Si es usted inversor y busca oportunidades de crecimiento en Europa, aquí tiene cinco: las finanzas colaborativas, el alojamiento compartido, el transporte compartido, los servicios profesionales bajo demanda y los servicios para el hogar bajo demanda. Estos cinco sectores, que se basan en plataformas online y que podríamos considerar son el núcleo duro de la economía colaborativa, generan actualmente unas transacciones por valor de 28.000 millones de euros anuales, pero según un informe elaborado por PwC en 2025 alcanzarán los 570.000 millones de euros, es decir, veinte veces más. Los ingresos de las plataformas que soportan estos negocios crecerán en una proporción parecida, al pasar de los 4.000 millones actuales a 83.000 millones en 2025. Todo un diamante en bruto para una economía europea que los últimos años se ha acostumbrado a tasas de crecimiento muy bajas.
Los cinco sectores analizados tienen un alto potencial de crecimiento, pero el que cuenta con una mayor proyección, según el estudio, es el los servicios para el hogar bajo demanda, en el que se incluyen la comida a domicilio (con plataformas como Just Eat o Deliveroo) y las reparaciones en el hogar (Etece, TaskRabbit). Los cálculos realizados prevén que puede crecer a un ritmo anual de casi el 50% hasta 2025.
Los cinco sectores analizados tienen un alto potencial de crecimiento, pero el que cuenta con una mayor proyección, según el estudio, es el los servicios para el hogar bajo demanda
Según PwC, fenómenos tan conocidos como Uber o Airbnb son el principio de una tendencia que ha llegado aquí para quedarse y que a medio plazo va a rivalizar en tamaño con los sectores tradicionales con los que compiten. “Esto es solo el comienzo”, dice Rob Vaughan, economista de PwC. Además, más allá de los grandes nombres de la economía colaborativa, ha empezado a crearse un ecosistema empresarial cada vez más compacto. El estudio ha constatado la existencia de al menos 275 compañías de esta naturaleza en nueve países (Alemania, Bélgica, Reino Unido, Francia, España, Italia, Polonia, Suecia y Holanda), lo cual da una idea del dinamismo y la proliferación de iniciativas en un sector que tiene unos pocos años de vida.
PwC subraya que la pujanza de los principales sectores de la economía colaborativa no solo tiene un impacto en el mundo de los negocios, sino que a medio plazo es capaz de transformar por completo los usos y costumbres sociales, tanto en el trabajo como en el tiempo de ocio.
Solo hay un pero. El informe destaca que la acelerada evolución de este tipo de negocios exige una respuesta igualmente rápida, coordinada y ágil por parte de las administraciones públicas y de los reguladores, tanto a nivel nacional como europeo, a fin de reforzar la posición de Europa como foco de irradiación de la economía colaborativa. Sin embargo, y a pesar de los intentos de la Comisión Europea por centrar el debate y eliminar barreras obsoletas, las primeras evidencias de aplicación de las regulaciones administrativas y fiscales a la economía colaborativa revelan una enorme disparidad entre los distintos países de la UE, lo cual crea confusión y ruido alrededor del sector y puede llegar a frenar su desarrollo. Es lo que tienen las revoluciones, incluso las del mundo de los negocios: se sabe cómo empiezan pero no cómo acaban.