Las técnicas de recogida y análisis de datos, desarrolladas en los últimos años, combinadas con el enorme número de smartphones utilizados en el ámbito laboral, suponen una gigantesca oportunidad para las empresas. Pero la idea de que las empresas recojan datos acerca de lo que hacen sus empleados en sus smartphones resulta inquietante para la gran mayoría, y, de modo inevitable, abre un orwelliano y poco alentador panorama de estrecha vigilancia de los jefes, monitorización de la eficiencia, o invasión de la vida privada del trabajador. Y, de hecho, diversos estudios han demostrado que empleados bajo un foco de monitorización sufren más estrés y son menos productivos.

Sin embargo, la realidad es que en buena parte, el mobile data analytics -Big Data recopilado a partir del uso del smartphone-, solo favorecerá a la empresa en la medida en que favorezca al empleado.

Este proceso resulta más comprensible si atendemos a lo ocurrido en el sector consumo. Es habitual que, por ejemplo, cuando estamos consultando el estado de un vuelo al extranjero, nos encontremos ofertas de alojamiento en ese lugar al abrir nuestro perfil en una red social. O reservar mesa en un restaurante y, acto seguido, recibir sugerencias de ofertas en locales cercanos.

Al principio, este tipo de situaciones generaban rechazo en el consumidor. Sin embargo, de modo progresivo y a medida que esa información resultaba de interés y hacía su vida más sencilla, su aceptación fue aumentando, y el consumidor fue dando permiso a más aplicaciones para recabar sus datos.

En una encuesta que realizamos el pasado mes abril, revelaba que, aunque pueda parecer sorprendente, la tolerancia de los empleados hacia el análisis de datos es menor entre los trabajadores más jóvenes, y aumenta a medida en que asciende la franja de edad. Un 68% de los encuestados aseguraba que estaría más dispuesto a aceptar la monitorización si con ello se vieran mejorías en su rendimiento (mejores herramientas, networking o productividad). Incrementar la calidad del personal de su empresa, o que los datos recogidos fueran anónimos, eran otras situaciones en las que los encuestados se mostraban más permisivos a la hora de ceder sus datos.

Así, no se trata de monitorizar la vida privada de los empleados, sino de comprender qué herramientas utiliza para trabajar. Los smartphones se han convertido en extensiones de nosotros mismos, por lo que recabar datos a través de estos dispositivos tiene que ver con tener un visión completa del trabajador. Por ejemplo, saber qué tipo de apps utiliza un empleado para buscar información útil para prepararse una reunión que tendrá la mañana siguiente, es una información muy útil para las empresa y que puede repercutir positivamente en el empleado.

Pero para que los empleados vean con buenos ojos que la compañía pueda utilizar estrategias de data analytics para recabar datos de, por ejemplo, sus smartphones profesionales, las empresas tendrán que poner de su parte…

Para empezar, explicando con claridad para qué necesitan esos datos y cómo planean recabarlos.

Además, sería conveniente que desarrollaran una Política de Uso Aceptable, en la que se detallara qué datos se van a recoger y cómo se van a usar, y ofrecer directrices acerca de cómo los trabajadores podrían acceder a sus datos. Deberían estar contempladas las peculiaridades legales de cada geografía, y por último, el documento debería estar abierto a la lectura de todos los interesados.

Por supuesto, las empresas deben poner todas las barreras de seguridad para evitar que esos datos acaben en manos extrañas. Y, por último, es muy importante la personalización; a los empleados no les interesa conocer “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, sino saber los siete hábitos de la gente más efectiva de su departamento.

Más información |  Opting in: How to win employee partners in mobile data analytics