La sostenibilidad es uno de los grandes desafíos del mundo de los negocios. La creciente importancia de los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) obliga a las empresas a reconsiderar sus estrategias. Y lo están haciendo. Según los datos recogidos en el informe «Implantación de la Agenda 2030 en las Empresas Españolas. Resultados de la consulta de desarrollo sostenible 2024», siete de cada 10 empresas ya dispone de una estrategia o plan de sostenibilidad y un 44% de ellas están alineadas con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), de Naciones Unidas. Y cada vez conocen mejor los objetivos: en 2024, el 88% de las empresas afirman conocer la Agenda 2030, lo que supone 29 puntos porcentuales más que en 2018, como recogió Expansión.
Por otro lado, y siguiendo en el ámbito de las empresas, según la firma de calificación de sostenibilidad Standard Ethics, las grandes compañías españolas cotizadas están mejorando la calidad de la información y la gestión de los riesgos ESG. En un estudio sobre las 40 empresas cotizadas más importantes, así como de las 20 mayores entidades de mediana capitalización, el 50% cuentan con grado de sostenibilidad, frente al 46% de enero de este año.
Para detectar el impacto de estos movimientos en las empresas y la sociedad, cada quince días publicamos El sismógrafo de la sostenibilidad, una serie en la que ofrecemos una compilación de informaciones y análisis relacionados con la sostenibilidad.
OBJETIVOS ODS
Siete de cada 10 empresas españolas ya disponen de un plan de sostenibilidad, según Naciones Unidas
Las empresas no parecen tener dudas sobre la necesidad de ir adaptando su estrategia y su modelo productivo a la normativa sostenible. Algunos directivos, en privado, dicen que están soportando un “tsunami verde” y otros consideran que algunas empresas practican más el lavado de imagen que la asunción de medidas reales.
El caso es que la ONU vigila la acción de las empresas porque los ratios generales de los países en la lucha contra el cambio climática van retrasados. Sólo se han cumplido el 17% de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y un 35% se encuentran estancadas o incluso en retroceso. Sin embargo, el tejido empresarial sí está poniendo de su parte. De hecho, siete de cada 10 empresas encuestadas ya dispone de un estrategia o plan de sostenibilidad y un 44% de ellas alineadas con los ODS, según indicó Expansión.
Esta es una de las conclusiones del informe Implantación de la Agenda 2030 en las empresas españolas. Resultados de la consulta de desarrollo sostenible 2024 del Pacto Mundial de Naciones Unidas España. Se trata de un estudio bienal que realiza la iniciativa líder en sostenibilidad desde 2018 para analizar el estado de integración de los ODS y otras áreas de la sostenibilidad en las empresas españolas. En esta ocasión, los resultados se extraen de una encuesta cuantitativa a más de 2.300 empresas españolas y entrevistas en profundidad a personas expertas.
Cada vez son más empresas las que conocen y apuestan por este marco de actuación de Naciones Unidas. En concreto, el 88% de las empresas afirman conocer la Agenda 2030, 29 puntos porcentuales más que en 2018.
Por otro lado, la firma británica Standard Ethics publicó sus calificaciones corporativas sobre España, en las que valora las acciones realizadas bajo el paraguas de los principios ESG de las 40 empresas cotizadas más importantes, así como de las 20 mayores entidades de mediana capitalización. Un camino que ha entrado en “vía de aceleración”, recalca, según Expansión.
De acuerdo con la agencia, el porcentaje de compañías españolas cotizadas más importantes que cuentan con el grado de sostenibilidad ha pasado del 46% al 50% en comparación con enero de este mismo año.
Además, se ha reducido del 53% al 45% el porcentaje de firmas que no son totalmente sostenibles, por lo que únicamente el 5% de las grandes empresas son consideradas no sostenibles por la agencia de calificación.
MERCADO ELÉCTRICO
La energía renovable reduce un 27% el consumo de gas en España en lo que va de año
El uso de las energías renovables no deja de crecer y su principal consecuencia es que están expulsando a los ciclos combinados en las horas centrales del día, reduciendo su aportación a las horas punta y a las madrugadas para la producción de electricidad.
Si la década pasada fue la que se prescindió del carbón, ahora todo indica que la siguiente energía que perderá protagonismo será el gas natural. El consumo de esta energía fósil se contrajo un 26,6% en los cinco primeros meses del año, según las cifras publicadas por la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) y que recogió Cinco Días en un artículo.
La entrada en acción de los ciclos combinados se está viendo restringida ya que los paneles solares, la nuclear, la hidráulica y el viento pueden atender una demanda que, aunque empieza a dar señales de reactivación, sigue aletargada desde la crisis energética.
Esta menor necesidad de echar mano de los ciclos combinados se traduce también en precios menores en muchas franjas horarias de las que, en años anteriores, estas centrales marcaban la pauta al resto del mercado. Aunque atenuada por la llegada del calor, la tendencia a la baja del gas tiene muchos visos de continuar en los próximos meses. Tanto para julio como para agosto, el gestor del sistema gasista español (Enagás) proyecta un descenso interanual del 11% en la quema de este combustible para generar electricidad. Una caída notablemente menor a la registrada en mayo (de más del 38%), pero igualmente reseñable.
Hay un factor coyuntural para entender esta fuerte caída en la demanda de gas para el sector eléctrico: el buen año hidrológico, que ha reducido notablemente la necesidad generación de electricidad en España con gas.
CONTAMINACIÓN URBANA
Más de 100 ciudades españolas eluden implantar las Zonas de Bajas Emisiones efectivas
La contaminación de las ciudades provoca enfermedades y fallecimientos a los ciudadanos con problemas respiratorios. Los científicos lo han demostrado, y la UE ha hecho bandera de ello, pero todavía hay regidores municipales que se resisten a tomar medidas. Acabado el plazo para implementar las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) efectivas, tan sólo 19 ciudades han aplicado esta medida, mientras que 114 se encuentran en tramitación por desinterés e inacción y 13 ni siquiera han iniciado el proyecto, según ha informado Clean Cities en un comunicado publicado por EFEverde.
Es cierto que dentro de esas 127 ciudades que ignoran la ley hay grados: más de un centenar de ellas están tramitándolas y 13 ni siquiera han iniciado el proceso, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica. Las otras 13 urbes siguen sin comunicar novedades al ministerio son: Valdemoro, Arganda y Aranjuez (Madrid), Motril (Granada), Barakaldo (Bizkaia), Ferrol (A Coruña), San Lúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María (Cádiz), Calvià (Mallorca), Orihuela (Alicante), Telde (Gran Canaria), Mijas (Málaga) y Arona (Tenerife).
Pero que estén designadas o activas estas zonas tampoco significa que estén cumpliendo la normativa al 100%. Los ministerios de Transportes y Transición Ecológica sospechan que algunos ayuntamientos pueden estar haciendo un lavado de imagen y han creado un grupo de trabajo para definir de forma coordinada qué es de verdad una zona de bajas emisiones y que no, según publicó El País.
Entre las razones que han llevado a muchos ayuntamientos locales a no promover su ejecución han sido la falta de interés, la desafección y las razones político-partidistas, que explican que más de 100 ciudades españolas y su ciudadanía vivan en una situación de ilegalidad frente a Bruselas.
CONTAMINACIÓN MARINA
Las islas de plástico oceánicas ocupan más de 7 millones de kilómetros cuadrados, la superficie de Australia
Pese a las iniciativas internacionales por reducir y recoger el plástico acumulado en islas por todos los mares, la capacidad de contaminar supera a la de recolectarlo. En su conjunto, la superficie de basura del Pacífico abarca 1,6 millones de kilómetros cuadrado, según un estudio publicado en 2018 por Nature, recogido por EFEverde, en el que se añade que estas manchas siguen creciendo y que acogen más de 80.000 toneladas de plástico.
La del Índico abarca entre 2,1 y 5 millones de kilómetros, mientras que la del Atlántico Sur cubre 0’7 millones de kilómetros. No hay estimaciones sobre la superficie de la isla del Atlántico Norte, pero se calcula que acumula unos 200.000 trozos de basura por kilómetro cuadrado de la isla.
En total, la cinco grandes islas de plástico y basura, ocupan ya una superficie de más de siete millones de kilómetros cuadrados, lo que equivale al tamaño del continente australiano, según el citado artículo.
El 3 de julio fue el Día Internacional sin Bolsas de Plástico y se siguen tomando decisiones para evitar su propagación, según datos facilitados por Gravity Wave, empresa que se dedica a la recogida de plásticos del mar y que asegura que ya se ha hecho con 630.000 kilos. No obstante, cada año llegan a los océanos más de 12 millones de toneladas de residuos plásticos, lo que representa el vertido un camión lleno de plástico cada minuto.
Su procedencia es muy diversa, desde el vertido directo de envases a los microplásticos provenientes de textiles fabricados con derivados del petróleo.
Las bolsas de plástico, además, según la organización Greenpeace, tardan en degradarse unos 55 años y provocan, entre otras cosas, la presencia de microplásticos en el aire, la contaminación de espacios terrestres y acuáticos o la transmisión de partículas en la cadena trófica animal y humana.
El informe de WWF Naturaleza sin plástico: evaluación de la ingestión humana de plásticos presentes en la naturaleza destaca que una persona podría ingerir aproximadamente 5 gramos de plástico cada semana, lo que equivale a una tarjeta de crédito.
Gravity Wave cuenta con “una red de más de 4.000 pescadores que nos ayudan en la labor; hemos creado un movimiento social”, asegura su cofundador, Julen Rodríguez. En su opinión, la solución de este problema esta en mano de los ciudadanos con pequeñas decisiones diarias.
ESTILO DE VIDA
Hollywood atiende a las historias y soluciones climáticas
Los responsables políticos buscan la ayuda de la industria del entretenimiento para contar mejores historias sobre el clima, incluso mientras el sector trabaja para abordar la reducción de sus propias emisiones de carbono.
La Cumbre del Clima de Hollywood, un evento que dura cuatro días, destacó cómo la industria del entretenimiento puede contar mejores historias sobre el clima y al mismo tiempo abordar la sostenibilidad en el set, informa Bloomberg.
Allí se pudieron ver debates entre la secretaria del Departamento de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm y la directora de ‘Wonder Woman‘, Patty Jenkins. “Necesitamos ayuda”, dijo Granholm a un grupo de directivos de la industria a los que pidió retratar con precisión el cambio climático y contar más historias centradas en la transición energética.
La programación del evento también incluyó proyecciones de películas y una variedad de refrigerios a base de plantas, incluidos huevos sin huevo y salmón ahumado elaborado con zanahorias.
También se abordó cómo reducir las emisiones de la industria del entretenimiento. Según un informe de 2021 publicado por un grupo que incluye a Netflix, Walt Disney y Sony Pictures Entertainment, entre otros gigantes de la industria cinematográfica, la producción cinematográfica promedio emite unas 33 toneladas métricas de carbono por día. Eso es más de siete veces lo que emite anualmente el vehículo estadounidense promedio.
Si bien las emisiones de producción son un desafío que Hollywood tendrá que superar, uno aún mayor es abordar la contaminación climática asociada con el streaming, que representa la gran mayoría de las emisiones de la industria del entretenimiento.