A cualquier CEO le gustaría ser recordado por una visión y estrategia a largo plazo que contribuyera a colocar a su compañía en una situación de liderazgo en el futuro. Sin embargo, la presión por los resultados a corto plazo se interpone, con demasiada frecuencia, en el camino. En este sentido, no hay mejor ejemplo que la respuesta de los CEOs en relación con el cambio climático.
La mayoría de CEOs reconocen que la lucha contra el cambio climático es un tema importante y que, tanto a corto como a largo plazo impactará en su negocio. Sin embargo, la gran mayoría de consejeros delegados acaban reduciendo su respuesta a estrategias cortoplacistas, abordando, por ejemplo, iniciativas de eficiencia energética para hacer frente a los altos costes energéticos. De hecho, en nuestra última encuesta CEO Pulse, que analiza las opiniones y estrategias en la lucha contra el cambio climático de los altos ejecutivos, un 61% de los CEOs apunta al aumento de los precios de los recursos energéticos como su mayor preocupación en este campo.
Sin embargo, la lucha contra el cambio climático puede impactar en las compañías mucho más allá de los costes energéticos. No afrontar la lucha contra el cambio climático con una visión más estratégica y estableciendo objetivos a largo plazo puede, entre otras consecuencias, reducir la fiabilidad y seguridad de sus cadenas de suministro e incluso cambiar las demandas de sus clientes.
El análisis muestra que para que los altos ejecutivos no se centren en cuestiones cortoplacistas e impulsen un cambio real en sus modelos de negocio y estrategias, son necesarios, al menos, unos marcos regulatorios nacionales claros, coherentes y sostenibles en el tiempo, y un mayor acceso a los fondos públicos dedicados al negocio “verde”. Pero, sin duda, para la mayoría de CEOs (80%) el mayor impulsor del cambio son sus clientes.
En PwC | CEO Pulse on climate change