Lo que comenzó, poco a poco, en febrero de 2025 se ha convertido en un flujo constante: cientos de empresas con sede o cotizadas en la Unión Europea están publicando sus informes de sostenibilidad conforme a la Directiva Europea de Información Corporativa sobre Sostenibilidad (CSRD, por sus siglas en inglés). Es importante porque la CSRD no es simplemente un ejercicio técnico de reporting.
Su principal objetivo es impulsar un cambio en el comportamiento empresarial: la directiva exige a las compañías que evalúen y comuniquen de forma exhaustiva los riesgos y oportunidades de negocio, en un amplio abanico de temas relacionados con la sostenibilidad. Así como los impactos de la actividad empresarial en la sociedad y en el medioambiente. Está en juego tanto la creación valor como su protección.
Desde PwC, creemos firmemente que los directivos deberían prestarle atención a la nueva normativa. Y los inversores, sin duda, lo harán. En la Global Investor Survey 2024, elaborada por PwC, más del 70% de los inversores encuestados afirmaron que las empresas deben integrar la sostenibilidad directamente en su estrategia corporativa. Aunque algunos aspectos de la normativa están cambiando principios fundamentales como la doble materialidad no tienen visos de hacerlo.
En esta fase inicial, las principales preguntas que se plantean los directivos e inversores con respecto a los informes de sostenibilidad son:
- ¿Qué riesgos y oportunidades en materia de sostenibilidad (para el negocio), así como qué impactos (sobre las personas y el medioambiente), están identificando las empresas?
- ¿Qué patrones están empezando a observarse dentro de los sectores y entre ellos?
- ¿Cómo deberían avanzar las compañías en un entorno regulatorio marcado por el cambio constante?
Para responder a estas cuestiones, en PwC hemos analizado 250 informes publicados bajo la CSRD, combinando herramientas de Inteligencia Artificial y el conocimiento experto de nuestros profesionales. Más del 70% de estos informes son de empresas de cinco países europeos, tres de los cuales (Alemania, España y Países Bajos) aún no han transpuesto la directiva a su legislación nacional. Es decir, las empresas en estos países no estaban legalmente obligadas a reportar conforme a la CSRD, pero decidieron en su mayoría hacerlo.
En nuestro análisis se muestra claramente que muchas empresas todavía están adaptándose al nuevo régimen de información. Por ejemplo, algunas compañías informaron de menos de diez impactos, riesgos y oportunidades (IRO, por sus siglas en inglés), mientras que otras identificaron más de 120. Conviene subrayar que una mayor cantidad de IRO no implica necesariamente que el informe de sostenibilidad sea de mayor calidad. Es normal que haya cierta variación, dependiendo del alcance y la complejidad del negocio. Aun así, se espera una mayor homogeneidad en los próximos años, a medida que las empresas ganen experiencia con los estándares, se consoliden las buenas prácticas y las partes interesadas aumenten sus exigencias.
Sobre la CSRD
La Directiva CSRD tiene como objetivo reforzar la información corporativa en sostenibilidad, exigiendo a las empresas que comuniquen de forma fiable los impactos, riesgos y oportunidades (IRO) materiales relacionados con la sostenibilidad a lo largo de toda su cadena de valor.
El punto de partida para reportar conforme a la CSRD es la evaluación de doble materialidad, que obliga a las compañías a identificar los IRO materiales considerando tanto la materialidad financiera (efectos sobre el negocio, expresados como riesgos y oportunidades) como la materialidad de impacto (efectos sobre las personas y el medioambiente).
En febrero de 2025, la Comisión Europea propuso modificaciones importantes a la CSRD dentro de un paquete de medidas conocido como Omnibus, y orientado a simplificar la regulación en sostenibilidad. Estas propuestas reducirían significativamente el número de organizaciones incluidas en el alcance de la directiva y aplazarían y simplificarían las obligaciones de reporting. No obstante, los principios fundamentales, como la doble materialidad, no se verán afectados.
La directiva se basa en los 12 Estándares Europeos de Información en Sostenibilidad (ESRS, por sus siglas en inglés): dos estándares transversales (que definen principios generales, conceptos y divulgaciones) y diez estándares temáticos, que detallan los requisitos para diferentes cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza. Estos estándares exigen a las empresas informar sobre cada IRO identificado en su evaluación de doble materialidad, incluyendo los planes para abordarlos.
Están obligadas a reportar conforme a la CSRD las empresas cotizadas en mercados regulados de la UE, y aquellas no cotizadas que superen ciertos umbrales de tamaño, incluidas filiales de grupos con sede fuera de la UE.
Las compañías actualmente sujetas a la Directiva de Información No Financiera (NFRD) debían aplicar la CSRD para ejercicios iniciados a partir del 1 de enero de 2024, con el primer reporting previsto para el ejercicio 2025. Los informes analizados en este artículo pertenecen a este primer grupo, denominado Wave 1.
Según el nuevo calendario aprobado por el Parlamento Europeo dentro del paquete Omnibus, las empresas no cotizadas de la UE que cumplan con los criterios de tamaño deberán reportar a partir del ejercicio 2027 (Wave 2). Las pymes cotizadas, ciertas entidades financieras y las empresas de fuera de la UE con actividad significativa en Europa deberán hacerlo a partir del ejercicio 2028 (Wave 3).
Más allá de la ampliación de los plazos, el paquete Omnibus pretende simplificar las obligaciones de reporting, reduciendo el número de datapoints requeridos y eliminando el paso previsto de una verificación con “seguridad limitada” a una con “seguridad razonable”. También propone aumentar los umbrales de tamaño empresarial para excluir del ámbito de aplicación a muchas pymes. Las compañías que decidan reportar voluntariamente podrán utilizar el estándar VSME, un marco simplificado de reporting para microempresas y pymes no cotizadas respaldado por la UE.
¿Qué temas entran en el alcance y para quién?
Los Estándares Europeos de Información en Sostenibilidad (ESRS), que sustentan el nuevo marco de reporting, incluyen diez estándares temáticos que abordan cuestiones específicas de tipo ambiental, social y de gobernanza. Tal como era de esperar, en las declaraciones que analizamos, los temas más abordados fueron el cambio climático, la plantilla y la conducta empresarial. Prácticamente todas las empresas identificaron al menos un impacto, riesgo u oportunidad (IRO) en cada una de estas áreas.
Solo dos empresas, una del sector Utilities y otra del sector Tecnológico, no incluyeron información relacionada con el cambio climático. De acuerdo con los requisitos de los estándares, ambas explicaron por qué este tema no alcanzaba el umbral de materialidad como impacto, riesgo u oportunidad relevante para su negocio o para sus grupos de interés.
Los temas menos abordados fueron biodiversidad y ecosistemas (46%), contaminación (42%), recursos hídricos y marinos (36%) y comunidades afectadas (31%). Estos resultados están en línea con los obtenidos en la Encuesta Global sobre la CSRD 2024 de PwC, en la que se preguntó a los directivos cuáles eran los temas que probablemente entrarían dentro del alcance del reporting de sus compañías.
Más allá de los porcentajes globales, se observaron patrones claros por sector. Por ejemplo, solo una minoría de las empresas del sector tecnológico, de medios y telecomunicaciones (TMT) incluyó información sobre biodiversidad y ecosistemas o sobre recursos hídricos y marinos (ambos con un 9%). En cambio, aproximadamente la mitad de las empresas industriales y del sector servicios reportó al menos un IRO en cada uno de estos temas.
Al profundizar en los subtemas y temas específicos definidos por los estándares de reporting, observamos que más de la mitad de las empresas de los sectores de consumo (59%), energía y utilities (57%) e industrial y servicios (55%) incluyeron información relacionada con la salud y la seguridad de su propia plantilla. En contraste, menos de una de cada diez empresas de servicios financieros (9%) lo hizo.
¿Y qué pasa con los casos atípicos como las empresas del sector tecnológico, medios y telecomunicaciones (TMT) que reportan sobre contaminación, o las entidades financieras que informan sobre salud y seguridad laboral? ¿Reflejan estos informes modelos de negocio poco comunes, interpretaciones particulares de los estándares o una identificación acertada de cuestiones materiales que otras compañías han pasado por alto?
La mirada financiera: riesgos y oportunidades
La CSRD exige a las empresas informar sobre los posibles efectos de la sostenibilidad en su evolución financiera, identificando riesgos y oportunidades a corto, medio y largo plazo. Para muchos directivos e inversores, esta obligación de información forma parte del núcleo del nuevo marco normativo, ya que conecta directamente la sostenibilidad con la protección y creación de valor.
Si nos guiamos por un simple recuento, la mayoría de las empresas identifican más riesgos materiales relacionados con la sostenibilidad que oportunidades. En algunos temas, esto no resulta sorprendente. Basta con pensar en la variedad de riesgos urgentes que plantea el cambio climático y la transición energética para los negocios actuales.
Sin embargo, también se observaron oportunidades de generación de valor en distintos sectores, vinculadas a cambios en las necesidades y preferencias de los clientes ante el cambio climático, al aumento de la conciencia ambiental y social, y al desarrollo de nuevas tecnologías. En este contexto, llamó la atención encontrar declaraciones de sostenibilidad de más de una gran empresa que no identificaban ninguna oportunidad.
La mirada social: impactos positivos y negativos
Según la CSRD, las empresas deben informar sobre los impactos reales o potenciales en las personas y el medio ambiente, considerando tanto sus propias operaciones como las de toda su cadena de valor. Estos impactos pueden ser positivos o negativos. En nuestra muestra de 250 declaraciones de sostenibilidad, contabilizamos un 47% más de impactos negativos que positivos. Por sectores, solo las empresas de servicios financieros, en conjunto, reportaron más impactos positivos.
Sin embargo, al igual que con las oportunidades, nos sorprendió encontrar declaraciones de algunas grandes empresas que no reportaron ningún impacto positivo. Consideramos que este patrón probablemente cambiará a medida que las empresas adquieran más experiencia y confianza en la aplicación de la normativa.
También observamos que muchas empresas informan sobre impactos en las personas y el medio ambiente, sin vincularlos a riesgos u oportunidades para el negocio. Por ejemplo, contabilizamos más de 300 impactos relacionados con la conducta empresarial (que abarca temas tan variados como la cultura corporativa, las actividades de lobby y la protección a denunciantes) y 180 impactos sobre el cambio climático sin que se asociaran riesgos u oportunidades. Si estas compañías también reportan bajo el marco de reporting de sostenibilidad del International Sustainability Standards Board (ISSB), sus informes ISSB podrían diferir de los elaborados bajo los estándares ESRS. Los estándares del ISSB exigen divulgar información sobre riesgos y oportunidades; por lo tanto, en casos donde una entidad haya identificado un impacto relacionado con el clima, pero no haya identificado riesgos u oportunidades asociados, su reporting ISSB podría no incluir información sobre cambio climático.
Tomando la temperatura al cambio climático
Como hemos mencionado anteriormente, casi todas las empresas de nuestra muestra reportaron impactos, riesgos u oportunidades relacionados con el cambio climático. Y, casi todas, revelaron más riesgos que oportunidades. Una tendencia se mantuvo constante en todos los sectores.
Cerca del 70% de las empresas comunicaron sus objetivos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En los sectores de energía, servicios públicos y recursos, así como en el industrial y de servicios, solo alrededor de la mitad lo hizo.
De igual forma, aunque casi tres cuartas partes de las empresas del análisis describieron su plan de transición climática, este porcentaje fue menor en el sector financiero. Un mensaje común de las empresas de servicios financieros fue que su plan de transición aún estaba en desarrollo. Muchas centraron sus informes climáticos en las acciones para reducir las emisiones del Alcance 3 (que incluyen las emisiones de GEI asociadas con actividades de préstamo e inversión).
Al analizar el reporting de Alcance 3 por sectores, observamos que la mayoría de las empresas informaron sobre viajes de negocios, actividades relacionadas con el combustible y la energía, así como bienes y servicios adquiridos. Más allá de estas categorías comunes, surgieron patrones claros: por ejemplo, casi tres cuartas partes de las empresas financieras reportaron datos relacionados con inversiones, mientras que solo el 15 % de las compañías del sector salud lo hicieron.
Temas, a seguir: ciberseguridad, IA, fiscalidad…
Las empresas están obligadas a reportar un indicador específico cuando identifican un impacto, riesgo u oportunidad material que no está suficientemente cubierto por alguno de los diez estándares temáticos del ESRS.
En los informes que hemos revisado, una de cada cinco empresas (20%) dió información específica relacionadas con la ciberseguridad y la privacidad de los datos. Esto tiene sentido dado el interés de los inversores en este tema. En nuestra última encuesta global a inversores, aproximadamente un tercio (36%) aseguraba que las empresas estarán altamente o extremadamente expuestas a los ciber riesgos en el próximo año.
Un pequeño porcentaje de compañías (2%) informó sobre la inteligencia artificial, destacando en su mayoría sus prácticas de IA Responsable e incluyendo la IA como una oportunidad para el negocio, un impacto positivo potencial en la sociedad o ambos. Pocas empresas señalaron la IA como un riesgo o como un posible impacto negativo para la sociedad.
La innovación es otro tema sobre el que algunas compañías (8%) informaron de impactos positivos u oportunidades para el negocio. Algunas destacaron cómo la innovación está haciendo que sus productos sean más sostenibles; otras describieron impactos sociales positivos derivados de su inversión continua en investigación y desarrollo.
Alrededor del 5% de las empresas incluyeron información relacionada con la fiscalidad, algunas como asunto de gobernanza, bajo el estándar de conducta empresarial, y otras como información específica de entidad. Estas han abarcado desde discusión cualitativa sobre políticas fiscales corporativas y gobernanza, hasta desgloses cuantitativos de la contribución fiscal total de la empresa, entre otros temas.
Cabe destacar que la presentación pública de informes fiscales país por país será obligatoria a partir de 2026 para muchas empresas europeas, según la iniciativa de transparencia fiscal de la UE. En este contexto, es comprensible que algunas empresas comiencen temprano incluyendo información país por país en sus declaraciones de sostenibilidad.
Un primer vistazo a las auditorías
La CSRD exige una auditoría independiente de los informes de sostenibilidad a nivel de revisión limitada. Algunas empresas han optado por una revisión razonable (el nivel que los inversores buscan para los estados financieros) sobre una relación específica de información -normalmente emisiones de gases de efecto invernadero o datos de su propia plantilla-. Solo una empresa de nuestra muestra de 250 empresas optó por una auditoría razonable para todo el informe de sostenibilidad.
Solo un pequeño número de los informes CSRD revisados presentaron una opinión con salvedades por parte del auditor. Muchos contenían párrafos de énfasis. Otros asuntos y limitaciones inherentes, en los que los auditores señalaron aspectos como altos niveles de incertidumbre en ciertas métricas cuantitativas, dificultades para comparar la información de sostenibilidad entre entidades y a lo largo del tiempo, y el proceso de evaluación de doble materialidad.
Conclusión
Los datos y las conclusiones de este artículo son generales. Una lectura detenida de los propios informes revela una gran cantidad de información detallada y en profundidad. También muestra que muchas empresas dentro del ámbito de aplicación de la CSRD están apenas iniciando su camino en la elaboración de informes de sostenibilidad, mientras que otras ya cuentan con años de experiencia.
Estos son los primeros pasos para la CSRD. El verdadero indicador del éxito de la directiva será si los usuarios de los informes de sostenibilidad (principalmente, aunque no exclusivamente, los inversores) los encuentran útiles, y cómo los directivos deciden utilizar los datos derivados del proceso de reporting para tomar mejores decisiones sobre nuevos productos y servicios, sobre uso más eficiente de la energía, la reconfiguración de la cadena de suministro, la planificación fiscal y otros aspectos.
Un dato final para los optimistas: el 80% de las empresas de nuestra muestra mencionaron los riesgos relacionados con la sostenibilidad en la sección de factores de riesgo de su informe anual, junto con los financieros, operativos, etc. Esto sugiere que la sostenibilidad se está integrando cada vez más en las discusiones principales sobre riesgo, rentabilidad y creación de valor. Un reporting de alta calidad bajo la CSRD solo puede acelerar este proceso.