Hagamos memoria. ¿Cómo nos informábamos hace diez años? En esa época muchos de nosotros teníamos teléfonos móviles, pero pocos de esos dispositivos disponían de Internet. De hecho, el iPhone y el iPad solo existían en la imaginación de Steve Jobs, y las redes sociales estaban en mantillas. La oferta de noticias a través de Internet ya existía, pero en realidad la gente seguía informándose a través de los periódicos en papel y las televisiones y radios nacionales. Lo de toda la vida.
Hoy ese mundo ya no existe. El avance imparable de Internet y de los dispositivos móviles ha dinamitado el mapa de las fuentes de información y nada volverá a ser como antes.
PwC ha indagado en ese cambio espectacular de la oferta y la demanda de noticias a través de una encuesta, comisionada por la cadena de televisión rusa RT, en la que centra su atención en el consumo de las denominadas noticias cross-border, es decir aquellas que se generan en medios de comunicación de fuera del país del receptor. Según la encuesta, realizada en diez países (incluido España), el 66% de los consultados afirman haber consumido noticias transfronterizas en un mes, y cada vez hay más interés por este tipo de noticias. Ello es consecuencia de la globalización de la información, que gracias a Internet y otros avances tecnológicos ha incrementado exponencialmente su disponibilidad en cualquier sitio del planeta, lo cual a su vez ha estimulado el interés y la curiosidad por las informaciones generadas en el exterior. Esa tendencia, concluye el informe, se agudizará en los próximos años, por la proliferación de dispositivos móviles y por la infinita capacidad de diseminación de las redes sociales.
Un resultado curioso de la encuesta es que una parte importante de ese interés de la gente por conocer lo que cuentan otros se concentra en los acontecimientos que se producen en su propio país. El 62% de los consultados accede a medios extranjeros para conocer nuevos puntos de pista sobre lo que pasa donde ellos viven. Así ocurrió por ejemplo, a raíz de los atentados islamistas de París en noviembre de 2015. Según cuenta un directivo del diario británico The Guardian, ese día la web del periódico registró una fortísima entrada de visitantes franceses, que buscaban en medios de comunicación extranjeros nuevos enfoques y perspectivas para intentar comprender lo que había pasado en su propio país.
¿Será suficiente el interés de los consumidores de noticias extranjeros para crear modelos de negocio sostenibles en el maltrecho ecosistema empresarial de los medios de comunicación? Es difícil de saber. Lo que es seguro es que el interés por este tipo de informaciones es en sí mismo una señal positiva de la apertura hacia horizontes de conocimiento más amplios.