transcurridos entre septiembre de 2023 y 2024, los flujos de capital y el volumen de transacciones disminuyeron, hasta estar por debajo de los niveles registrados en 2019, antes de que el mercado despegara.
Sin embargo, el año pasado también trajo oportunidades para los inversores más experimentados. La inversión en tecnología climática se mantuvo firme en Estados Unidos, impulsada por la Ley de Reducción de la Inflación y por otras iniciativas políticas. Las empresas emergentes del sector de energía aumentaron su participación en la financiación de la tecnología climática. Y las empresas centradas en IA levantaron en los tres primeros meses de 2024, 1.000 millones de dólares más que en todo 2023: los inversores han visto el potencial de la IA para impulsar mejoras de productividad y eficiencia de todo tipo. La tecnología para la lucha contra el cambio climático y la resiliencia destacó aglutinando más de una cuarta parte (28%) de las operaciones cerradas.
Los análisis también ponen de relieve el papel que desempeñan las grandes empresas como inversores en tecnología climática. Sus fondos de capital riesgo y otras unidades de inversión han participado en aproximadamente una cuarta parte de las operaciones de tecnología climática durante los últimos años. Además, las empresas más grandes tienden a participar en operaciones de fase intermedia y final, clave para ayudar a las empresas climáticas a escalar. En aquellos sectores en los que las start-ups de tecnología climática atraen relativamente poca financiación -industria, alimentación y agricultura-, las grandes empresas podrían ayudar a impulsar la innovación necesaria para alcanzar los objetivos mundiales de emisiones.
Cambios en el sentir del mercado
A lo largo del año pasado, el aumento de los costes financieros y la incertidumbre de la situación económica influyeron en el mercado de inversión en tecnología climática. La financiación de la tecnología climática cayó un 29%, desde los 79.000 millones de dólares, entre el cuarto trimestre de 2022 y el tercer trimestre de 2023; y hasta los 56.000 millones de dólares en los cuatro trimestres siguientes. Los flujos de financiación del venture capital y del capital riesgo también disminuyeron en los mismos periodos, de 799.000 millones de dólares a 673.000 millones. En este contexto, la financiación de la tecnología climática se redujo el 9,9%, en el caso del venture capital y el 8,3% en el del capital riesgo.
Para los inversores, estas condiciones aumentaron la importancia de la disciplina. “El mercado ha madurado en el último año”, afirma Hampus Jakobsson, socio general y cofundador del fondo sueco de capital riesgo Pale Blue Dot. “Hay una mayor aceptación y creencia en torno al cambio climático, y esto se combina con una fuerte convicción en la necesidad de invertir centrándose realmente en la rentabilidad.”
Los datos sobre operaciones, tanto por su estado como por nivel de experiencia de los inversores, también muestran signos de ajuste del mercado. A medida que se producían menos OPVs y salidas a bolsa, la actividad se ha centrado en las operaciones en fase inicial, que junto con las operaciones en fase final representaron el 37% de todas que se desarrollaron en el ámbito de tecnología climática en los tres primeros trimestres de 2024, frente a alrededor del 20% en 2019. Mientras tanto, los inversores con menos experiencia en tecnología climática -los que habían participado en cinco o menos operaciones- representaron una parte cada vez menor del mercado este año.
Como excepción a esta ralentización, la inversión en start-ups estadounidenses de tecnología climática se mantuvo estable: 24.800 millones de dólares entre el cuarto trimestre de 2022 y el tercer trimestre de 2023, y 24.000 millones de dólares entre el cuarto trimestre de 2023 y el tercer trimestre de 2024. Los inversores atribuyeron la resistencia del mercado a iniciativas políticas como la ‘Ley de Reducción de la Inflación’ (IRA, por sus siglas en inglés), aunque queda por ver qué será de la IRA bajo la próxima administración estadounidense. “La IRA ha sido mágica en EEUU”, afirma Christian Hernández Gallardo, cofundador y socio de la empresa de capital riesgo 2150. “La cantidad de dólares invertidos gracias a ella es extraordinaria”.
La región Asia-Pacífico, por su parte, ha experimentado una reversión a la media a largo plazo, con una caída de su cuota de financiación del 19% en 2023 al 7% en los tres primeros trimestres de 2024.
La tecnología energética pasa a primer plano
La distribución de la inversión en tecnología climática entre sectores ha cambiado. Durante los tres primeros trimestres de 2024, las start-ups relacionadas con la energía se llevaron una parte ligeramente mayor de la financiación de la tecnología climática -cerca del 35%- que en 2023 (30%). Dos empresas dedicadas al hidrógeno verde y a los combustibles alternativos recaudaron más de 1.000 millones de dólares cada una, y más de 30 empresas de energías limpias levantaron al menos 100 millones de dólares cada una. El número de operaciones en fases intermedias de empresas emergentes relacionadas con la energía casi igualó al de operaciones en fases finales, un cambio que siguió la tendencia del mercado en general.
Por su parte, las start-ups de tecnología climática del sector industrial (que abarca la industria, la fabricación y la gestión de recursos naturales) registraron un descenso relativo de la inversión. Su cuota de capital invertido cayó del 17% en 2023 al 7% en los tres primeros trimestres de 2024. La inversión sigue siendo desproporcionada con respecto al problema: aunque el porcentaje de 2024 se acerca a la media histórica del sector, es mucho menor que el 34% que representan las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GHG, por sus siglas en inglés) producidas por el sector industrial.
Para los directivos de las empresas industriales, la necesidad de soluciones climáticas sigue siendo urgente. Irina Gorbounova, vicepresidenta de Fusiones y Adquisiciones y responsable del Fondo de Innovación XCarb de ArcelorMittal, un gran productor de acero, comenta que “se necesita mucho acero para casi cualquier tecnología de transición energética, desde las renovables a la nuclear, pasando por los vehículos eléctricos e incluso los centros de datos. Así que es vital que se aborden las emisiones de efecto invernadero del acero”.
Otros sectores se enfrentan a brechas similares, aunque menores, entre sus cuota de emisiones de carbono y el nivel de financiación. Los sectores de la alimentación y la agricultura (FALU, por sus siglas en inglés) representan grandes cantidades de gases de efecto invernadero y porcentajes comparativamente pequeños de inversión en tecnología climática. Sin embargo, en estos sectores con escasa financiación en relación con sus emisiones aparecen algunos puntos positivos. Cada vez se destina más capital a startups que trabajan en el hidrógeno verde y en la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés), dos tecnologías con gran potencial para reducir las emisiones.
Las soluciones basadas en IA ganan atractivo
Durante varios años, la IA ha sido un segmento especialmente activo del mercado de venture capital, y el entusiasmo de los inversores por la IA se ha trasladado a la tecnología climática. En 2023, las startups que trabajaban en tecnologías relacionadas con la IA representaron el 7,5% de toda la inversión en tecnología climática, por valor de 5.000 millones de dólares. Sólo en los tres primeros trimestres de 2024, recaudaron 6.000 millones de dólares, el 14,6% del total de la tecnología climática. Los principales segmentos de inversión fueron los vehículos autónomos (62% de la inversión relacionada con la IA) y las aplicaciones industriales en agricultura, hogares inteligentes y soluciones energéticas inteligentes (20%).
El futuro dirá si este auge de la IA da sus frutos. Los inversores nos dicen que creen en las capacidades de la IA en el análisis de datos, la modelización predictiva y la optimización para impulsar aplicaciones revolucionarias tanto en la reducción de emisiones como en la resiliencia climática. Enki Toto, director de Salesforce Ventures Impact Fund, lo explica así: “En la tecnología climática, donde a menudo se dispone de demasiados datos para procesarlos de forma eficiente o no se dispone de datos suficientes, la IA puede ofrecer soluciones que ayuden a gestionar mejor los recursos”.
Un estudio reciente realizado por PwC Alemania, Microsoft y la Universidad de Oxford describe el potencial de la IA para aumentar la eficiencia energética, reducir las emisiones y mejorar el rendimiento medioambiental en muchos sectores. Algunos ejemplos son la optimización de la refrigeración en los edificios, el reposicionamiento de las turbinas eólicas para generar más energía, el ajuste de la carga de los vehículos eléctricos para equilibrar la oferta y la demanda de energía y el ajuste de los procesos de fabricación.
Las start-ups también están creando sistemas basados en IA para apoyar la resistencia al cambio climático. Algunas de estas empresas emplean el aprendizaje profundo y la visión por ordenador para detectar, verificar y clasificar incendios forestales utilizando datos de satélites o sensores sobre el terreno. En agricultura, los tractores autónomos podrían permitir que los trabajos agrícolas tengan lugar incluso cuando hace demasiado calor para que la gente trabaje al aire libre.
El nivel de intensidad energética de la IA ha generado cierta preocupación sobre si el suministro de electricidad puede crecer lo suficientemente rápido como para seguir el ritmo de la demanda de los centros de datos, y también sobre si el aumento de la generación de energía provocará un repunte de las emisiones de gases de efecto invernadero. Algunas startups están trabajando en tecnologías que resuelvan estos problemas, como la refrigeración por inmersión o el reciclado del calor.
La prioridad por adaptarse al cambio climático emerge
En los últimos años, ha aumentado notablemente la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, como las tormentas que han asolado ciudades y costas o las olas de calor que han amenazado numerosas vidas. Y los fenómenos climáticos podrían seguir aumentando: la temperatura media en 2023 se ha elevado 1,45 °C respecto a la era preindustrial, y el 2024 va en camino a ser el año más caluroso jamás registrado.
Los inversores de venture capital han tomado conciencia de la necesidad de invertir en soluciones. Nuestro análisis muestra que en los tres primeros trimestres de 2024, alrededor del 28% de las operaciones de tecnología climática iban dirigidas a startups que trabajan en ofertas de adaptación y resiliencia (A&R, por sus siglas en inglés). (Las empresas de A&R crean productos y servicios, como seguros o refrigeración urbana, que ayudan a gestionar el calor, los incendios forestales, las inundaciones y otras crisis climáticas).
Alrededor del 10% de estas se centraron en actividades de adaptación y resiliencia. Otro 18% tanto en A&R como en la mitigación de emisiones. En total, las operaciones relacionadas con la adaptación y resiliencia supusieron el 12% del valor de las inversiones en tecnología climática. (La cuota de inversión en A&R es pequeña en relación con su cuota de operaciones, porque alrededor de dos tercios de las operaciones se encontraban en la fase inicial, que tiene un tamaño inferior al de las operaciones en fases posteriores).
Para algunos inversores, el diálogo político mundial ha contribuido a dirigir la atención hacia la adaptación y la resiliencia. Según Jay Koh, cofundador y director gerente de Lightsmith Group, “la adaptación se está generalizando gracias a la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP, por sus siglas en inglés) de Dubai del año pasado. Ahí es donde la comunidad inversora empezó a interesarse por la adaptación por primera vez”.
Algunos grandes actores financieros están apoyando esta política de adaptación y resiliencia. JPMorganChase, Nuveen y Wellington, entre otros, la han integrado en sus programas de inversión climática y de impacto. BlackRock ha declarado que está trabajando en un producto centrado en la adaptación.
Las grandes empresas impulsan el crecimiento
Las corporaciones que operan fuera del sector financiero son una parte fundamental del ecosistema de tecnología climática. Compran y utilizan estas tecnologías, licencian innovaciones o adquieren start-ups para aprovechar las oportunidades de crecimiento vinculadas a la demanda de soluciones climáticas. También financian start-ups de este ámbito, ya sea desde sus balances o a través de unidades de capital riesgo corporativo (CVC). En los últimos años, grandes empresas no financieras han participado en aproximadamente una cuarta parte de los acuerdos de tecnología climática: un 28% en los primeros tres trimestres de 2024, similar al 26% en 2023.
Las grandes empresas pueden ofrecer a las start-ups de tecnología climática un apoyo que difícilmente encontrarían en otros lugares: experiencia profunda en la industria para guiar decisiones estratégicas, redes y cadenas de suministro orientadas a soluciones climáticas, así como clientes interesados en estas tecnologías. Además, están dispuestas a realizar inversiones significativas para ayudar a las start-ups a escalar. Toto, del Salesforce Ventures Impact Fund, destaca que los CVC pueden invertir con horizontes a largo plazo, apoyando a las startups mientras desarrollan, prueban y consolidan su modelo de negocio.
Aunque la participación corporativa en las operaciones de tecnología climática se ha mantenido relativamente constante en los últimos años, ha cambiado y se dirige a etapas más avanzadas del ciclo de inversión. En los tres primeros trimestres de 2024, el 61% de las operaciones corporativas se realizaron en etapas medias o avanzadas, más del doble que en 2018 y significativamente más que el 33% entre los inversores del sector financiero en 2024. Este cambio refleja un interés creciente en escalar tecnologías climáticas probadas en lugar de apostar por tecnologías menos desarrolladas.
En términos relativos, las grandes empresas destinaron una mayor proporción de su actividad de inversión hacia soluciones de energía y movilidad durante los tres primeros trimestres de 2024, en comparación con las entidades financieras. Por ejemplo, las grandes corporaciones emplearon aproximadamente el 45% de sus flujos de financiación total a proyectos relacionados con la energía. En contraste, las firmas financieras apoyaron iniciativas energéticas con el 38% de sus fondos.
Esta distribución refleja, en parte, la tendencia de las grandes compañías a realizar sus inversiones en tecnologías climáticas dentro de sus propios sectores. Esto puede deberse a su intención de aprovechar su conocimiento especializado o acelerar soluciones a problemas que afectan a sus propias operaciones, clientes y cadenas de suministro. El análisis muestra que la mayor parte del capital en operaciones se dirige a startups enfocadas en la industria energética. De manera similar, una gran proporción de las inversiones de firmas industriales, como fabricantes de vehículos, se destina al sector de la movilidad.
El enfoque sectorial de las empresas en sus inversiones implica que el capital se distribuye de manera diferente al de otras operaciones. Las start-ups en sectores menos financiados y que requieren capital especializado podrían beneficiarse de considerar a los fondos corporativos junto con inversores de venture capital y capital riesgo.
Si algo nos han enseñado los últimos tres años es que los inversores probablemente no aumenten la inversión en start-ups de tecnología climática únicamente por el bien del planeta. Sin embargo, es evidente que la transición hacia una economía baja en carbono ya está en marcha, y que quienes se adelanten a esta transformación pueden generar un valor significativo. Explorar las oportunidades en tecnología climática destacadas en este informe—IA, adaptación y soluciones para sectores de altas emisiones—es una forma estratégica de obtener ventaja.