Una ‘checklist’ de sostenibilidad para los CEO

La transición global hacia una economía sostenible abrirá todo tipo de oportunidades de inversión, innovación y crecimiento. Esto no es un secreto para los primeros ejecutivos: el 58% de los entrevistados en la 27ª Encuesta Global de CEO de PwC reconoce que su empresa ha completado o iniciado iniciativas para innovar en productos, servicios o tecnologías respetuosas con el clima, en parte para apoyar la descarbonización, pero también para responder a las demandas del mercado.

Es un movimiento inteligente: un análisis reciente de PwC concluye que la innovación relacionada con el clima tiene un impacto positivo en el margen de beneficio, al igual que otras media docena de iniciativas empresariales relacionadas con el clima, tanto de forma individual como analizados en conjunto.

 

Nota: El índice de acción climática es una agregación de siete acciones empresariales relacionadas con el cambio climático; la línea representa predicciones derivadas de modelos de regresión, ajustadas por sector, territorio y tamaño de la empresa; la región sombreada representa el intervalo creíble del 95%.

Los inversores también ven las ventajas de actuar en materia de sostenibilidad: el 69% espera aumentar sus inversiones en empresas que gestionen con éxito las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad relevantes para la rentabilidad de la compañía, según la Encuesta Mundial de Inversores 2023 de PwC.

Sin embargo, para muchos CEO, esas oportunidades pueden parecer atractivas pero lejanas. Entre ellos y la realidad, se interpone un denso conjunto de demandas de los stakeholders y nuevas normativas. Un ejemplo claro es la Directiva de Información de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) de la UE, que afectará a aproximadamente 50.000 empresas de todos los sectores. Los requisitos de reporting que habrá que cumplir con la CSRD incluyen más de mil puntos de datos e indicadores individuales sobre los que informar. Estos abarcan no solo temas tradicionales como el cambio climático, sino también otros menos conocidos para muchos equipos de la alta dirección, como el uso circular de los recursos y la biodiversidad. En medio de urgencias competitivas, existe el riesgo de que las empresas caigan en un ciclo ineficiente y vicioso a la hora de cumplir con la normativa.

¿Cómo pueden los CEO evitar esa trampa? Haciendo un sólido planteamiento empresarial en materia de sostenibilidad, centrado en el valor, el crecimiento y, en última instancia, la reinvención del modelo de negocio.

Cumplir con esa misión a largo plazo mientras se gestionan las obligaciones empresariales del día a día no será fácil. Por eso hemos elaborado una lista o checklist, a modo de guía. No una repleta de mil millones de tareas de cumplimiento, sino una que consta de cuatro acciones empresariales específicas que los CEO pueden llevar a cabo para poner en marcha un cambio significativo:

1. Evalúa la demanda energética de tu compañía

Si quieres crear valor a través en torno a la sostenibilidad, empieza analizando detenidamente el uso de recursos y el consumo energético Esto supone abordar el llamado trilema energético: el triple reto de garantizar simultáneamente un suministro fiable de energía, reducir las emisiones y recortar los costes.

La buena noticia es que los cambios en los sistemas energéticos mundiales y en los mercados que los impulsan están poniendo en juego nuevas opciones para gestionar la demanda de energía.

Un ejemplo es el reciente análisis de PwC sobre una gran empresa mundial de alimentación y bebidas. Al analizar la información pública disponible sobre sus operaciones, como su flota e instalaciones y sus centros corporativos y de retail, el estudio determinó que la empresa podría recuperar aproximadamente el 60% de sus costes energéticos actuales, o alrededor de 300 millones de dólares, mediante la aplicación de un amplio conjunto de cambios en la demanda, incluyendo:

  1. Actualizar los activos de alto consumo energético con tecnologías de última generación, como sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado equipados con bombas de calor, iluminación LED y refrigeración ecológica: ahorro de 22,8 millones de dólares.
  2. Instalar paneles solares en las instalaciones de la empresa para reducir la dependencia de la red y bajar los costes: ahorro de 122,6 millones de dólares.
  3. Ofrecer servicios de apoyo a los operadores de la red, permitiendo el uso de la capacidad de las baterías y gestionando los desequilibrios entre oferta y demanda: ingresos por valor de 90,6 millones de dólares.
  4. Cambiar a vehículos de cargas y furgonetas eléctricas: ahorro de 8,9 millones de dólares.

La acción efectiva en el lado de la demanda puede hacer más que reducir el gasto energético, disminuir las emisiones y mejorar la confiabilidad del suministro. Además de abordar el trilema energético, puede generar nuevas fuentes de ingresos.

Los análisis de PwC demuestran que estas medidas del lado de la demanda se dividen en cuatro categorías principales:

  • Optimización de la demanda energética
  • Búsqueda de independencia energética
  • Maximización de interacciones en el mercado
  • Electrificación de las operaciones

El aprovechamiento de ese valor comienza con una evaluación de dónde pueden desplegarse nuevas tecnologías y los mecanismos de mercado en toda la empresa. El hecho es que muchos de los juegos del lado de la demanda consisten en cambios fácilmente realizables en las infraestructuras y en las operaciones, mejoras relativamente fáciles que tienen sentido desde el punto de vista empresarial (para más información leer el artículo Cómo aprovechar las oportunidades de la descarbonización en el sector de alimentación y bebidas).

2. Identifica riesgos y dependencias ocultas

Los CEO no deberían ir a por las ventajas sin gestionar los riesgos. Y aunque los máximos ejecutivos parecen estar avanzando a buen ritmo (el 58% de los encuestados en la 27ª Encuesta Global de CEO de PwC afirmaron que sus empresas ha innovado en productos, servicios y tecnologías respetuosos con el clima, por ejemplo), los avances más de fondo han sido lentos. Menos de la mitad de los CEO han iniciado o completado planes para incorporar los riesgos climáticos en la planificación financiera y para proteger los activos físicos de sus empresas y a su plantilla  de las amenazas climáticas.

Un porcentaje aún menor de CEO, han invertido en soluciones climáticas basadas en la naturaleza, un dato que apunta a un posible punto ciego en los planes de sostenibilidad: la dependencia de la naturaleza. Según un estudio de PwC, el 55% del PIB mundial, depende de manera moderada o alta de ecosistemas naturales como humedales, bosques, océanos y acuíferos.

Las actividades directas de cinco sectores -que abarcan un valor económico equivalente al 12% del PIB global- dependen en gran medida de los ecosistemas, lo que implica que cualquier perturbación en estos entornos podría tener consecuencias devastadoras. Detectar los riesgos naturales a lo largo de una cadena de suministro compleja no será sencillo, por lo que es esencial contar con una perspectiva integral, respaldada por datos, sobre las iniciativas de sostenibilidad de la empresa.

Otro riesgo oculto son las amenazas climáticas para las materias primas como los cultivos alimentarios, los metales vitales y los minerales críticos. El cambio climático está aumentando la incidencia del estrés térmico y la sequía en explotaciones agrícolas y mineras de todo el mundo, e incluso en un escenario de bajas emisiones, se prevé que estas amenazas empeoren mucho más. En el caso de los yacimientos de  algunas materias primas fundamentales -bauxita y hierro, por ejemplo-, la amenaza de estrés térmico para los trabajadores ya es considerable.

De hecho, el calor extremo, que puede reducir la productividad al hacer inseguro el trabajo en espacios abiertos, es una amenaza empresarial clara y está presente para muchas empresas.

La urgente necesidad de adaptarse al cambio climático está alterando la forma en que las empresas evalúan el riesgo y desarrollan planes de resistencia. Pero también presenta oportunidades, y empuja a las empresas a desarrollar soluciones -como materiales de construcción resistentes a los huracanes o nuevos productos de seguros-, que puedan ayudar a los clientes a adaptarse a las perturbaciones climáticas que ya están aquí y a las que están por venir (para más información leer el artículo Gestionar los riesgos naturales).

3. Localiza oportunidades para innovar

Es casi un dogma de fe entre algunos líderes empresariales que tomar medidas para reducir el impacto ambiental o social de una empresa implica sacrificios costosos. Sin embargo, los datos de la 27ª Encuesta Global de CEO de PwC sugieren que las acciones empresariales relacionadas con el cambio climático tienen, de hecho, un efecto positivo en su rentabilidad financiera.

Esto se suma a una clara prioridad de los CEO: a medida que las economías transitan hacia un futuro de bajas emisiones de carbono, los directivos deben buscar oportunidades para responder a los cambios del mercado impulsados por la sostenibilidad. Por supuesto, el lanzamiento de cualquier proyecto empresarial conlleva retos. George Serafeim, profesor de la Harvard Business School, señala cinco retos que las empresas deben tener en cuenta a la hora de establecer estrategias de transición climática:

  • Comportamiento
  • Tiempo
  • Emociones
  • Interdependencias
  • Enfoque

Dos de estos retos (comportamientos y tiempo) están relacionados con la demanda de soluciones climáticas y los otros tres con la oferta.

Los máximos ejecutivos que se enfrentan a estos desafíos, y se centren en soluciones climáticas innovadoras que respondan a la demanda del mercado de manera oportuna, podrán aprovechar el potencial de crecimiento inherente al cambio hacia una economía global sostenible.

4. Inicia una revisión de tu infraestructura de datos

En la Encuesta Mundial sobre la CSRD 2024 de PwC, se preguntaba a los directivos de las empresas cuáles eran los obstáculos para aplicar la nueva normativa, y una cuestión se situó por encima de todas los demás: la disponibilidad y la calidad de los datos.

La falta de datos precisos y auditables recopilados de forma rutinaria a lo largo de la cadena de valor de la empresa dificulta el cálculo de las emisiones, el uso de la energía, el agotamiento de los recursos y otros impactos. Se trata de un reto que otro estudio de PwC cita como una de las razones por las que las empresas de diez de once sectores económicos no están en vías de alcanzar sus objetivos de descarbonización. Disponer de datos sólidos también es esencial para satisfacer las expectativas de los inversores: El 75% de los encuestados en la Encuesta Global de Inversores 2023 de PwC demandaba información fiable sobre el impacto medioambiental y social de las empresas; el 94% de ellos no creía estar obteniéndola. Los mejores datos requieren mejores herramientas. Sin embargo, sólo el 26% de las empresas disponen de un sistema centralizado para almacenar y gestionar los datos de sostenibilidad.

La mayoría de los esfuerzos de los CEO para poner al día la capacidad de datos de sus empresas irán más allá de una simple actualización. Los líderes deberán crear un plan para desarrollar nuevos sistemas, procesos de aseguramiento y estructuras de equipo. Algunas compañías podrán mejorar los sistemas que actualmente utilizan para los datos financieros. Otras deberían considerar la creación de un repositorio central, o data lake, que funcione como un centro que conecte las actividades de obtención, gestión y reporte de datos (para más información leer el artículo Diez preguntas para una estrategia de negocio ganadora sobre el cambio climático).

En conclusión

El cambio a un modelo empresarial sostenible no empieza con una montaña de tareas de cumplimiento, sino con cuatro acciones concretas: evaluar la demanda de energía, buscar riesgos y dependencias ocultas, localizar oportunidades de innovación e iniciar una revisión de la infraestructura de datos. Incluso ante la intensificación del activismo de los stakeholders y las nuevas normativas, los directores empresariales que se centran en esta sencilla lista de comprobación pueden catalizar el cambio en toda la empresa, ayudando a garantizar tanto la viabilidad futura de la empresa como la del planeta.

Artículo publicado originalmente en strategy+business


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