El sismógrafo de la sostenibilidad: Davos, también capital de los ESG

La sostenibilidad es uno de los grandes desafíos del mundo de los negocios de hoy. La creciente importancia de los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) obliga a las empresas a reconsiderar sus estrategias. Así ha quedado demostrado en Davos. Además de la preocupación sobre la inflación y la recesión, en la edición de este año del World Economic Forum se han presentado diversas iniciativas relacionadas con la sostenibilidad, incluyendo la respuesta de la Unión Europea a las subvenciones de Estados Unidos a las tecnologías verdes. Para detectar el impacto de estos movimientos en las empresas, cada quince días publicamos El sismógrafo de la sostenibilidad, una serie en la que ofrecemos una compilación de informaciones y análisis relacionados con la sostenibilidad.

CUMBRE DE DAVOS

El calentamiento climático y otros debates bajo la nieve
La reunión anual del World Economic Forum, que se celebra en Davos (Suiza), está considerada la cumbre del capitalismo mundial. En torno a ella se presentan proyectos y se organizan debates que marcan la agenda económica global. En la edición de este año, además de las obligadas referencias a la subida de los precios, los tipos de interés y el enfriamiento global, el programa de Davos ha dado relevancia a los temas de sostenibilidad.

Quizás la iniciativa más importante presentada en la ciudad suiza, bajo una meteorología invernal extrema, fue la respuesta de la Unión Europea al plan estadounidense para subvencionar inversiones verdes, que se desarrolla en un texto independiente de este sismógrafo.

Pero ha habido muchas otras cosas esta semana en Davos. Por ejemplo, una iniciativa de 137 empresas para alinear métricas de ESG en sus informes no financieros, que es especialmente oportuna teniendo en cuenta el déficit que existe sobre indicadores de sostenibilidad fiables y consistentes. La tradicional encuesta de CEOs que cada año realiza PwC también aportó luz sobre el debate del clima en las empresas. La mayoría de los primeros ejecutivos consultados cree que el cambio climático tendrá un impacto en sus empresas en los próximos doce meses, en especial en su estructura de costes y en sus cadenas de suministro (ver más información en esta edición de Ideas).

La figura de Larry Fink, el icónico presidente de BlackRock, también tuvo un eco considerable. Larry Fink se quejó de la polarización y la politización en el debate de los criterios de ESG y reconoció que su empresa había perdido por ese motivo 4.000 millones de dólares en fondos gestionados.

Norges Bank, el fondo soberano noruego, acaparó asimismo muchos titulares en Davos. Su primer ejecutivo, Nicolai Tangen, censuró la inacción de muchos consejos de administración e instó a sus miembros a actuar para mejorar la gobernanza de sus empresas y fortalecer los principios de sostenibilidad. El fondo noruego es especialmente crítico con el aumento de las remuneraciones de los equipos directivos. Norges Bank aprovechó también Davos para anunciar una alianza con Iberdrola que hará posible una inversión en energías renovables en España por 1.225 millones de euros.

REGULACIÓN

Subsidios europeos, la cuña de la misma madera
2022 se cerró con la incógnita de cómo reaccionaría Europa en el conflicto con Estados Unidos por las subvenciones de la Administración Biden a las energías renovables (369.000 millones de dólares destinados a inversiones en suelo estadounidense). Ahora ya sabemos por dónde van los tiros. La Unión Europea está madurando un proyecto para responder con la misma moneda y subsidiar las inversiones verdes, tal y como confirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en Davos. El plan, denominado Pacto Verde Industrial, incluirá un fondo para financiar las ayudas (mediante préstamos y subvenciones a fondo perdido) y obligará a relajar las normas de ayudas de estado que rigen en la UE.

La cuantía del fondo podría rondar los 350.000 millones de euros, según el comisario de Mercado Interior, el francés Thierry Breton. Por cierto, que Francia es el país que más ha presionado para tomar esta decisión. El presidente Macron defiende que la UE debe adoptar una estrategia industrial made in Europe, con el fin de atraer o retener a las empresas de paneles solares, baterías, hidrógeno y materias primas críticas para el desarrollo de las energías renovables. Otros países, como Holanda, son menos entusiastas con el proyecto, que también ha despertado recelos en la Organización Mundial del Comercio por su carácter proteccionista.

EMPRESAS

Preparando la nueva era de la transparencia
Las empresas han empezado a prepararse para afrontar las nuevas obligaciones informativas en materia de sostenibilidad. Por si había alguna duda, la aprobación definitiva de la directiva europea de Información Corporativa de Sostenibilidad (CSRD, en inglés) y de los estándares europeos por parte del Grupo Asesor Europeo de Información Financiera (Efrag), así como las nuevas normas que pretende imponer la SEC estadounidense, son la demostración de que no hay marcha atrás.

Las empresas también se están poniendo las pilas para adaptarse a la nueva era de la transparencia, reforzando sus equipos profesionales de sostenibilidad y trabajando en métricas ESG, especialmente en materia de emisiones medioambientales. La mejora de la información relativa a los criterios ESG redundará previsiblemente en una reducción de las prácticas de greenwashing, que tanto en Estados Unidos como en Europa han alcanzado niveles alarmantes. Un reciente informe de la Comisión Europea señala que el 53% de los productos y servicios publicitados como sostenibles en la Unión Europa son un engaño.

Lo sostenible también mejora el sueldo
Poco a poco, las empresas de todo el mundo están incorporando indicadores de sostenibilidad en los planes de incentivos a sus directivos. O no tan poco a poco, si atendemos a los resultados de un reciente informe sobre remuneraciones. El estudio revela que en 2022 el 77% de las compañías analizadas (885 grandes empresas de Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Canadá) incluyeron al menos una métrica de ESG en sus programas de compensación. Ese porcentaje es el doble que en 2021.

También se habla estos días de sueldos en Apple, después de que su comité de compensaciones haya decidido recortar en un 40% en 2023 el paquete de remuneraciones de su primer ejecutivo, Tim Cook, a petición de él mismo. La medida ha sido adoptada después de que se observara una crecimiento en las críticas de los accionistas de Apple a los incentivos en forma de acciones que recibía su equipo directivo. Tim Cook cobrará 49 millones de dólares, frente a los 84 millones de 2022.

INVERSIÓN

Año difícil para emisiones y fondos ESG
Cuando todavía no ha concluido el mes de enero, ya se están haciendo balances del ejercicio de 2022 en materia de inversiones. El año, marcado por la invasión de Ucrania y por la polémica sobre los combustibles fósiles, fue complicado. Las emisiones de bonos sostenibles cayeron notablemente en Europa (un 30%) y en Estados Unidos (un 37%). Solo Asia se mantuvo en los mismos niveles de 2021, gracias a los proyectos de descarbonización de sus redes energéticas y a los bajos tipos de interés en China.

También sufrieron las inversiones en fondos alineados con los criterios ESG. En los tres primeros trimestres del año se registraron descensos significativos en los flujos de inversión, sobre todo en Europa, que aún así acapara el 65% de los fondos de inversión cotizados en todo el mundo.

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