El Sismógrafo de la ESG: en 2023 el mundo generó más del 30% de la electricidad con energías renovables

La sostenibilidad es uno de los grandes desafíos del mundo de los negocios. La creciente importancia de los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) obliga a las empresas a reconsiderar sus estrategias. Desde hace años, muchas empresas se han volcado en potenciar las energías renovables y se empiezan a ver sus frutos: según el informe Ember, en 2023 el mundo generó más del 30% de la electricidad por métodos sostenibles medioambientalmente gracias al impulso de la eólica y la solar.

La UE generó el 44% de su electricidad a partir de energías renovables en 2023, por encima de la media global. España fue en 2023 el octavo país con mayor generación de electricidad con energía solar y el séptimo país con mayor generación de electricidad con energía eólica. Sin embargo, no todo son buenas noticias porque el calentamiento persiste: el mes pasado fue el abril más cálido desde que hay registros y ya son 11 meses consecutivos con los mayores datos de temperatura para esos meses del año, según datos del Servicio de Cambio Climático Copernicus.

Para detectar el impacto de estos movimientos en las empresas y la sociedad, cada quince días publicamos El sismógrafo de la sostenibilidad, una serie en la que ofrecemos una compilación de informaciones y análisis relacionados con la sostenibilidad.

ENERGÍAS LIMPIAS

Las renovables generaron la cifra récord del 30% de la electricidad mundial en 2023 gracias al impulso de la eólica y la solar
En febrero pasado comentábamos en esta publicación que no todo eran malas noticias en la lucha contra el cambio climático después de que se conociera que la potencia instalada en energía renovable en todo el mundo creció en 2023 un 50%, gracias al impulso de China. También recogimos que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de combustibles fósiles en la Unión Europea (UE) cayeron en 2023 un 8% respecto al año anterior y se situaron en el nivel más bajo en seis décadas, según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA).

Ahora se conoce el dato mundial, que sigue en esta senda positiva: las energías renovables generaron la cifra récord del 30% de la electricidad mundial en 2023 gracias al impulso de la eólica y la solar. Es una de las conclusiones de la quinta edición del informe Global Electricity Review elaborado por el think tank, con sede en Londres, Ember.

La UE generó el 44% de su electricidad a partir de energías renovables en 2023, por encima de la media global. De acuerdo con este trabajo, desde el 2000, las renovables han pasado de producir del 19% a más del 30% de la electricidad mundial, impulsadas por un aumento de la energía solar y eólica que están en cifras récord de 2023, apuntó EfeVerde.

Como resultado, la intensidad de CO2 de la generación de energía global alcanzó un nuevo mínimo histórico en 2023, 12% menor que su máximo en 2007. La UE ha experimentado una expansión aún más rápida en energía solar y eólica que el promedio mundial, alcanzando una cuota del 27% en 2023 y superando por primera vez la cuarta parte.

España fue en 2023 el octavo país con mayor generación de electricidad con energía solar; el tercer mayor productor solar per cápita y el sexto con un mayor porcentaje de solar en el sistema eléctrico. Asimismo, España también fue el séptimo país con mayor generación de electricidad con energía eólica; el octavo mayor productor eólico per cápita y el séptimo con un mayor porcentaje de eólica en el sistema eléctrico.

No obstante, el optimismo debe moderarse porque falta mucho por hacer: el mes pasado ha sido el abril más cálido a nivel mundial desde que existen registros, con una temperatura media del aire en superficie de 15,03°C, 0,67 grados por encima de la media para el periodo 1991-2020 para ese mes y 0,14 grados superior al anterior máximo, establecido en abril de 2016.

Se trata del undécimo mes consecutivo más cálido registrado para el respectivo mes del año, según datos del Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S), que revelan que fue 1,58°C más cálido que una estimación promedio de marzo para 1850-1900, el período de referencia preindustrial, y todo apunta a que en los próximos meses se seguirán batiendo máximos por la concentración de gases de efecto invernadero.

Según la misma fuente, en último año móvil (mayo de 2023 a abril de 2024), la temperatura media ha sido la más alta registrada y se ha situado 0,73 grados por encima del promedio de 1991-2020 y 1,61 grados por encima del promedio preindustrial de 1850-1900.

Regresando al informe Ember, el estudio ofrece una panorámica completa de lo ocurrido en el sistema eléctrico mundial el año pasado, con datos procedentes de 80 países, los cuales representan el 92% de la demanda mundial de electricidad. Los analistas de Ember concluyen que 2023 fue probablemente un punto de inflexión, marcando el pico de emisiones en el sector eléctrico.

“El futuro de las energías renovables ha llegado”, dijo Dave Jones, director de conocimientos globales de Ember. “La energía solar en particular se está acelerando más rápido de lo que nadie creía posible”, añadió, como publicó Expansión.

En 2023, Grecia tenía la segunda mayor proporción de energía solar del mundo (19%), seguida de Hungría (18%) y de Países Bajos (17%).

El informe concluye que el rápido crecimiento de la energía solar y eólica ha llevado al mundo a un punto de inflexión crucial donde la generación fósil comienza a disminuir a nivel global. La disminución de las emisiones del sector energético está a punto de comenzar, con una disminución proyectada del 2% en las emisiones globales. La electricidad limpia ya ha ayudado a frenar el crecimiento de los combustibles fósiles en casi dos tercios en los últimos diez años.

Sin embargo, en algunas empresas, como BP, algunos de sus accionistas creen que los objetivos de recorte de la producción no se van a cumplir porque están viendo que la demanda de petróleo y gas sigue creciendo.

CRISIS CLIMÁTICA

Las pérdidas económicas en el mundo ascenderán a 38 billones de dólares anuales en la década de 2040
La lucha contra el cambio climático no es solo una cuestión ecologista, sino también económica y de rentabilidad empresarial. El coste económico de los desastres naturales en el mundo no sólo crece en cifras absolutas por el cambio climático, sino que se ha más que duplicado desde la década de 1980 por el peso que representa en el producto interior bruto (PIB), según la OCDE, que espera que esa tendencia continúe en los próximos años.

En el periodo 2020-2021 esos desastres supusieron alrededor del 0,22% del PIB mundial, cuando en la década de los años 80 y en las dos anteriores habían representado como mucho un 0,08%, de acuerdo con las cifras presentadas por la economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Clare Lombardelli.

Esos costos pasaron a situarse entre el 0,15% y el 0,18 % del PIB en las décadas de los años 90, 2000 y 2010, según recogió EfeVerde.

Clare Lombardelli expuso estas cifras para explicar que los países miembros necesitan crear un mayor margen fiscal para una serie de gastos que van a aumentar en el futuro, como los derivados del envejecimiento de la población, pero también por la factura del cambio climático.

El sucesor de Lombardelli a partir del 1 de junio, el exministro portugués Alvaro Pereira, indicó a EFE que las necesidades de inversión para la transición energética se van a tener que cuadruplicar con respecto a lo que se hace actualmente, para llegar a más de cuatro billones de euros anuales en el horizonte de 2030.

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que depende de la OCDE, harán falta 4,5 billones de dólares anuales de aquí a comienzos de la próxima década para tratar de conseguir el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados.

Pereira precisó que el impacto de los desastres naturales no será lineal en todo el mundo, y que en España el impacto del cambio climático va a ser particularmente fuerte en términos de sequía y de carencias en la disponibilidad de agua.

COSTAS SALUDABLES

España, con 638 playas, mantiene el liderazgo mundial de las Banderas Azules
El distintivo Bandera Azul, que reconoce cada año las mejores playas por el buen estado de las aguas, el alto nivel de los servicios playeros y la seguridad de los bañistas, ondeará este verano en 638 playas lo que mantiene a España como líder mundial de los últimos 30 años consecutivos.

La Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac), promotora de la iniciativa, ha publicado los datos de 2024 en donde destaca que España consigue en total 18 banderas azules más que el año pasado: 638 para playas (11 más que en 2023), 102 para puertos deportivos (5 más que en 2023) y 7 para embarcaciones turísticas (2 más que en 2023), según publicó EfeVerde.

Estos galardones azules están presentes en 52 países del mundo, siendo España el que mayor número de distintivos tiene para playas seguido de Grecia y Turquía. Respecto a los puertos deportivos, España ocupa el tercer puesto en banderas azules (102), detrás de Holanda y Francia.

Como dato curioso, España y Portugal alcanzan en 2024 la cifra de 1.187 distintivos (747 en España y 440 en Portugal), algo que “no sucede en ningún otro lugar del mundo”, por lo que más del 23% de las banderas azules que ondean en el mundo lo hacen en la península ibérica.

La secretaria de Estado de Turismo, Rosario Sánchez Grau, destacó que España “es una potencia turística mundial y hemos de serlo también en sostenibilidad”. Por su parte, el presidente de Adeac, José Palacios, ha resaltado la calidad de todos los espacios litorales y ha enumerado las cuatro comunidades que aún no tienen banderas (Castilla- La Mancha, Castilla y León, Aragón y La Rioja) en contraposición a Navarra, donde este año, por primera vez, ondeará una Bandera Azul en Bahía de Lerate, del municipio Guesálaz, por sus aguas interiores. Comunidad Valenciana, Andalucía, Galicia y Cataluña, con mayor número de banderas azules

GESTIÓN DE ENVASES

España analiza el reciclado real de las botellas de plástico para cumplir con la normativa europea
El Ministerio para la Transición Ecológica y las comunidades autónomas están recabando los datos de las botellas de un solo uso que se han puesto en el mercado y las que se han recogido para ser recicladas en los últimos dos años, informó El País. Antes de octubre de este año el ministerio tiene que darle el dato a la Unión Europea. Si en 2023 no se alcanzó el 70% de tasa de reciclaje de estos envases, se deberá implantar el modelo de depósito y retorno, lo que supone un giro radical a la forma en la que ahora se recolectan.

Este sistema, que ya funciona en muchos países europeos desde hace años, se basa en que el consumidor deja en depósito unos céntimos cuando compra una botella de refresco y ese dinero lo recupera cuando devuelve al comercio el envase vacío. En España, sin embargo, el modelo se basa en el contenedor amarillo, donde se tiran sin distinción diferentes tipos de envases, lo que dificulta saber el número de botellas que efectivamente se reciclan al año.

España no solo debe saber el número de botellas recicladas porque se lo exija Europa —una obligación que no existía hasta ahora—, también porque la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, de abril de 2022, establece objetivos concretos de recogida separada para estos residuos. En 2023, el 70% de las botellas deberían haberse recogido de forma separada para su reciclaje (tomando como referencia el peso de los envases puestos en el mercado). Si no se llega a esa tasa, la ley establece que “se implantará en todo el territorio en el plazo de dos años un sistema de depósito, devolución y retorno para estos envases que garantice el cumplimiento de los objetivos en 2025 y 2029”, que son del 77% y del 90% respectivamente.

El futuro reglamento europeo establece que en 2030 no se podrá introducir en el mercado europeo ningún envase que no sea reciclable. Además, se incluyen objetivos de reducción de envases en general: un 5% para 2030, un 10% en 2035 y un 15% en 2040.

Algunos tipos de envases de plástico de un solo uso quedarán prohibidos también a partir del 1 de enero de 2030. Entre ellos están los de frutas y verduras frescas sin procesar, los de alimentos y bebidas que se sirven y consumen en cafeterías y restaurantes, los de porciones individuales (usadas, por ejemplo, para condimentos, salsas, crema, azúcar), los envases pequeños de productos de higiene personal y las bolsas de plástico muy ligeras (de menos de 15 micras).

CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE

Los Juegos Olímpicos de París serán una muestra de arquitectura reutilizable y en madera
La organización de unos Juegos Olímpicos siempre está rodeada de polémica por la reutilización de las instalaciones creadas para el evento. El coste es muy elevado y son pocos los países que han sabido dar vida posterior a las construcciones creadas para la cita deportiva.

París se ha planteado impulsar la sostenibilidad y la reutilización en lugar de construir grandes monumentos como sede de los Juegos de Verano de 2024, por lo que ha recurrido a la madera flexible y readaptable para futuros edificios.

Así, el nuevo Centro Acuático Olímpico en las afueras de París destaca no sólo por la llamativa forma del edificio, sino por su enorme techo solar construido principalmente en madera y ensamblado como un juego de Lego. Con la misma facilidad se podrá desmontar en unos meses.

La Villa Olímpica, al norte de París, será un barrio ecológico donde todos los edificios de ocho pisos estarán hechos de madera y vidrio, y toda la energía se obtendrá de manera sostenible mediante bombas de calor y energías renovables, según informó Bloomberg. Un estadio con capacidad para 8.000 personas en Porte de la Chapelle, compuesto por una fachada de aluminio reciclado alrededor de una estructura de madera, está destinado a albergar al equipo de baloncesto de París, así como a dos gimnasios públicos.

Pero en general, el 95% de las sedes olímpicas serán instalaciones que ya existían o que serán desmanteladas para su reutilización después de los Juegos.

Los organizadores esperan que este enfoque de “hacer y reutilizar” podría ayudar a proporcionar un trampolín para una transformación verde de la industria de la construcción del país galo. Francia espera reducir las emisiones de carbono en el sector de la construcción mientras la Unión Europea se esfuerza por reducir las emisiones totales en un 55% para 2030. Eso significará modernizar las estructuras existentes, pero utilizar más madera en las nuevas construcciones. Además, destacan la calidez y el aroma que mantienen los edificios de madera.

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