Ni Shanghái ni Bombay ni Bovespa ni Singapur. Los mercados bursátiles del futuro seguirán siendo los mismos que han venido dominando el sector en las últimas décadas, es decir, los de Estados Unidos y Londres. Puede sonar aburrido, pero eso es al menos lo que opinan los cerca de 400 directivos de empresas que han participado en un informe realizado por PwC y The Economist Intelligence Unit sobre los mercados de capitales globales en 2030.
El estudio compara los resultados de la encuesta con un informe similar realizado en 2011, del que se desprendía que el mapa de los mercados bursátiles habría de cambiar sensiblemente, como consecuencia del creciente protagonismo de los países emergentes y de sus empresas en la economía mundial. Hace ocho años, los directivos consultados entendían mayoritariamente que en 2025 el ranking de las bolsas estaría encabezado por Shanghái, mientras que los mercados de India y Brasil ocuparían el tercer y cuarto peldaño en la clasificación. En el informe recientemente publicado, que fija el horizonte en 2030, esos mercados pasan a ocupar los puestos sexto, quinto y undécimo, respectivamente. En el podio aparecen ahora los de siempre: el New York Stock Exchange (que según los consultados sería considerado por un 37% de las empresas con intención de salir a bolsa), el Nasdaq (un 26%) y el London Stock Exchange (un 24%, pese a la amenaza del Brexit).
Se ha constatado que las bolsas de los países emergentes tienen algunos puntos débiles importantes que pueden llegar a ahuyentar a las empresas que pretenden salir a bolsa
¿A qué obedece este cambio radical de opinión? En primer lugar, a la pura y terca realidad. A diciembre de 2018, los datos de capitalización bursátil y de volumen de las salidas a bolsa desde 2011 demuestran la absoluta primacía de los mercados de capitales tradicionales. Solo la bolsa de Hong Kong, con un elevado número de salidas a bolsa, compite con las plazas de Estados Unidos y de Londres.
Un segundo factor es que no se han cumplido las expectativas sobre la fortaleza de las economías emergentes o sobre su mayor apertura a los inversores extranjeros. Es muy relevante también en este cambio de opinión la constatación de que las bolsas de los países emergentes tienen algunos puntos débiles importantes que pueden llegar a ahuyentar a las empresas que pretenden salir a bolsa. El más significado es la falta de liquidez, que según el 49% los encuestados es el criterio principal para escoger un mercado u otro. También juegan en contra de las bolsas de los países emergentes la volatilidad de sus divisas y la incertidumbre regulatoria.
Curiosamente, los directivos consultados sí mantienen su impresión de que en el medio y largo plazo las protagonistas de la salidas a bolsa serán las empresas de China (así lo sostienen el 55% de ellos) y de India (un 45%), aunque los porcentajes son menos rotundos que los del informe de 2011, lo cual puede atribuirse al reconocimiento de que en ambos países existen restricciones políticas y económicas que pueden limitar las oportunidades de salir a cotizar.
Las conclusiones del informe y su comparación con la versión de 2011 invitan a ser prudentes cuando se realizan estimaciones a largo plazo, especialmente en sectores o mercados con una trayectoria bien asentada. La novedad y los cambios bruscos de escenario captan más la atención que la continuidad de las tendencias económicas, pero no siempre se cumplen las proyecciones de transformación sísmica de la realidad. Las bolsas de Estados Unidos y de Londres son las más atractivas del mundo por su liquidez, profundidad, estabilidad y rentabilidad, y aunque la competencia es grande y otras plazas bursátiles reclamarán una mayor cuota de mercado, no parece que eso vaya a cambiar de forma significativa en un futuro próximo.