El Plan Europeo de Recuperación (Next Generation EU) aportará a España en los próximos seis años 140.000 millones de euros (repartidos a partes casi iguales entre subvenciones a fondo perdido y préstamos), sobre un total de 750.000 millones de euros para el conjunto de los países de la Unión Europea. El desafío es gestionar bien esa importante cantidad de dinero y asegurar que los fondos llegan a tiempo para ayudar a consolidar el rebote de la economía europea. Cuando está a punto de llegar la primera remesa de las ayudas (un anticipo de 9.000 millones), el presidente Sánchez ha viajado a Estados Unidos, con parada en Silicon Valley, para hacer valer ante los grandes inversores las expectativas de recuperación de la economía española, y este viernes deberá hilar fino en el convento de San Esteban de Salamanca para debatir sobre la distribución de los fondos entre las comunidades autónomas. En esta serie quincenal de informaciones de actualidad ofrecemos una recopilación de historias para entender cuándo, cómo, por qué y para qué llegarán los fondos.
Dinero de fuera, dinero hacia dentro
La actualidad de los fondos europeos está marcada por la gira del presidente del Gobierno a Estados Unidos, donde Pedro Sánchez se reunió con importantes inversores, y por la inminente celebración de la Conferencia de Presidentes, que tiene lugar este viernes en Salamanca. En Estados Unidos, Sánchez visitó Nueva York, Los Ángeles y Silicon Valley para trasladar a los bancos de inversión, a las grandes plataformas audiovisuales y a las principales empresas tecnológicas del mundo el mensaje de que España es el lugar idóneo para invertir en la pospandemia. Especialmente ahora, que va a recibir 140.000 millones de euros de los fondos europeos de recuperación.
El objetivo era situar a España “en el radar” de los grandes inversores internacionales, aunque el presidente no se trajo ningún compromiso concreto.
Y, en cuestión de días, Sánchez pasa de hablar con Tim Cook, el todopoderoso presidente de Apple, a enfrentarse con el espinoso tema del reparto territorial de las ayudas europeas. Ese es el tema central de la convocatoria de la Conferencia de Presidentes, en la que el presidente se reunirá con los presidentes autonómicos en un ambiente de cierta hostilidad. No solo por las críticas de los representantes de las comunidades autónomas gobernadas por el PP; además, dos de los socios parlamentarios del Gobierno. ERC y PNV, observan la convocatoria con recelo. Pese a las presiones, el presidente catalán no acudirá y el vasco se lo está pensando.
Sostiene Calviño
La nueva vicepresidenta primera, y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha empezado a tirar de galones y ha trazado la hoja de ruta de las ayudas europeas. En una amplia entrevista al diario Expansión, Nadia Calviño explica que, aunque todavía no se ha recibido el primer pago de 9.000 millones, ya se han lanzado 24 manifestaciones de interés para identificar proyectos, se han empezado a tramitar los primeros procesos de ejecución y se han distribuido a las comunidades autónomas 7.000 millones de euros para que puedan empezar las inversiones correspondientes en ámbitos como la compra de coches eléctricos, la renovación de edificios, la economía de los cuidados, la digitalización de la educación o el apoyo a las industrias culturales y audiovisuales.
En 2022, la ministra prevé que se empezarán a pedir los primeros préstamos (hasta ahora, solo se han solicitado transferencias) para aquellas inversiones cuya magnitud es más difícil de determinar con anticipación, como, por ejemplo, el nuevo mecanismo de empleo inspirado en los ERTE o el fondo Next Tech para tecnologías disruptivas. La vicepresidenta también tuvo un papel determinante en el Consejo de Ministros del pasado martes en la confirmación de las previsiones de crecimiento económico (6,5% en 2021 y 7% en 2022) y en la determinación del techo de gasto de los presupuestos de 2022, en los que se incluye una aportación de fondos europeos de 25.622 millones, similar a la presupuestada para 2021.
Gestión, gestión y gestión
Con los primeros 9.000 millones a punto de llegar, el gran reto para España es gestionar las ayudas europeas adecuadamente. Una de las medidas aprobadas por el Gobierno es la puesta en marcha de una web informativa, en la que se explica cómo acceder a los fondos, qué convocatorias hay ya publicadas y cómo encontrarlas o qué es un Perte y cuántos hay aprobados.
PwC también está empujando para ayudar en la gestión del dinero del programa Next Generation EU, y ha llegado a acuerdos con Banco Sabadell, Banca March y CEOE para asesorar a las empresas durante el proceso de tramitación de las ayudas. Y frente a los pesimistas, el actual presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), José Manuel Campa, cree que España está preparada para absorber los fondos europeos, “como ya lo demostró hace veinte años con los fondos Feder de desarrollo regional”.
Un aspecto técnico que hay que tener en cuenta para facilitar la gestión es el desarrollo jurídico de la figura del Perte, a raíz de la aprobación del programa del vehículo eléctrico y conectado. Queda por determinar el diseño de la gobernanza del Perte, la articulación de las relaciones entre las empresas interesadas y su adecuación al régimen europeo de ayudas de Estado.
La amenaza a Hungría y Polonia y el fantasma del Polexit
La Comisión Europea ya ha aprobado los planes de recuperación nacional de 18 de los 27 países de la Unión Europea. De entre los que faltan, hay dos que todavía no los han presentado. Son Bulgaria y Países Bajos, que todavía andan enredados en negociaciones internas.
Otros dos, Polonia y Hungría, tienen bloqueada la aprobación, como consecuencia de las divergencias sobre algunas de sus políticas nacionales, que afectan a las libertades y a la independencia judicial. Bruselas ha endurecido su posición y amenaza con cerrar el grifo de los fondos europeos que han solicitado ambos países. El dinero que deberían recibir no es mucho si lo comparamos con los 70.000 millones reservados para España en esta primera fase (son 24.000 millones para Polonia y 7.000 millones para Hungría), pero es significativo para economías de su tamaño.
El enfrentamiento ha hecho que en algunos círculos periodísticos ya se empiece a hablar del Polexit, por la potencial analogía del conflicto con el Brexit, pero de momento la crisis interna está en fase de negociación diplomática. ¿Cabe la posibilidad de que España también pueda ser penalizada en los fondos europeos por, un suponer, el bloqueo de la renovación del Poder Judicial? La vicepresidenta de la Comisión Europea Vera Jourová dice que no, aunque no deja de expresar su preocupación por la falta de avances.