El camión eléctrico, un futuro a largo plazo

Cada dos años, Strategy&, la consultora estratégica de PwC, hace un análisis de la evolución y de la viabilidad del mercado de camiones eléctricos. El estudio de este año -titulado Battery Electric Trucks, on the rise– revela que las nuevas exigencias regulatorias en materia de sostenibilidad, como las aprobadas por la Unión Europea para que los fabricantes de equipos originales (OEMs, por sus siglas en inglés) reduzcan las emisiones de carbono de sus nuevas flotas un 45% en 2030 y un 90% en 2040, van a impulsar la electrificación del sector.

En respuesta, los fabricantes ya están introduciendo las primeras generaciones genuinas de camiones con baterías eléctricas -en inglés, battery electric trucks-, que, en un principio, se basaron en la tecnología de los coches de pasajeros y que permitió diseñar los primeros proyectos piloto.

La electrificación de los camiones requiere nuevas plataformas que cumplan con los diversos requisitos y casos de uso de estos vehículos. Las innovaciones en las baterías y en las celdas que las componen, en los sistemas de transmisión eléctrica (eDrive) y las arquitecturas de alto voltaje están haciendo posibles avances realmente diferenciales para el futuro de este mercado.

El estudio prevé que, en 2030, más del 20% del transporte de camiones esté electrificado y que, en 2040, las baterías de esos vehículos cuenten con 1.700 gigavatios hora de potencia, con un peso especial de la tecnología Litio Ferro Fosfato -una variante de la batería de litio convencional, donde este material se sustituye en su mayoría por láminas de fosfatos de hierro-.

Un mercado y seis segmentos

El mercado global de camiones puede segmentarse en seis casos de uso principales (ver gráfico) donde la larga distancia, el transporte en línea y el de distribución tienen el mayor impacto en emisiones. El desarrollo y el avance de las tecnologías motrices actuarán como auténticos diferenciadores clave del mercado, en cada uno de esos usos, en tanto en cuanto aumenten su autonomía, reduzcan los costes y mejoren la velocidad de carga.

Especificaciones de los camiones impulsados por baterías eléctricas en 2030

Los costes acabarán inclinando la balanza

Los camiones impulsados por baterías eléctricas exigen unas grandes inversiones iniciales, lo que supone un desafío para su desarrollo. Sin embargo, el estudio explica que si se calcula su coste total (en inglés, total cost of ownership) la balanza se acaba inclinando hacia la electrificación. El principal coste se centra en la celda de las baterías, lo que hace que las inversiones en los trenes motrices estos vehículos sean mayores que en los de combustión interna (ICE). Para que sean económicamente viables, es importante saber gestionarlos y es crucial tener en cuenta los costes de depreciación. A partir de 2025, se espera que los camiones impulsados por motores eléctricos tengan unos costes totales más ventajosos en diversos casos de uso, especialmente en aquellas aplicaciones donde el kilometraje y la carga útil son factores críticos.

Un esfuerzo conjunto

La electrificación de la logística y el transporte de camiones requiere grandes inversiones en infraestructuras públicas y privadas, así como la actualización de los modelos operativos. Para hacer que la transición hacia los camiones impulsados por baterías eléctricos sea un éxito se necesitan esfuerzos cruzados: desde los reguladores, pasando por el sector de automoción, el de energía, el logístico y el sector financiero. En esta sentido, el informe incluye una serie de recomendaciones para hacer realidad la electrificación de camiones, que exponemos a continuación:

  • Desarrollar nuevos modelos de financiación. Para acelerar la electrificación serán esenciales modelos de financiación innovadores. Un esfuerzo colaborativo entre las OEM, los proveedores y los operadores logísticos será capital.
  • Asegurar estabilidad regulatoria. Facilitar la transición con un marco regulatorio claro que apoye la planificación estratégica a largo plazo será otra de las cuestiones necesarias. Esta estabilidad fomentará inversiones en infraestructuras y la transformación de las flotas.
  • Promover el leasing sobre la compra. Para reducir las barreras de inversión en los nuevos vehículos habrá que ofrecer opciones de leasing competitivas. Una mejor comprensión del envejecimiento de las baterías y de las oportunidades de reciclaje puede ayudar a gestionar las primas de riesgo en los contratos de leasing.
  • Construir e invertir en las infraestructuras necesarias. Tanto las infraestructuras públicas como las de carga necesitarán un desarrollo significativo y, en este contexto, las operaciones logísticas optimizadas serán fundamentales.

En resumen, aunque los camiones eléctricos presentan desafíos iniciales, como las grandes inversiones y la necesidad de una infraestructura de carga extensa, las ventajas a largo plazo en términos de eficiencia operativa y costes totales parecen claras. A medida que la regulación se vuelve más estricta y las tecnologías de carga avanzan, los camiones impulsados por baterías eléctricas tienen el potencial de transformar significativamente la industria del transporte, impulsando la sostenibilidad y reduciendo las emisiones globales en el proceso.

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