Esta semana se ha celebrado, en la localidad suiza de Davos, el Foro Económico Mundial. El encuentro, que reúne a la flor y nata del mundo de los negocios y de la política, ha recuperado su altura (con 1560 metros se jacta de ser la ciudad más elevada de los Alpes) y su esplendor, después de varias ediciones marcadas por la pandemia. Un año más (y van 26) en PwC hemos presentado nuestra Encuesta Mundial de CEOs, que recoge el pulso de más de 4.400 presidentes y consejeros delegados de todo el mundo. ¿Cuáles son sus previsiones para 2023? ¿Cómo afrontan el difícil momento económico? ¿Qué piensan hacer en sus empresas? Te lo explicamos todo, en detalle, a continuación.
El pesimismo y la cautela son las dos palabras que mejor definen el sentir de los CEOs mundiales sobre la evolución de la coyuntura económica internacional y de sus negocios en 2023. Pesimismo porque el 73% de los máximos ejecutivos globales (el 76% de los españoles) prevén una desaceleración de la economía mundial en los próximos doce meses. Y cautela -o prudencia- porque, a pesar de lo negativo de estas perspectivas, el 60 % de los CEOs no están pensando en reducir sus plantillas y el 80% tampoco prevé ajustar la remuneración de sus empleados, sino que apuestan por transformar sus negocios, recortar los costes operativos, mejorar la productividad y diversificar sus fuentes de ingresos como recetas ante la actual situación.
La caída de la confianza de los primeros ejecutivos en la evolución de la coyuntura económica mundial es la mayor que registra la encuesta en los últimos doce años y contrasta con el fuerte optimismo, también en niveles récord, de 2021 y 2022. Destaca el pesimismo de los CEOs pertenecientes a los países del G-7 que se están viendo muy afectados por la crisis energética, y donde una mayoría cree que sus economías domésticas se van a comportar todavía peor que la coyuntura internacional, como sucede en Francia (70% / 63%), Alemania (94% / 82%) y en el Reino Unido (84% / 71%). Mientras que, entre los más positivos, se encuentran los altos directivos de Estados Unidos, Brasil, India y China.
Los CEOs globales tampoco tienen una percepción buena de cómo van a evolucionar los ingresos de sus empresas en 2023: en conjunto, la confianza cae un 26% respecto al año pasado. En España, el porcentaje de directivos que confían completamente en cumplir con sus objetivos de ingresos cae respecto al año pasado -del 64% al 26%-, y la mayoría -el 53%- se declara moderadamente confiado. En cuanto a los mercados preferidos para la inversión para las compañías españolas, Estados Unidos (44%), Alemania (29%), México (24%) y Francia (21%) son los destinos preferidos.
Cambian los riesgos y las amenazas
Si hace un año, la ciberseguridad y la salud se situaban entres las máximas preocupaciones de los CEOs para la actividad de sus empresas, en la actualidad, el panorama ha cambiado sensiblemente. La inflación, la volatilidad económica y los conflictos geopolíticos son, por este orden, las tres grandes amenazas para las compañías en el corto plazo, según los máximos directivos entrevistados tanto a nivel global como en España.
Cómo no podía ser de otra manera, la guerra en Ucrania ha incrementado la preocupación de los directivos por los conflictos geopolíticos en todo el mundo, lo que les está llevando a retocar algunos aspectos de los modelos operativos de sus empresas. En este sentido, en los próximos doce meses los CEOs tienen previsto incrementar sus inversiones en ciberseguridad (48%), ajustar sus cadenas de suministro (46%), repensarse su presencia en algunos mercados o la entrada en otros nuevos (46%).
Ajustar costes, pero sin tocar el empleo
A diferencia de lo que sucedió en la anterior crisis financiera, entre 2008 y 2009, los máximos ejecutivos han puesto las luces largas y apuestan por mirar más allá de este año. Tienen previsto ajustar los costes y ampliar sus fuentes de ingresos en 2023. Concretamente, el 52% espera reducir sus costes operativos, el 51% tiene previsto subir los precios de sus productos y el 48% diversificar sus productos y servicios. Sin embargo, la mayoría no contempla tocar el empleo ni la remuneración de sus empleados. De hecho, la falta de talento con las capacidades que necesitan las compañías seguirá siendo una constante en 2023.
Por primera vez -y a la vista de cómo se han acelerado las tendencias disruptivas en el mundo de los negocios-, la encuesta pregunta a los CEOs sobre cuál considera que será la vida media de sus compañías y la respuesta es significativa: el 40% cree que sus empresas dejarán de ser viables en menos de diez años si sigue por el mismo camino. Esta repuesta es consistente entre los máximos directivos de distintos sectores, como los de telecomunicaciones (46%), industria (43%), salud (42%) y tecnología (41%). Cuando se les interroga sobre cuáles son los desafíos que pueden afectar a la rentabilidad de sus compañías en la próxima década, el 56% asegura que el cambio en los hábitos de comportamiento de los consumidores, el 53% la nueva regulación, el 52% que la falta de talento y el 49% que la disrupción tecnológica. En el caso de los CEOs españoles, los desafíos son similares, aunque destaca que más del 70% de los entrevistados en nuestro país sitúan a la regulación como gran desafío para la rentabilidad de sus compañías.
Tal es la necesidad de transformarse de las compañías que los máximos directivos de todo el mundo creen que deberían dedicarle más tiempo a pensar en la estrategia de futuro de sus empresas -el 57% por el 47% actual-, y menos a gestionar la operativa del día a día -el 43% de su tiempo por el 53% que dedican en la actualidad-.
El cambio climático
Los CEOs que han participado en nuestra encuesta no han situado al cambio climático entre los cinco riesgos más relevantes en los próximos doce meses. Sin embargo, esta cuestión está afectando a sus costes (50%), a sus cadenas de suministro (42%) y a sus activos físicos (24%). De hecho, los máximos ejecutivos son conscientes de los efectos que el cambio climático puede tener en sus negocios y en la sociedad en el largo plazo y el 65% ya ha puesto en marcha, o está en proceso de hacerlo, iniciativas para reducir las emisiones de carbono de sus compañías y el 61% está innovando en productos y procesos más ecológicos.