Quién cogerá el primer robotaxi

Una cosa está clara: los vehículos autónomos van a transformar por completo al sector de automoción. Y cuando lo haga, se repensará todo, incluso, la noción del  cliente. Otra predicción bastante plausible es que las flotas de robotaxis –taxis sin taxista, también conocidas como robofleets– aglutinarán gran parte del kilometraje de los vehículos autónomos, porque serán capaces de reducir drásticamente precio del transporte privado, y la compra por flotas ayudará a amortiguar el coste de los  vehículos autónomos.

A día de hoy, los transportes en los que se paga a un conductor –taxis, limusinas y compañías ride-hailing como Uber y Lyft, quitando el transporte público- representan un porcentaje pequeño, pero en aumento, del total de kilómetros recorridos al año por vehículos ligeros en Estados Unidos, según Strategy&, la consultora estratégica de PwC. Pero una vez que las flotas de vehículos autónomos hagan innecesario al conductor, que supone entre 25% y el 55% por milla recorrida, los viajes serán mucho más baratos. Y, si varios pasajeros comparten un viaje, los precios se reducirían todavía más. Por eso, probablemente, la demanda de este tipo de transporte privado acabará concentrándose en vehículos autónomos.

Es más, una buena parte de los coches privados, de uso personal, serán sustituidos también por robotaxis, a medida que los consumidores confíen más en el vehículo autónomo. Algunos consumidores pueden llegar a pensar que no necesitan tantos vehículos en casa o, incluso, que no necesitan ninguno, ya que las roboflotas son mucho más económicas y eficientes.   

Y, en este contexto, ¿quién dominará el mercado? Ya hay apuestas sobre quienes serán los principales actores e inversores potenciales: las actuales compañías de automoción, como General Motors y Ford; los fabricantes de vehículos autónomos, como Google y, incluso,  Apple; empresas como Uber y Lyft; de alquiler de coches; de car-sharing; empresas de gestión de flotas o, incluso, concesionarios. Otros competidores serían las compañías de taxis, las firmas tecnológicas, los municipios y otras autoridades gubernamentales de transporte.

Las empresas del sector tienen que saber atraer clientes y gestionar los precios, tener un servicio al consumidor y una gestión de flotas excelente, y saber comprar y revender vehículos

Pero quien acabe triunfando en este nuevo mercado necesitará contar con estas seis capacidades –o hacerse con ellas a través de alianzas y fusiones y adquisiciones-.

  1. Ganar clientes. Las empresas necesitan aumentar la demanda con un marketing diferente, inteligencia para el diseño de las plataformas tecnológicas y un amplio apoyo técnico. Construir una app fácil de usar será tan vital como entender y planificar los horarios de los usuarios, y ofrecerles distintos servicios y opciones de precio.
  2. Precio y gestión de las promociones. Las empresas deberán conjugar los periodos de alta y baja demanda a través de algoritmos. Los hoteles y las aerolíneas ya basan su viabilidad en la difícil misión de aumentar la rentabilidad.
  3. Servicio al consumidor. Ofrecer un servicio eficiente y útil al consumidor, capaz de solucionar todo tipo de contratiempos –incluyendo los pagos, objetos perdidos y seguridad- será crucial para los operadores de flotas de vehículos autónomos.
  4. Gestión de flotas. Las empresas deberán pensarse bien cómo gestionar sus flotas. Los vehículos autónomos deberán estar en el lugar adecuado en el momento correcto para que, aunque la flota sea pequeña, no afecte ni a los servicios ni a la disponibilidad. Para conseguirlo deberán tener acceso a aparcamientos, repostaje, y conocer las rutas –adquiriendo o construyendo sistemas de mapeo para la navegación de los vehículos autónomos-. También deberán optimizar cómo y con qué frecuencia se revisan los coches.
  5. Compra de vehículos. Construir una flota de coches autónomos no es tan fácil como parece. Las empresas que compren robofleets deberán tener en cuenta la configuración del vehículo, incluyendo el tamaño, las características, la variedad y la eficiencia operativa. Pero si pueden comprar a lo grande, tendrán descuentos y prioridad en la entrega de vehículos.
  6. ‘Remarketing’ y reciclaje de vehículos. Las compañías tendrán que determinar con cuidado cuándo y cómo revender o reciclar sus coches para optimizar el intercambio entre el valor de los vehículos (mayor cuando están nuevos) y los gastos operativos (mayores cuando están viejos).

En definitiva, las empresas tienen que saber atraer clientes y gestionar los precios, tener un servicio al consumidor y una gestión de flotas excelente, y saber comprar y revender vehículos. Pero, ¿qué papel jugarán los competidores de hoy en la futura industria de los robotaxis?

  • Las compañías tecnológicas y de ride-hailing destacan porque tienen el acceso a todos los datos del cliente, las analíticas y cuentan con las capacidades de software necesarias para gestionar una Las compañías de ride-hailing han tenido un crecimiento agresivo, basando su estrategia en estar presentes en todas partes y subir los precios en periodos con mucha demanda. Pero, aunque sus algoritmos combinan demanda con oferta, no tienen experiencia real en mantener una gran flota de vehículos. Por otro lado, estas empresas tienen cada vez más influencia sobre los fabricantes de coches, en lo que se refiere a precios y suministro de vehículos.
  • Las empresas de alquiler de coches y compañías de gestión de flotas forman el segundo grupo. Estas tienen menos información y conocimiento tecnológico, pero son capaces de gestionar muy bien y no hay tanta diferencia entre lo que hacen ahora y lo que necesitarán hacer en un entorno de vehículos autónomos. Por un lado, los mejores operadores back-end son las compañías de alquiler, que mueven miles de vehículos a través de los aeropuertos y puntos neurálgicos de las grandes ciudades. Por otro, las empresas más grandes de gestión de flotas, como Element Financial, que domina el mercado americano, mueven más de un millón de vehículos en todo el país. Ellos gestionan la compra, el seguro y el calendario de mantenimiento, y deciden cuál es el mejor momento para vender coches.
  • Las OEMs –Original Equipment Manufacturer-, que tienen una fuerte relación con el sector tecnológico, forman la tercera categoría y no las tienen todas consigo… Estas empresas están preocupadas por el impacto de los coches autónomos en sus negocios y, por eso, buscan entrar en otros ámbitos. Sin embargo, esta estrategia tiene mala pinta. Después de todo, ¿cuántas empresas aeronáuticas acaban siendo aerolíneas de éxito? La incursión de la OEMs en el terreno del alquiler de coches no duró ni un telediario. Sus capacidades no coincidían con las necesarias. Y es que el deseo de encontrar un terreno más apacible en el que aposentarse no suele ser un buen comienzo para un negocio.
  • Las compañías de taxis y limusinas no están bien posicionadas. Históricamente han gestionado licencias, regulación, financiación de flotas y revisiones, pero carecen de las capacidades clave.
  • Los municipios y gobiernos, no parece que se vayan a convertir en actores relevantes, a no ser que establezcan monopolios, pero esto solo será posible en mercados pequeños y homogéneos con un gobierno local y rico en recursos. Uno de ellos podría ser Singapur.
  • Los concesionarios están a la cola en lo que se refiere a tener las capacidades necesarias para ser un operador de robofleets. Sin embargo, hay un grupo de concesionarios consolidados, que representan múltiples marcas, con una cuota de mercado significativa y una amplia cobertura en mercados metropolitanos. Estos tienen muchos recursos locales y pueden aprovechar la tecnología para ofrecer buenos servicios. Podrían convertirse en un competidor al que no perder de vista.

En definitiva, aunque es imposible predecir cuándo se extenderán los taxis sin conductor, será más tarde de lo que parece. Así que la lucha por dominar este mercado dependerá de quien sepa manejar los tiempos y conseguir las inversiones necesarias. Los que desvelen sus apuestas muy pronto no durarán mucho, pero los que esperen demasiado podrían estar cometiendo un error.

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