La Fundación PwC, en colaboración con la Fundación Alex Rivera, que tiene como misión generar soluciones innovadoras para mejorar la calidad de vida de los adultos con discapacidad intelectual, ha elaborado un informe en el que se pone de manifiesto cómo cerca de la mitad de las personas con algún tipo de discapacidad intelectual (en nuestro país hay 300.000) quieren emanciparse, pero no pueden. La buena noticia es que el documento revela que la tecnología, y en concreto la IA, pueden ser herramientas eficaces para hacer que la vivienda sea cada vez más accesible para este y otros colectivos.
En concreto, el informe ‘Construyendo hogares: el acceso a la vivienda de las personas con discapacidad intelectual‘ explica cómo “las empresas tecnológicas pueden desarrollar soluciones accesibles e inclusivas que optimicen procesos de compraventa, alquiler y diseño de viviendas que cuentan con las herramientas y los apoyos necesarios para que las personas con discapacidad intelectual puedan realizar sus actividades de la vida diaria”. La innovación tecnológica debe tener un papel fundamental para conseguir que este colectivo gane autonomía.
Pero, ¿quiénes están trabajando ya para que conseguirlo? Las Proptech y las incubadoras tienen un rol clave. Las Proptech son startups que utilizan la tecnología para mejorar o reinventar cualquier aspecto del sector inmobiliario y han experimentado un gran crecimiento en los últimos años: si en el año 2017 había 50 en la actualidad hay 550, lo que está permitiendo adaptar el sector inmobiliario a las nuevas tendencias del mercado. Por otro lado, incubadoras como The Lab Ventures y The Fringe Labs también pueden contribuir a generar soluciones de accesibilidad a la vivienda para este y otros colectivos.
La llegada de las nuevas tecnologías al sector inmobiliario está permitiendo el desarrollo de tecnologías en el sector como el Big Data; el lanzamiento plataformas Peer-to-Peer, que permiten vender, alquilar o gestionar propiedades sin intermediarios, o facilitando la integración del Internet de las Cosas, que permite entre otras cosas controlar y automatizar la iluminación, la calefacción, la ventilación, el aire acondicionado o la seguridad de una vivienda. Estas y otras soluciones tecnológicas pueden ser de gran utilidad si se ponen al servicio de la accesibilidad.
El informe explica, por ejemplo, cómo los marketplace de viviendas pueden ayudar a agrupar las ofertas para estos colectivos, ofertando viviendas con las características necesarias y hasta pisos tutelados. Asimismo, las nuevas tecnologías pueden ayudar a hacer un scoring de las viviendas que tenga en cuenta el componente social o si tiene el apoyo de fundaciones. En la gestión de suministros se pueden crear plataformas que permitan gestionar los servicios de forma 100% digital e intuitiva, acompañando y dando soporte a este colectivo. La tecnología también puede ayudar a la gestión de servicios del hogar, habilitando plataformas que permiten conectar a las personas con discapacidad intelectual con profesionales de la forma más simplificada posible, agilizando los apoyos en servicios específicos de instalación, reparación o mantenimiento.
Por otro lado, la Inteligencia Artificial también puede ser muy útil para lograr dar apoyo emocional a las personas con discapacidad intelectual. La IA generativa puede servir para crear recordatorios o dar consejos en gestión doméstica, personalizando siempre las necesidades de cada persona y contribuyendo a disminuir los costes de los apoyos específicos (IA de acompañamiento, conectividad con familia, apoyos y domótica). Los asistentes de voz adaptados como Alexa o Google, los sensores de iluminación, temperatura o cierre de puertas automáticos, y la posibilidad de generar recordatorios inteligentes para gestiones rutinarias (como la toma de una medicación) son ya una realidad. Asimismo, los sensores pueden detectar movimientos inusuales y notificar a los cuidados la necesidad de ayuda, sin ni siquiera tener instaladas cámaras invasivas para la propia intimidad de los beneficiarios. En poco tiempo, los algoritmos permitirán detectar en poco tiempo señales de estrés y activar respuestas automáticas como alertar a un familiar o plantear actividades relajantes.
Más allá de las soluciones concretas, que se multiplicarán en los próximos años, la Inteligencia Artificial y la tecnología en general, bien aplicadas, pueden ser herramientas muy poderosas para que las personas con discapacidad intelectual, y otros colectivos con dificultades de accesibilidad a una vivienda propia, sean capaces de vivir con mayor independencia y seguridad.