Después de un año récord, ¿seguirán los buenos tiempos para el M&A?

Después de un año récord para las fusiones y adquisiciones en 2021, el optimismo se mantiene en 2022 a pesar de los desafíos a los que se enfrenta la industria. Según el informe Tendencias globales de la industria del M&A: perspectivas para 2022, elaborado por PwC, el número de fusiones y adquisiciones anunciadas en todo el mundo superaron las 62.000, un aumento sin precedentes del 24% respecto a 2020. El valor de las operaciones publicadas alcanzó un máximo histórico con 5,1 billones de dólares, incluyendo 130 mega operaciones con un valor superior a los 5.000 millones de dólares, lo que arroja un crecimiento del 57% con respecto a 2020 y pulveriza el récord de 4,2 billones de dólares registrado en 2007. La frenética actividad de fusiones y adquisiciones se ha visto impulsada por la intensa demanda de activos tecnológicos, digitales y de todos aquellos relacionados con el análisis de datos, y por las operaciones que se paralizaron en 2020, como consecuencia de la pandemia, que se han vuelto a reactivar.

Aunque no esperamos que se vuelva a superar este récord en 2022, todo apunta a que viviremos otro año de gran intensidad en el mercado de M&A debido al optimismo económico que sigue siendo elevado, a la cantidad de procesos en marcha, a la abundancia de capital y a la necesidad por parte de las empresas de todos los sectores por hacerse o desarrollar capacidades tecnológicas. Sin embargo, no podemos ignorar la aparición de algunas incertidumbres.

El triángulo que, durante la última década, han formado la caída de los costes operativos, la menor regulación y presión fiscal, y los bajos tipos de interés han ayudado a las empresas a impulsar el crecimiento de sus beneficios y han llevado a los mercados bursátiles a máximos históricos aparentemente interminables, que han estimulado las fusiones y adquisiciones.

Pero ahora, por primera vez en los últimos diez años, cada uno de esos pilares se enfrenta a sus propios desafíos, por la irrupción de la pandemia que ha alterado el status quo de los negocios. El aumento de los tipos de interés, la inflación, y el incremento de los impuestos y de la regulación podrían convertirse en factores que ralenticen las operaciones en 2022. De hecho, ya estamos viendo una mayor volatilidad en los mercados financieros, interrupciones en las cadenas de suministro mundiales y un aumento de los niveles de deuda fiscal.

Aun así, los líderes empresariales no parecen dejarse intimidar por estos obstáculos en el ámbito macroeconómico. Por segundo año consecutivo, la 25ª Encuesta Mundial de CEOs de PwC, publicada el pasado mes de enero, revela que el 77% de los máximos ejecutivos esperan que el crecimiento económico global mejore durante 2022. Además, más de la mitad de los CEOs declaran altos niveles de confianza en cuanto al crecimiento de los ingresos de sus propias empresas durante los próximos 12 meses; liderados por los responsables de las compañías de private equity (67%) y por los de las compañías tecnológicas (64%), los dos sectores que registraron más y mayores operaciones de M&A en 2021.

Según todos los indicios, los factores que han contribuido a registrar unas cifras récord en la actividad de M&A en 2021 seguirán estando vigentes en 2022. Se espera que las elevadas valoraciones mantengan su atractivo debido a la intensa competencia entre los grupos corporativos, los fondos de private equity y las sociedades de propósito especial de adquisición (Special Purpose Acquisition Companies), más conocidas como SPACs. Las entidades de private equity han tenido un comportamiento espectacular y han aumentado su participación en el mercado de M&A. Casi el 40% de las operaciones registradas en 2021 tuvieron la participación de un fondo de private equity, frente a poco más de una cuarta parte en los últimos cinco años. Los private equities no sólo están haciendo más operaciones, sino que además son de mayor tamaño, y ya aglutinan el 45% del valor total del mercado, frente al 30% de los últimos cinco años. En cuanto a los grupos corporativos, esperamos que el cambio estratégico hacia modelos de negocio más digitales, innovadores y disruptivos siga impulsando la toma de decisiones en materia de fusiones y adquisiciones. También esperamos que se produzca un número considerable de desinversiones, al tiempo que las compañías re-equilibran sus carteras para lograr crecimiento y rentabilidad a largo plazo.

Las operaciones centradas en la tecnología siguieron dominando el panorama, a medida que las empresas buscaban adquirir capacidades tecnológicas y transformar sus modelos de negocio. El buen comportamiento de las salidas al mercado de SPACs, entre finales de 2020 y principios de 2021, y su posterior recuperación a finales del año pasado, significa que quedan casi 500 sociedades de este tipo cotizando, que aún no han anunciado ninguna fusión y que tendrán que hacer algún movimiento antes de finales de 2022 o principios de 2023. Por lo tanto, esperamos que las SPACs sigan jugando un papel importante en el mercado global de M&A en 2022, en su carrera competitiva con los grupos corporativos y los fondos de private equity por hacerse con los activos más codiciados.

Los motores que alimentan el M&A

Pero además de estas circunstancias, el Global M&A Industry Trends: Outlook 2022 recoge un análisis detallado de las cuatro palancas motores que están alimentando y condicionando el mercado de transacciones. Las desgranamos a continuación:

  • Desinversiones, escisiones y agilidad. Al principio de la pandemia, la eficiencia operativa y el acceso al capital ayudaron a muchas grandes empresas a salir mejor paradas que sus competidoras más pequeñas y menos capitalizadas. Se podría concluir que esta circunstancia nos llevará a una mayor actividad transaccional, a medida que las empresas utilizan el M&A para ganar tamaño y economías de escala. Sin embargo, varios grandes grupos empresariales, muy consolidados, como IBM, Daimler, General Electric, Johnson & Johnson y Toshiba, han anunciado recientemente escisiones o desinversiones, haciendo efectivamente lo contrario: dividir su negocio para centrarse en sus negocios principales y/o estratégicos. Varios factores están impulsando esta tendencia. Los accionistas activistas han empujado a Consejos de administración a realizar revisiones estratégicas de sus portfolios y a desprenderse de los negocios que no son rentables ni fundamentales. Los CEOs también valoran cada vez más la capacidad de respuesta, de ser ágiles y reaccionar rápidamente a los cambios en el comportamiento de los clientes y a la disrupción de los modelos de negocio. En algunos casos, la búsqueda de una mayor capacidad financiera y operativa y la dinámica específica de cada sector pueden pesar más que las ventajas tradicionales de tamaño y diversificación. Esto seguirá sucediendo en 2022.
  • La tensión regulatoria, un obstáculo. El endurecimiento del entorno normativo en muchos países puede actuar como desacelerador del mercado de transacciones en 2022, especialmente en aquellas operaciones que tengan que ser analizadas por las autoridades antimonopolio. En EE.UU., el Departamento de Justicia parece estar adoptando una línea más dura con respecto a las fusiones empresariales. En Europa, se están llevando a cabo investigaciones antimonopolio contra varios gigantes tecnológicos estadounidenses. En Asia-Pacífico, el gobierno chino está aplicando normas antimonopolio, de seguridad de datos y específicas de industrias; y el organismo Fair Trade Commission de Japón está investigando la posición de dominio de las grandes empresas tecnológicas en el mercado de los sistemas operativos para teléfonos inteligentes. El aumento del proteccionismo, como las políticas relacionadas con la tecnología de los semiconductores, también puede dificultar la aprobación de ciertas operaciones y podría dar lugar a que los inversores pongan un mayor foco en las operaciones locales y, en consecuencia, a una menor actividad de fusiones y adquisiciones transfronterizas.
  • Optimización de la cadena de suministro. Las empresas siguen aprovechando la actividad de M&A para ganar agilidad y resiliencia frente a los obstáculos e incertidumbres. Este año, el fortalecimiento de las cadenas de suministro ha sido un área de especial interés. Esperamos que en 2022 se produzcan más operaciones de integración vertical, tanto en sentido ascendente -para asegurar materias primas o componentes clave-, como en sentido descendente -para controlar la distribución de los productos-. Muchas empresas que se enfrentan a la escasez de materias primas o de mano de obra, a los cierres de los puertos o a la escasez de contenedores para el transporte marítimo -especialmente las de los sectores manufacturero, farmacéutico y de dispositivos médicos- se centran ahora en las oportunidades de deslocalización o de deslocalización cercana de sus cadenas de suministros, con el fin de reducir los plazos de entrega y crear una mayor resiliencia. También esperamos un gran interés por parte de los inversores en compañías tecnológicas especializadas en los procesos de la cadena de suministro, en particular las que son capaces de captar y aprovechar las utilidades del análisis de datos.
  • El creciente impacto de las cuestiones ESG. Las cuestiones medioambientales, sociales y de gobierno (ESG) se tienen cada vez más en cuenta en la toma de decisiones y en las estrategias de M&A. Los inversores aplican estos criterios para evaluar los riesgos e identificar las oportunidades de creación de valor. Por ejemplo, en nuestro informe ‘Global Private Equity Responsible Investment Survey 2021‘, descubrimos que más de la mitad de los encuestados se había negado a firmar un deal con un socio o había rechazado una posible inversión por motivos relacionados con aspectos ESG. Con el aumento de los compromisos asumidos para reducir las emisiones de carbono por parte de las empresas y de los fondos de private equity, prevemos que se movilizará un mayor capital para impulsar la transición a fuentes de energía más ecológicas, lo que creará oportunidades de M&A, no sólo en los sectores que emiten más carbono, sino en los que innovan para desarrollar las nuevas tecnologías del futuro. También esperamos ver un aumento de transacciones en los sectores que están haciendo la transición a nuevos modelos de negocio, como las principales empresas de petróleo y gas -para invertir en energías renovables e hidrógeno- o en el sector tecnológico, donde las compañías están innovando en torno al almacenamiento de energía o las soluciones para crear una economía circular más sostenible.

En cuanto a las perspectivas, en general seguimos siendo optimistas respecto al año 2022, ya que el volumen de operaciones y las valoraciones siguen reflejando un mercado dinámico y una elevada liquidez / capital abundante. Por un lado, dado que la transformación tecnológica supone ahora una presión constante en todos los sectores como requisito para la competitividad de las compañías, creemos que la competencia por los targets objeto de adquisición será intensa y muy disputada en los próximos meses. Las empresas intentarán también mantener sus ventajas competitivas y liberar liquidez, a través de desinversiones, para invertir en sus negocios más estratégicos.

Por otra parte, los directivos deberán prestar mucha más atención a una serie de disrupciones, previstas y potenciales, que podrían provocar retrasos en la ejecución de las operaciones, como la volatilidad de los mercados financieros y las incertidumbres macroeconómicas. A medida que estos y otros riesgos aumenten será más importante que nunca contar con planes sólidos para la creación de valor en cada transacción.


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