La discusión sobre el modelo educativo y su impacto en la sociedad forma parte de nuestro día a día. En PwC creemos que la reforma del sistema educativo es imprescindible para el desarrollo de la creatividad, el espíritu emprendedor y la cultura de la innovación. La gran pregunta es hacia dónde debe dirigirse esa reforma.

Con el fin de contribuir a ese debate hemos elaborado el informe ¿Para qué educamos? Estudio sobre las bases de un marco amplio de éxito escolar. En él se analizan diversos proyectos educativos de éxito, cuyo denominador común es que amplían el enfoque tradicional de transmisión del conocimiento para ocuparse de competencias transversales que enseñan a los alumnos a relacionarse con el entorno, asumir responsabilidades y tomar decisiones. El informe ha sido impulsado por la Fundación PwC y ha sido realizado por el equipo de especialistas de Strategy&, el área de consultoría estratégica de PwC, en colaboración con Ashoka, la Fundación Cotec y la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

La reforma del sistema educativo es imprescindible para el desarrollo de la creatividad, el espíritu emprendedor y la cultura de la innovación

El estudio desgrana nueve prácticas de éxito identificadas a partir de la investigación en once centros de referencia en innovación educativa. Son las siguientes:

  1. Desplazar el foco del profesor al alumno. El estudiante es un agente activo que descubre y comparte el conocimiento y el aprendizaje. El profesor pasa a ser una figura de apoyo, que guía el proceso de investigación de cada alumno.
  1. Aprendizaje cooperativo. Este método se basa en las dinámicas de trabajo grupal, que ya están presentes en un gran porcentaje de centros. La diferencia radica en que en los centros analizados estas dinámicas se implantan como metodología integral de trabajo.
  1. Aprendizaje basado en proyectos. Esta técnica se centra en la resolución de problemas expuestos por uno o varios docentes o en temas propuestos por el propio alumno. Se persigue la motivación del alumno y su implicación.
  1. Mayor importancia de la tutoría. En este modelo la tutoría pasa a convertirse en un elemento principal y una parte comprometida con el aprendizaje del alumno, que permite trabajar muchos aspectos, más allá de los puramente académicos.
  1. Inclusión y atención a la diversidad. El objetivo es proporcionar un entorno inclusivo en el que los alumnos, con diferentes capacidades y necesidades, puedan desarrollar su máximo potencial.
  1. Cooperación entre el centro, las familias y la comunidad. La escuela entabla relación con los demás entornos y promueve actividades entre ellos. En especial, el compromiso de las familias es uno de los predictores más potentes del éxito escolar.
  1. Valoración de competencias que complementen la evaluación académica. Los centros no se limitan a evaluar los conocimientos personales, sino que preparan al alumno para la vida en sociedad o el respeto por el medio ambiente.
  1. Procesos de evaluación que ayudan a aprender al alumno, y no solo a medir sus conocimientos. Se busca que los alumnos tengan control sobre su propio aprendizaje –que aprendan a aprender- y se impliquen activamente en él.
  1. Evaluación múltiple. La tradicional evaluación del profesor se combina con la autoevaluación (los estudiantes enjuician su propio aprendizaje) y con la evaluación entre iguales (que recoge opiniones constructivas de los compañeros).

Este conjunto de experiencias concretas nos ayudan a comprender mejor la realidad educativa española y acercan a la opinión pública nuevas propuestas en la búsqueda de un modelo de aprendizaje integral y que prepare a nuestros jóvenes para enfrentarse con éxito a un mundo cada vez más complejo y exigente.