A finales de 2014, más de cinco millones de personas utilizaron servicios de transporte compartido como Uber, Lyft o ZipCar, entre otras. La aparición de estas plataformas se ha visto con inquietud en el sector del automóvil, en la medida que puede afectar negativamente a la demanda de vehículos. Sin embargo, recientemente, algunos estudios han señalado que la irrupción de estos servicios podría significar la aparición de nuevas oportunidades para la industria, al configurarse un nuevo escenario de demanda, de competidores y de posibles socios.

Estas novedades tienen que ver con el cambio en el comportamiento del consumidor y con su nueva visión de la movilidad, un factor especialmente para los consumidores que moldearán la demanda del futuro: los millenials. Sobre ellos parece gravitar una posibilidad aún no resuelta: la de abandonar gradualmente el uso privado de un vehículo en propiedad, en favor de soluciones de movilidad compartida, más eficientes y al alcance de su smartphone.

Junto a este, hay otro elemento que será determinante: la legislación más o menos restrictiva de las autoridades. Mediante sus decisiones, el poder público va a seguir jugando un papel muy relevante en distintos ámbitos como la seguridad, el cuidado del medio ambiente o en el futuro del sector en mercados emergentes como China, Brasil y México.

La combinación del comportamiento del consumidor y la legislación de los gobiernos, en sus distintas variables, da lugar a cuatro posibles escenarios, recogidos en nuestro informe Re-inventing the Wheel, con diferentes riesgos y oportunidades para el sector automoción.

1. La conducción automática pisa el acelerador. Este escenario vendría enmarcado por un ambiente regulatorio favorable a las compañías, y una mayoría de consumidores desplazándose a través de plataformas de transporte compartido. Esto produciría una competencia feroz entre las distintas compañías que ofrecen este servicio. La marca y la antigüedad del vehículo serían ventajas competitivas para fidelizar al cliente. Este sería el entorno ideal para que los vehículos sin conductor se consolidaran como la alternativa de futuro, irrumpiendo en el mercado de la mano de empresas tecnológicas. El gran avance podría producirse cuando este tipo de coches sin conductor pudieran ser una opción viable como vehículo en plataformas de transporte compartido.

2. Conductores eléctricos. La coincidencia de una legislación restrictiva y la preferencia mayoritaria de hacer uso de servicios de transporte compartido darían lugar al segundo hipotético escenario. Las estrictas exigencias en cuanto a eficiencia de los carburantes y emisiones de gases derivarían en un crecimiento en la venta de vehículos eléctricos. Mientras, los servicios de vehículos compartidos estarían fuertemente legislados, en regímenes similares a los de los taxis.

3. La conectividad, cantera de nuevos campeones. El tercero de los posibles escenarios es el más parecido a la realidad actual. Este sería el resultado de la convivencia de políticas regulatorias poco restrictivas y una mayoría de consumidores que se inclina por tener en propiedad un vehículo para su uso privado. La clave de este escenario se encontraría en los mercados emergentes. Al mantener políticas de apertura, abrirían la posibilidad de construir plataformas globales y atraer capital y talento. También las empresas locales, y en concreto las chinas, podrían aprovecharse de este contexto para sacar al mercado global sus modelos. A nivel global, el mercado de la automoción iría evolucionando hacia un clusterde innovación que incluiría a empresas tecnológicas, y del que las marcas de lujo podrían sacar un rendimiento interesante. El informe ‘2015 Connected Car Study’, de Strategy&, prevé que el conjunto de productos relacionados con estos ‘coches conectados’ generen ingresos potenciales por valor de 122.000 millones de euros en el año 2021, en comparación con los 40.000 millones del año que viene.

4. Prevalece el negocio local. El último de estos escenarios hipotéticos estaría marcado por la convivencia de un uso mayoritario del vehículo como medio de transporte privado y una regulación restrictiva, que haría que decreciera el atractivo de entrar en mercados emergentes. El negocio sufriría una fuerte regionalización: las compañías operarían a nivel regional, y suministrarían su producto en mercados locales. El éxito en este escenario pasaría necesariamente por comprender a fondo el panorama regulatorio y su posible evolución. Igualmente, podría ser asegurarse de que los puntos de venta pueden responder con rapidez a cambios en las preferencias locales.

A pesar de la la diversidad de situaciones que se abren en torno a estos cuatro escenarios, existen medidas que resultan aconsejables en la etapa de incertidumbre en la que nos encontramos. Por ejemplo, y en relación a lo mercados emergentes, anticiparse a los cambios respecto a las demandas de los clientes en relación con la legislación, y revisar las capacidades para competir en China, son factores a tener en cuenta. Igualmente, escoger un plan de distribución y ventas adecuado será determinante para alcanzar el éxito. En definitiva, las compañías deben avanzar en el desarrollo de una estrategia flexible, que les permita adaptarse con agilidad a los cambios que puedan surgir en el entorno actual de incertidumbre.

Más información | Re-inventing the wheel: Scenarios for the transformation of the automotive industry

Contacto en PwC

Manuel Díaz

Manuel Díaz

Socio responsable de Cadena de Suministro, del sector Industrial y de Automoción de PwC

+34 915 684 693

Escríbeme