En menos de dos décadas, a las ciudades españolas no las conocerán “ni la madre que las parió”. Habrán emprendido una profunda transformación, impulsada por una serie de motores de cambio como el envejecimiento de la población, la fuerte competitividad en un entorno cada vez más global o las mayores exigencias de transparencia.
Estos factores de cambio provocarán la transformación, en ocasiones radical, de los modelos de desarrollo económico, las pautas de comportamiento social y los sistemas de gobierno. El alcance y la dirección de dichas transformaciones dependerán no sólo de la clase política y empresarial, sino también del apoyo que les presten los propios ciudadanos.
¿Pero cómo serán las ciudades españolas en 2033?
Madrid y Barcelona, las dos metrópolis nacionales, serán lugares multiculturales, con una amplia base productiva asociada al conocimiento, y estarán gobernadas de forma concertada y participativa. Las mejoras ambientales harán de ellas lugares más atractivos para vivir y trabajar, mientras que las innovaciones tecnológicas darán lugar a una sociedad metropolitana hiperconectada y conocedora de todas las facetas de la oferta urbana.
Las ciudades intermedias, aquellas cuya población se encuentra entre cien mil y un millón de habitantes como por ejemplo Málaga, Santander, La Coruña, Burgos y Vitoria, serán centros importantes de interacción social, económica y cultural. Seguirán siendo elementos esenciales en la estructuración de los sistemas urbanos al jugar el rol de intermediación entre el mundo rural y las grandes metrópolis y al promover el desarrollo armónico territorial.
Las ciudades turísticas, como Benidorm, Marbella o Salou, habrán acometido la transición hacia modelos más sostenibles. Serán bancos de pruebas para experimentar las innovaciones de la ciudad del siglo XXI. En ellas se experimentará con las nuevas tecnologías, aplicándolas a las infraestructuras urbanas, a las instalaciones turísticas, a la movilidad y a los espacios públicos. Durante su período vacacional, el turista estará relajado y predispuesto a probar y disfrutar de las innovaciones urbanas.
Tendremos Ciudades Innovadoras o en Reinvención, atrás quedarán los excesos y políticas fallidas que pusieron en peligro la sostenibilidad no sólo ambiental, sino también financiera, social y política de muchas ciudades en nuestro país.
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