Que la inmigración seguirá creciendo en los próximos años es un hecho. La cuestión es intentar predecir sus efectos, ¿cuáles serán sus consecuencias desde un punto de vista económico y empresarial? Según las opiniones de más de 350 expertos, directivos y empresarios recogidas en nuestro último Consenso Económico, los flujos migratorios tendrán efectos positivos –siempre y cuando se gestionen de forma adecuada- para la economía europea cuyas sociedades, especialmente las de la Unión Monetaria, están envejeciendo a una velocidad vertiginosa.
Sin embargo, ningún Estado europeo podrá afrontar por sí solo el desafío de la inmigración y será necesaria una verdadera política migratoria comunitaria que contemple mecanismos de toma de decisiones que vinculen a los Estados miembros. Los expertos coinciden en que la política de aceptación selectiva de los refugiados políticos y el rechazo generalizado de la inmigración económica no es viable a medio plazo. En este sentido, un 77% de ellos considera que es acuciante buscar y aceptar la entrada de inmigración joven y cualificada para hacer frente al problema de envejecimiento y a los problemas que provocará sobre el empleo y los sistemas de pensiones.
Uno de los principales problemas a la hora de gestionar con éxito los flujos migratorios, tanto los actuales como los venideros, es la falta de gobernanza de la UE en esta materia, que se ha puesto especialmente de manifiesto a partir de las oleadas migratorias que, desde el verano, buscan entrar en el Espacio Shengen. Para los expertos, Alemania y Holanda son los países que más se pueden beneficiar de la actual entrada de refugiados políticos en la UE, mientras que Hungría y la Grecia son los Estados donde estos efectos podrían ser más perjudiciales.
En relación con el efecto de la actual crisis de los refugiados políticos a los países europeos, es imprescindible que la Unión Europea, entre otras medidas, refuerce la cooperación internacional en las zonas de origen de la inmigración económica, la lucha policial y fiscal contra las mafias o el presupuesto tanto para las operaciones de rescate y control de la migración en el Mediterráneo como para gestionar los flujos de entrada y salida en los campamentos de refugiados de Turquía, Líbano y otros países.
Una vez que los inmigrantes económicos o refugiados políticos han entrado ya en un país europeo, las medidas más importantes que hay que poner en marcha son, en opinión de los expertos, la asistencia, las ayudas para su formación profesional y la reforma de los procedimientos administrativos de reconocimiento del estatuto de refugiado.