La sostenibilidad es uno de los grandes desafíos del mundo de los negocios. La creciente importancia de los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) obliga a las empresas a reconsiderar sus estrategias. La trasformación energética, obligada por la lucha contra el cambio climático, puede ser un sistema clave para reducir los costes producción de las empresas, según diferentes organismos. En el reciente artículo del Banco de España titulado ‘El impacto de las energías renovables sobre el precio mayorista de la electricidad‘, se afirma que el precio medio de la electricidad en nuestro país podría reducirse hasta en un 50% en 2030, desde las cifras de 2017, si se cumplen los planes previstos.
Por el momento, en España se ha elevado un 15,3% la electricidad producida con energías renovables entre enero y agosto de 2024, con lo que su aportación al mix energético se sitúa en el 58,1%, ocho puntos por encima del nivel de hace un año. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE) España está entre los cuatro países del mundo más preparados para aprovechar las energías renovables.
Para detectar el impacto de estos movimientos en las empresas, cada quince días publicamos El sismógrafo de la sostenibilidad, una serie en la que ofrecemos una compilación de informaciones y análisis relacionados con la sostenibilidad.
ELECTRICIDAD SOSTENIBLE
El Banco de España prevé una rebaja del 50% en el precio de la luz en 2030 si las renovables superan el 80% de la producción total
Después de años de dudas en el sector, una tecnología poco eficiente y escaso convencimiento de las Administraciones Públicas, las energías renovables se confirman como una doble solución: son el camino para abandonar los combustibles fósiles y abaratan el coste de la energía. El reciente informe del Banco de España, ‘El impacto de las energías renovables sobre el precio mayorista de la electricidad‘, se destaca que “las energías eólica y solar cubrían el 26% de la demanda energética en 2019 y en lo que llevamos de 2024 ya están en el 44%”. El Banco de España también calcula que sin la eclosión de las renovables desde 2019, el precio mayorista de la luz habría sido un 25% más alto el año pasado y un 40% este ejercicio y sitúa en el 50% la reducción del precio de la luz en 2030 si las renovables superan el 80% de la producción total.
El supervisor augura un efecto positivo del Plan Nacional de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC), siempre que se cumpla el ritmo de ejecución y se mejore la capacidad de almacenaje. Dicho plan prevé elevar la participación de las energías renovables en la generación eléctrica total para llevarla hasta el 81% en 2030 y que el 90% de este incremento proceda del aumento de la capacidades eólica y solar, según informó ABC.
Los datos más recientes confirman esta tendencia: Hasta agosto se ha incrementado el 15,3% la producción de electricidad con energía renovable, lo que supone alcanzar el 58% de mix energético. Según Red Eléctrica, la generación renovable subió con fuerza especialmente gracias a las mayores lluvias y permitió que la producción con gas se redujera un 34,5% en comparación con el año anterior, bajando su cuota al 11,3%, 5,8 puntos menos que el 17,1% registrado en idéntico periodo de 2023.
No obstante, el objetivo del supervisor español, así como los nuevos objetivos del borrador del PNIEC, son muy retadores, dado que aunque los sectores solar y eólico mostraban una tendencia alcista en nuestro país; en 2019 cubrían el 26% de la demanda total y en lo que llevamos de 2024 ya cubren el 44%, son necesarias reformas estructurales adicionales para que dicha progresión sea sostenible en el futuro.
En los foros internacionales, ya se reconoce la posición de España. Como recoge Expansión, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en el documento ‘Tripling Renewable Capacity Pledge‘ dice que “España se sitúa a la vanguardia de la transición energética”. Y concluye: “Si se cumplieran todas las ambiciones, la capacidad instalada mundial de energía renovable sería 2,2 veces mayor que la de 2022 para 2030. Casi 30 países aspiran a duplicar o triplicar su capacidad renovable para 2030, lo que representa casi las tres cuartas partes de la ambición mundial, encabezados por China, Estados Unidos, India, Alemania y España”.
Por otro lado, en el contexto de una creciente preocupación por la competitividad de la Unión Europea (UE) en el escenario internacional, Mario Draghi acaba de presentar un informe en materia energética que busca transformar radicalmente el sistema energético europeo. Este informe, titulado ‘The Future of European Competitiveness‘, establece 22 medidas clave para reducir los costos de energía, acelerar la descarbonización y garantizar la sostenibilidad del suministro energético en el continente, como recoge el Periódico de la Energía.
El plan parte de la premisa de que la UE enfrenta desafíos duales en su transición energética: reducir los costos de la energía para el usuario final y acelerar la descarbonización del sistema. Mario Draghi resalta que el éxito de esta transformación depende de la capacidad de Europa para explotar al máximo las tecnologías disponibles, desde energías renovables hasta energía nuclear, pasando por el hidrógeno y tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CCUS).
HUELLA DIGITAL
La ONU lanza una “señal de alarma” por la huella ambiental de la digitalización
El informe anual de la UNCTAD, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, pone la lupa sobre los impactos ambientales de la economía digital y destaca la creciente demanda de energía, agua y minerales que está exigiendo su popularización, acentuada por la implantación de la inteligencia artificial.
El informe de la UNCTAD revela la “rotunda falacia de la percepción” de que la economía digital no es un problema ecológico, como publicó recientemente La Vanguardia.
Rebeca Grynspan, secretaria general de este organismo y coordinadora del Informe sobre la Economía Digital 2024, destaca la “presión” que ejerce la digitalización sobre el medio ambiente por su consumo de materias primas. Este consumo será aún mayor en las próximas décadas: se prevé que la producción de minerales esenciales, como el grafito, el litio y el cobalto, se incrementen un 500% de aquí a 2050 para satisfacer la creciente demanda de las tecnologías digitales.
Los centros de datos, la espina dorsal del mundo digital, consumieron en 2022 tanta energía como Francia (460 TWh de electricidad). Se espera que esta cifra se duplique para 2026. En tanto, la minería de Bitcoin aumentó su consumo de energía global aproximadamente 34 veces entre 2015 y 2023.
En Irlanda, revela Rebeca Grynspan, el consumo de electricidad de estas enormes granjas digitales se cuadruplicó entre 2015 y 2022, llegando al 18% del consumo total de electricidad del país. Las proyecciones indican que esta cifra podría llegar al 28% en 2031.
Por otro lado, los teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, pantallas y otros dispositivos electrónicos desechados aumentaron un 30% entre 2010 y 2022. Sumaron 10,5 millones de toneladas de materiales en todo el mundo.
Para la ONU, estas cifras son una “señal de alarma” que requiere políticas y estrategias ambiciosas para afrontar con urgencia las consecuencias ambientales del “estilo de vida digital” de los países desarrollados.
EDIFICACIÓN SOSTENIBLE
El sector de la construcción presenta un decálogo para su descarbonización
Una de las lecciones que dejó la burbuja inmobiliaria fue el coste medioambiental que supuso la rápida construcción de unas cinco millones de viviendas entre 1997 y 2008. El punto álgido de la construcción se alcanzó entre 2004 y 2007. Solo en 2006, por ejemplo, se construyeron más de 700.000 viviendas, cifra que superaba incluso a la suma de países mucho más grandes como Alemania, Francia o el Reino Unido.
La preocupación medioambiental de muchos organismos se centró en el sector de la construcción que, consciente de la situación, lleva años impulsando medidas para descarbonizar su actividad, en línea con las regulaciones cada vez más orientadas a la reducción de emisiones. Ahora, la industria cuenta con una hoja de ruta, la llamada Declaración de Granada, que recoge las que se consideran las diez medidas clave para su descarbonización. El documento incide en algunas vías útiles para fomentar su uso, como promover su utilización en las contrataciones públicas y privadas, y adaptar la reglamentación técnica actual para favorecer el uso de materiales no dañinos, entre otros.
El objetivo es que la “Declaración de Granada” se convierta en un documento vivo, que crezca y se actualice en función de los avances y necesidades de la sociedad, y al que se adhieran el mayor número posible de instituciones públicas y privadas, dentro de la cadena de valor de los materiales de construcción, según publicó Expansión.
Esta hoja de ruta para el sector se presentó en el contexto de una jornada titulada ‘La contribución de los materiales a la construcción sostenible‘, organizada por OFICEMEN, IECA, UNE y AENOR. Más de una treintena de expertos reunidos en el Colegio de Arquitectos de Granada han concluido que en España necesita disponer de un procedimiento normativo y regulatorio para los materiales de construcción sostenibles, que sea ágil en su tramitación y esté basado en normas y regulaciones técnicas que promuevan su prescripción en licitaciones públicas y privadas. Sólo así se podrán cumplir con los objetivos de neutralidad climática.
PLÁSTICOS
Las ciudades vierten 52 millones de toneladas de residuos cada año
La inundación de los plásticos y otros residuos es algo evidente paseando por una playa, nadando en el mar, practicando senderismo o simplemente caminando por la ciudad. Esta plaga de terribles consecuencias empieza a tener cifras y son impresionantes: científicos de la universidad de Leeds (Reino Unido) revelan que más de 52 millones de toneladas de plásticos de más de cinco milímetros son vertidos cada año al medio ambiente. Puestos en línea darían 1.500 veces la vuelta a la Tierra, tal y como dio a conocer La Vanguardia.
Estos residuos no se convierten solamente en contaminantes como basura física (el 43%) sino también cuando son incinerados al aire libre (y lo son un 57% del total), causando graves daños a la salud humana, al clima y a los ecosistemas. Así lo reveló la revista Nature, en un trabajo que busca determinar las principales fuentes contaminantes y, con ello, apoyar a la firma de un tratado global que la ponga freno.
Según sus datos, 1.200 millones de personas deben autogestionarse para saber qué hacer con unos residuos que les llegan, que no se recogen y cuya producción no cesa.
Para este exhaustivo trabajo, en el que han utilizado la inteligencia artificial, los autores analizaron la situación de miles de ciudades. Mientras tanto, el futuro “Tratado sobre Plásticos de la ONU” sigue un lento avance, ya que este año se conoció un primer borrador y a finales de 2024 habrá una reunión en Corea del Sur para buscar un consenso. Se estima que la producción anual del material supera los 359 millones de toneladas, según una revisión científica de Science del pasado mes de marzo (en 1950 eran dos millones) y llegan a todos los rincones del planeta. Otros informes hablan ya de más de 400 millones al año y la OCDE prevé que para 2060 se fabricarán 1.300 millones.
ESTILO DE VIDA
España es el quinto país de Europa que más agua embotellada consume
La calidad del agua del grifo siempre ha sido un elemento de distinción de las ciudades y cada día más. De ahí surgió la ley que obliga a los bares y restaurantes a servir agua corriente cuando lo pide el cliente, si es apta para el consumo. Sin embargo, el crecimiento del consumo de agua embotellada no se detiene, en parte por cuestiones culturales y otras relacionadas con el incremento del nivel de vida, lo que hace más rentable este sector donde compiten grandes multinacionales. Al mismo tiempo, se incrementa el problema de los residuos plásticos y su escaso reciclaje.
El hecho es que se calcula que casi la mitad de las bebidas no alcohólicas que se consumen en la Unión Europea son aguas envasadas de algún tipo, mineral o con gas, según l empresa de estudios de mercado CSA Research. Se calcula que 550 millones de hogares consumirán agua embotellada en 2024 en el mundo. Esto supone más de 446.000 millones de litros de agua al año o alrededor de 1 millón de botellas por minuto.
El caso más paradigmático es el de Italia, donde cada ciudadano consume una media de 208 litros de agua embotellada al año. Además, sólo el 29,2% de los italianos bebe agua del grifo todos los días, y que casi la mitad (43,3%) bebe exclusivamente agua embotellada, como publicó Euronews.
Italia es el mayor consumidor de agua embotellada de Europa y el segundo del mundo, después de México, donde el agua del grifo no es segura. Sin embargo, en Italia no sólo es perfectamente potable, sino que además es la quinta mejor de toda Europa en términos de calidad global, después de Austria, Suecia, Irlanda y Hungría. La razón de los italianos es que no les gusta el sabor del agua del grifo o no confían en su seguridad sanitaria.
Se calcula que en Europa hay unos 75 millones de consumidores de agua embotellada, de los cuales el 80% prefiere el agua con gas en el norte del continente.
Según un estudio de mercado realizado por Global Data en 2022 en Italia se consumen 208 litros per cápita al año; en Alemania, 167 litros per cápita; en Portugal, con 140 litros; en Hungría 138,8 litros y en España 135,4 litros per cápita al año.
Si suponemos que cada hogar del mundo consume dos botellas de agua al día, esto supone un total mundial de 210.000 millones de botellas al año. Esta cifra coincide relativamente bien con las estimaciones anteriores, según las cuales cada año se consumen 480.000 millones de botellas de plástico, la mitad de las cuales son de agua.