Entre 2008 y 2014, el total de deuda emitida en dólares fuera de EE.UU pasó de 6 billones a 9 billones. Durante esos años, vivimos una política monetaria expansiva, a través de la venta de deuda pública con el fin de reducir tanto las tasas de interés a largo plazo como el coste de las exportaciones. De hecho, el valor del total de deuda emitida en dólares por los países emergentes se sitúa en torno a los 3,3 billones de dólares, lo que significa más del doble del PIB español en un año. Pero los tiempos están cambiando.
Según el Global Economy Watch, correspondiente al mes de mayo, la mejora de la economía estadounidense y el consiguiente fin de la política monetaria expansiva ha provocado que, en los últimos doce meses, el valor del dólar se apreciara un 20%, según el trade-weighted index, que mide el valor de dólar respecto al resto de monedas del mundo (ver figura 1). Según el informe, existen tres variables clave que impactan directamente en la sostenibilidad de la deuda de los países: los tipos de interés, el tipo de cambio y el crecimiento del PIB. La recuperación de la moneda norteamericana tiene un impacto en la mayoría de estas variables.
Ante este contexto, el informe analiza algunos de los riesgos derivados del fortalecimiento del dólar en los países que ha emitido deuda pública en esa moneda. Concretamente, evalúa algunas de las posibles consecuencias en los mercados emergentes con mayores ratios de deuda emitida en dólares. En general, las conclusiones son positivas pero con matices.
- Sudáfrica y Turquía en alerta máxima. Del grupo de cinco países -Brasil, Indonesia, India, Turquía y Sudáfrica- considerados como más vulnerables en términos macroeconómicos, solamente los dos últimos se mantienen en una situación de riesgo. Turquía y Sudáfrica han sufrido importantes salidas de capital en los últimos doce meses y mantienen altos niveles de déficit. De los dos, Turquía es la economía con mayor riesgo, ya que tiene el segundo mayor stock de deuda en moneda extranjera en relación con el PIB y, además, debe afrontar una refinanciación de una tercio de esa deuda este año. Sin embargo, los mercados financieros en Turquía mantienen, de momento, la calma.
- India, mejora; Brasil e Indonesia se mantienen en el punto de mira. India ha mejorado su posición en los últimos dos años gracias, en gran medida, a una política económica estricta. Además, los bajos precios del petróleo han contribuido a reducir el déficit de un 4,8% en 2012 al 1,4% del PIB el año pasado. Por todo ello, en la actualidad, India parece estar en mejores condiciones para afrontar un incremento en el precio del dólar.
Aunque Brasil e Indonesia no están incluidos entre los países con más riesgos, no hay que dejar de prestarles atención. Ambas monedas han tenido una depreciación de dos dígitos durante los doce últimos meses. Quizá, Brasil se encuentra en una situación más delicada, ya que debe hacer frente a los bajos precios de las materias primas y a un duro programa de austeridad para mejorar sus cuentas públicas. Además, las previsiones indican que la economía brasileña reducirá su tamaño en 2015, lo que podría tener un impacto en los ingresos de algunos negocios.
- El resto de países, aislados de los efectos de la subida del dólar. El documento señala que la mayoría de los países tiene una proporción relativamente modesta de la deuda pública denominada en dólares (véase figura 2). La proporción más alta es de alrededor del 16% en México. Esto pone de manifiesto que los gobiernos de economías emergentes tuvieron, en comparación con las empresas, menos necesidad de aprovecharse de la tentación de lograr crédito a bajo precio y, por tanto, tienen una exposición menor a los efectos de un fortalecimiento del dólar.
Más información | Global Economy Watch