La IA se cuela en las cabinas de los comentaristas deportivos

Me gusta ver el rugby, aunque sé muy poco al respecto y los comentaristas deportivos tampoco me ayudan mucho. Consideran, con razón, que se dirigen a personas que consumen mucho rugby y no piensan que haya necesidad de explicarme cuestiones básicas para ayudarme entender bien los partidos. Pero las nuevas tecnologías emergentes podrían resolver pronto mi problema.

Algunas compañías están trabajando ya en Inteligencia Artificial (IA) capaz de generar comentarios deportivos personalizados, lo que significa que podría ver partidos de rugby en streaming y escuchar a un comentarista generado por IA, cuyas apreciaciones se adapten a mi nivel de conocimiento. Mi comentarista robot me explicará, pacientemente, la diferencia entre lo que es un blood bin (un tipo especial de sustitución que se puede usar en el caso de que un jugador tenga que dejar el terreno de juego, temporalmente, mientras que es atendido de una lesión) y un tight head (una de las posiciones de los jugadores de un equipo de rugby).

Pero lo más interesante de la IA es que nos permite reinventar cosas que nunca habíamos imaginado. El coche autónomo, por ejemplo, no solo hará que la conducción sea más eficiente sino que redefinirá el concepto de transporte personal. Y así ocurre con los comentarios deportivos, que tendrá implicaciones mucho más allá del deporte.

La IA pronto será capaz de producir retransmisiones deportivas personalizadas para cada espectador

Las retransmisiones deportivas actuales son restos del siglo XX; una reliquia de una era dominada por economías de escala y por la producción en masa. Cuando la manera de ganar dinero era hacer lo mismo para la mayor cantidad de personas posible. Las retransmisiones de eventos deportivos comenzaron en la década de 1920, en la radio: los comentaristas tenían que describir literalmente todo lo que sucedía en el terreno de juego. En 1939, cuando el deporte dio el salto a la televisión, también lo hacen los comentaristas, porque eso es lo que esperaba gente. Ahora no podemos imaginarnos un partido televisado sin alguien hablando.

Sin embargo, tenemos que aguantar los mismos comentarios: la misma talla para todos. Al locutor no le importan tus intereses individuales. Tal vez prefieras escuchar mucho más sobre la estrategia del juego o recibir detalles sobre cómo se llevan los propios jugadores: “Mira, este jugador odia a aquel otro, así que va a haber una pelea”. No, tienes que escuchar lo mismo que todos los demás.

Lo cierto es que no ha habido una alternativa para personalizar, de manera rentable, los comentarios deportivos al gusto de cada espectador, hasta hace poco. Compañías como IBM y Amazon han estado trabajando en el uso de robots con IA para narrar transmisiones deportivas personalizadas. La tecnología de IBM debutará pronto. Y el año pasado, la Major League Baseball anunció que se ha unido a Amazon para desarrollar tecnología basada en inteligencia artificial que “creará análisis para competiciones en directo, con el tono y el estilo de los locutores más icónicos”.

Lo nuevo aquí son los comentarios y la capacidad de personalizarlos. Durante los últimos años, la IA ha entrado en profundidad en la producción deportiva. Se ha utilizado para hacer predicciones durante los partidos de cricket en la India y desarrollar estadísticas sobre béisbol.

Pasar de este tipo de aplicaciones de IA a comentarios personalizados ha sido un salto. Por ejemplo, la trayectoria de IBM en el ámbito de los comentarios con IA empezó en 2017, en Wimbledon. El torneo de tenis incluye 675 partidos durante dos semanas, muchos de ellos al mismo tiempo. Para los productores, encontrar imágenes de los momentos más dramáticos en cada partido y reunir los mejores momentos para los fans es una pesadilla. “Ningún equipo de producción puede seguir el ritmo”, dice John Smith, investigador de IBM que ahora está trabajando en el proyecto de comentarios con IA. Pero en situaciones como estas, la inteligencia artificial puede ayudar.

Para hacer que la IA funcione en el mundo de los deportes, los investigadores confían en una tecnología llamada aprendizaje de extremo a extremo -en inglés, earning end to end. En lugar de hacer que 100 ingenieros escriban algoritmos para rastrear cada aspecto del juego, los programas de aprendizaje end to end aprenden por sí mismos. Los investigadores los configuran y luego les hacen ver miles de partidos: video y audio. Una vez que son capaces de comprender lo que es importante y lo que no, puede reunir lo más destacado de forma instantánea.

El siguiente paso hasta los comentarios es agregar tecnología de lenguaje natural. Los expertos han estado escribiendo artículos sobre este tema durante años. Por ejemplo, Greg Lee y Vadim Bulitko, de la Universidad de Alberta en Canadá, publicaron en 2010 ‘La narración automatizada en los deportes: un dominio rico para explorar‘. Por ahora, la tecnología ha avanzado “hasta el punto de que podemos alimentarla con un juego que aún no ha visto y comenzar a hablar, describiendo lo que ve”, explicaba Smith.

Sin embargo, el sistema aún no es perfecto. Smith me enseñó un corte que recogía una narración de IBM y, aunque las voces suenan bastante humanas y se muestran excitadas o críticas en los momentos correctos, todavía hay extraños problemas técnicos. Por ejemplo, en el fútbol la IA se atasca en el término cruzado -en inglés, cross-:  “Dice que todos los pases largos son cruzados”, explica Smith. Otro desafío es que los equipos que realizan las retransmisiones deportivas no sólo hablan, sino que mantienen conversaciones. Y recrear ese tipo de conversaciones es un reto complejo y aún no superado.

Aun así, el aprendizaje automático y el procesamiento del lenguaje natural hacen posible desescalar las retransmisiones deportivas y generar comentarios personalizados para cada uno de los espectadores. ¿Te gustaría que los partidos de fútbol los comente una mujer con con acento francés? Hecho. ¿Quieres ver un partido de hockey de los Washington Capitals en el que el único jugador del que hablan los comentaristas es Alex Ovechkin? (“Ahora está sentado en el banquillo bebiendo agua. ¡Oh, espera, está maldiciendo al árbitro en ruso!”). Tus deseos son órdenes.

Por supuesto, tales desarrollos en IA podrían provocar un efecto dominó. Si la IA puede narrar una competición deportiva de manera personalizada y sin perder un ápice de emoción, ¿para qué necesitamos personas para contarnos cualquier tipo de actividad, incluidas las noticias? ¿Cuánto tiempo pasará antes de que un par de ordenadores portátiles narren la Nochevieja en Times Square?

La Agencia de Noticias Xinhua de China lanzó el primer presentador de noticias de inteligencia artificial del mundo en 2018 y, ahora, acaba de crear otro avatar. Y la complejidad de las conversaciones que esta tecnología va a ser capaz de gestionar solo va a ir en aumento. Este año, IBM dio a conocer una nueva investigación, llamada Project Debater, que la compañía anuncia como “la primera tecnología de inteligencia artificial capaz de participar de manera significativa en un debate, en directo, con un humano”.

Si la IA se vuelve lo suficientemente buena para debatir, podríamos llegar a un punto en el que escuchemos los diálogos y ya no sepamos si un humano está participando. Podríamos sintonizar una retransmisión deportiva y terminar escuchando a dos máquinas discutiendo si el entrenador debe ser despedido o no.

Si, para entonces, el entrenador también es una máquina, ya sabes: desenchúfalo.


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