Las redes de blockchain permisionadas pueden echar un cable a la banca

La creencia extendida sobre blockchain es que su llegada pone en un serio aprieto a las firmas de servicios financieros. Esto puede ser verdad para la versión estándar de esta tecnología, que distribuye información en una red en la que todos los nodos tienen la misma importancia. Sin embargo, no es así en el caso de las blockchain permisionadas, que permiten que una autoridad central -como, por ejemplo, un banco- conserve el control sobre el acceso a los bloques y sus datos.

Y dado que la mayoría de los bancos cuentan con la confianza de sus clientes y con una reputación sólida y labrada a lo largo del tiempo, todavía tienen la oportunidad de preservar su posición como instituciones altamente fiables a la hora de gestionar el dinero de sus clientes.

De hecho, las redes de blockchain permisionadas podrían abrir nuevas opciones para los bancos, que podrían ampliar su oferta de servicios y productos, incluso fuera del ámbito financiero. Para capitalizar esta oportunidad, los bancos tendrán que transformar su modelo de negocio hacia un enfoque orientado a las plataformas, y probablemente, pasar a operar bajo una única marca bancaria en lo relativo a la relación con el cliente. Ah, y tendrán que batir a players digitales -como Amazon o Google, por ejemplo- que ya tienen en marcha modelos de negocio de este tipo, y para quienes la vía más rápida estará en comprar un banco.

Veámoslo más en detalle.

La necesidad de transacciones seguras

Esencialmente, las cadenas de bloques distribuyen la parte relativa a la autenticación en una transacción, haciéndola inviolable y eliminando intermediarios. En ese sentido, la idea de que esta tecnología acabará con los bancos parece una realidad incontestable. Es decir, si “A” envía dinero directamente a “B” y esta acción queda validada y documentada por ambas partes, ¿quién necesita un banco? Pero, en realidad, los servicios financieros son más complejos que una simple transferencia, y los datos y los registros deben mantenerse a salvo antes y después de realizar las transacciones.

Una versión alternativa de blockchain permitiría a las entidades financieras convertirse en plataformas de confianza y ampliar su oferta de servicios

El escándalo de la web de cambio de bitcoins Mt. Gox demuestra todo lo que puede salir mal con blockchain si no existe una autoridad central. Mt. Gox era una página online japonesa que llegó a acoger la mayoría de transacciones en bitcoins -la moneda virtual basada en blockchain- en todo el mundo. Sin embargo, en 2014, desaparecieron 850.000 bitcoins (equivalentes a 450 millones de dólares en ese momento). Una investigación posterior reveló que la mayoría habían sido sustraídos directamente de Mt. Gox. Solo se recuperó la cuarta parte.

Cuando lo que está en juego son los ahorros o los planes de pensiones de la gente, la mayoría seguirá queriendo que una entidad financiera consolidada -y regulada- sea la encargada de gestionar su dinero. Y esa es la gran ventaja que tienen que aprovechar los bancos en las redes de blockchain permisionadas. En este sistema no todos los nodos son iguales. Su número es limitado y se les asigna un peso distinto a la hora de aprobar una transacción. Y lo que es más importante, una autoridad central retiene las claves privadas necesarias para acceder al ‘libro de contabilidad’. Los registros siguen distribuyéndose en las cadenas de bloques, pero el control se mantiene centralizado.

Las cadenas de bloques permisionadas también tienen otras ventajas sobre las estándares. Son más eficientes energéticamente, y no tienen los problemas de escalamiento y de latencia que tienen las otras —básicamente, porque algunas transacciones tienen lugar solamente en la institución central, no en cada nodo. De esa manera, las blockchain podrían ser más que una versión más barata de las bases de datos y las transacciones actuales. Pueden ser la llave para que las entidades financieras se conviertan en una plataforma de confianza.

Y es que la palabra clave en todo esto es plataforma. Si las entidades financieras continúan ofreciendo la misma oferta de productos y servicios que en la actualidad, hay muy poco que ganar con el uso de la tecnología de blockchain. Para explotar verdaderamente todo el potencial de las blockchain permisionadas, los bancos necesitan transformar su modelo de negocio.

Para explotar todo el potencial de las blockchain permisionadas, los bancos necesitan transformar su modelo de negocio y pasar a ser plataformas

A día de hoy, la mayoría de las entidades son proveedores de servicios. Su creación de valor está ligada al capital humano, no a los activos físicos. Este modelo ha funcionado durante décadas, pero hay un enfoque que sería mucho más rentable: convertirse en un orquestador de la red -en inglés, Network Orquestor– en el que la creación de valor depende del capital de red. En este enfoque, que es el que utilizan los motores de búsqueda y las redes sociales, las empresas dan a los clientes acceso a los otros participantes de una red. Los resultados demostrados indican que la rentabilidad del negocio de estos orquestadores supera con creces la de otros negocios. Sin embargo, estos solo representan el 2% de todas las empresas que cotizan en bolsa.

Pasar de ser un proveedor de servicios a ser una plataforma es difícil, porque requiere aplicar una tecnología totalmente nueva y capturar una cuota de mercado elevada, muy rápidamente. Además, no basta con que los bancos pongan en contacto a sus clientes con productos de terceros, sin asumir ninguna responsabilidad. Eso no añade ningún valor real. En lugar de eso, las entidades tienen que convertirse en agregadores, un tipo de modelo de plataforma en la que agruparían productos de terceros bajo el paraguas de su propia marca, con el fin de apalancar su activo principal como agente de confianza.

La promesa de seguridad inmaculada que trae esta tecnología podría llevarnos a ver una explosión de servicios de pagos, verificación de identidad digital y servicios de compra. Entre las aplicaciones concretas de esta, encontramos, por ejemplo, pagos transfronterizos o envío de remesas, e-wallets o carteras digitales que mantienen segura la identidad de los usuarios cuando ingresan a sus cuentas, o el registro automático de los movimientos en una cadena de suministro, que permitirían al cliente bancario verificar el abastecimiento o reaccionar rápidamente a un producto defectuoso. Hay compañías ya están utilizando blockchain para verificar la procedencia de sus productos. Everledger la está usando para rastrear la autenticidad y el origen de los diamantes. Walmart monitoriza los productos frescos con contabilidad distribuida, y si hay un problema con alguno, sabe inmediatamente dónde están todos los productos de ese agricultor en la cadena de suministro. En casos extremos, las entidades financieras podrían incluso gestionar historiales médicos electrónicos.

En todos esos casos, el mecanismo debe ser gestionado por una entidad de confianza. Aunque actualmente estos servicios no pueden vincularse entre sí, en el futuro podría ser así. El cliente se beneficiaría enormemente de poder confiar en una sola plataforma/fuente impulsada por blockchain – y los bancos parecen estar predestinados para este papel. Entre sus competencias básicas está el gestionar enormes carteras de clientes y marcas. Como sector, llevan centurias reforzando un mensaje muy claro: los clientes pueden confiarles sus riquezas. Esto pone a las entidades en una posición ideal para convertirse en la entidad a la que acudir para todas aquellas cosas que requieran confianza digital.

Para que el cambio a un enfoque orientado a plataformas tenga éxito, los bancos deben poner en valor sus capacidades core ya existentes e integrar a otros socios en las áreas donde tienen menos experiencia. Los empleados tendrán que estar convencidos de que el cambio es necesario, al igual que los clientes. En este proceso, la marca y el posicionamiento serán clave. Estas organizaciones tendrán que invertir grandes sumas, e hilar muy fino a la hora de realizar ventas cruzadas o paquetizar productos con servicios adicionales. Y lo que es aún más importante; las entidades financieras deben proteger los datos personales de sus clientes. Un reto que se está haciendo cada vez más difícil. El hackeo de Equifax -en el que se sustrajeron los datos personales de 143 millones de ciudadanos de Estados Unidos- es uno de los incidentes más conocidos, pero la realidad es que un sinfín de bancos de todos los tamaños han sido víctimas de filtraciones de datos.

A pesar de estos desafíos, hay varias razones por las que las cadenas de bloques casan bien con un modelo de negocio orientado a plataformas. Marco Iansiti y Feng Zhu, ambos de Harvard Business School, han identificado cinco propiedades centrales de las redes que ayudan a explicar por qué algunas plataformas tienen éxito mientras que otras fallan. Y una plataforma basada en blockchain proporciona ventajas en estas cinco propiedades.

El mayor obstáculo que tienen las entidades financieras en su apuesta por las plataformas basadas en las cadenas de bloques es que los gigantes tecnológicos ya están en ello: Amazon Web Services (AWS) gestiona la infraestructura más grande del mundo para el diseño de plataformas de blockchain y, recientemente, lanzó dos grandes ofertas. La primera, llamada Amazon Quantum Ledger Database, es un servicio de base de datos centralizado que registra transacciones, sin necesidad de que los clientes corporativos lo almacenen en un servidor propio. El segundo producto, Managed Blockchain, permite a los clientes de Amazon Web Services desarrollar aplicaciones en una de las plataformas de desarrollo compatibles y luego desplegar esas aplicaciones en la infraestructura de Amazon Web Services.

Google, que durante años ha sido uno de los inversores más activos en compañías de blockchain, está centrado ahora en desarrollar su plataforma de servicio. Tanto Google como Amazon están dirigidos a clientes B2B, pero este modelo es fácilmente replicable en el reino del B2C. Y para entrar en la industria financiera, Google o Amazon sólo tendrían que lanzar —o comprar- un banco, algo que cualquiera de los dos podría hacer con relativa facilidad, dada su posición (en China, Tencent y Alibaba obtuvieron licencias bancarias en mayo del año pasado). Visto así, los players tecnológicos tienen un camino más fácil que los bancos.

En resumen, las blockchain permisionadas pueden ser una herramienta de gran valor para las entidades financieras, sobre todo, si consiguen ir más allá, y no quedarse en el uso de esta tecnología como una herramienta para ejecutar los mismos procesos que antes, solo que de forma más rápida y a menor coste. Deben utilizar estas cadenas para convertirse en plataformas digitales de confianza, que trasciendan el ámbito de las finanzas. Dentro de una década, el sector financiero será totalmente distinto. La pregunta es si los bancos tradicionales tendrán la clarividencia de tomar las medidas necesarias para ganar.

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