La nube híbrida y la multi nube son dos estrategias para gestionar las infraestructuras digitales y tecnológicas de una empresa u organización, combinando recursos de almacenamiento y computación tanto locales -también conocidos como nube privada-, como externos.

Una nube híbrida integra servicios en la nube pública (como Amazon Web Services o Microsoft Azure) con infraestructuras en la nube privada. El objetivo es aprovechar la escalabilidad y flexibilidad de los servicios en la nube pública para determinadas cargas de trabajo, mientras se mantienen los datos sensibles y los sistemas críticos en entornos locales, optimizando los costes entre ambos entornos.

En cuanto a la estrategia multi nube, ésta consiste en utilizar varios proveedores de nube pública para diferentes aplicaciones o cargas de trabajo. Esta opción busca evitar la dependencia de un solo proveedor y beneficiarse de las capacidades específicas que ofrece cada uno de ellos.

¿Qué problemas pueden resolver?

Las estrategias de nube híbrida y multi nube permiten dar respuesta a diversos retos. “Lo más importante es que ofrecen flexibilidad y capacidad de elección”, señala Scott Petry, socio de Servicios Digitales y en la Nube de PwC Estados Unidos. “Permite a las empresas seleccionar la solución en la nube más adecuada para cada carga de trabajo o aplicación”.

Las empresas de sectores altamente regulados, como los servicios financieros, la sanidad o las administraciones públicas, pueden estar obligadas a mantener ciertos datos de forma privada, mientras traslada otros, menos sensibles, a la nube pública. En estos casos, la estrategia híbrida resulta especialmente útil.

Por su parte, un entorno multi nube facilita la migración de datos y cargas de trabajo según sea necesario, favoreciendo la portabilidad y modernización de los datos, al tiempo que reduce la dependencia de un único proveedor.

Además, tanto la nube híbrida como la multi nube pueden facilitar el desarrollo del edge computing, acercando los datos y las cargas de trabajo a los lugares físicos donde se utilizan. Esto resulta especialmente relevante en sectores como la industria manufacturera avanzada, donde la velocidad y la latencia son factores críticos. En un sentido más amplio, los usuarios preocupados por la privacidad ya sean consumidores o empresas, pueden preferir no compartir ciertos datos en ubicaciones externas.

¿Cómo generan valor?

Al ofrecer una infraestructura flexible y neutral respecto a los proveedores, las estrategias de nube híbrida y multi nube permiten a las organizaciones desplegar rápidamente recursos de computación, experimentar con nuevas tecnologías y escalar según las necesidades. Esto puede reducir los costes asociados a la compra y mantenimiento de servidores que no siempre se utilizan, sin limitar la capacidad durante los picos de demanda.

“Por ejemplo,” explica Petry, “una empresa puede utilizar la nube pública para un proyecto experimental que requiere de alta escalabilidad, mientras mantiene los sistemas centrales de negocio en una nube privada por razones de seguridad. A medida que el proyecto crece, los recursos se pueden añadir o retirar a la nube sin interrumpir las operaciones.”

Estas estrategias flexibles fomentan la competencia entre proveedores, lo que puede impulsar la innovación, la diferenciación de productos y una mayor competitividad en precio. Sin embargo, aunque un enfoque multi nube elimina la dependencia de un solo proveedor, también reduce el poder de negociación, dado que el compromiso con cada proveedor es menor.

Entre otras posibles desventajas se encuentran una mayor complejidad operativa y la necesidad de trasladar datos entre distintas nubes para diferentes procesos. Además, tras el aumento de ciberataques relacionados con la nube en los últimos años, la seguridad puede ser un factor clave en la toma de decisiones.

¿Quién debería prestar atención?

Estas estrategias pueden aplicarse en diversos sectores y unidades de negocio, pero requieren coordinación y supervisión para evitar una proliferación innecesaria de proveedores de servicios en la nube. Los directores de sistemas (CIO), de tecnología (CTO), financieros (CFO), de seguridad (CISO) y de operaciones (COO) deben colaborar estrechamente para definir la combinación más adecuada y optimizar los costes.

¿Cómo pueden prepararse las empresas?

Muchas organizaciones ya cuentan, de hecho, con arquitecturas híbridas o multi nube. Las decisiones estratégicas y tácticas clave están relacionadas con la selección del mix adecuado de proveedores, la negociación efectiva de precios y la asignación de tareas y cargas de trabajo a la nube pública o privada más apropiada. Para la mayoría de las organizaciones, el verdadero desafío ya no es la migración a la nube, sino la modernización efectiva de su infraestructura en la nube.