La sostenibilidad es uno de los grandes desafíos del mundo de los negocios. La creciente importancia de los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) obliga a las empresas a reconsiderar sus estrategias. Y la llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos puede provocar cambios en las empresas renovables que no ocultan su incertidumbre y temor en esta nueva situación. Todavía es pronto para conocer con precisión las normas que puede aprobar Trump en materia medioambiental, pero sí se sabe que intentará revertir la política desarrollada por la Administración Biden en favor de las renovables que estaban luchando contra el cambio climático. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha puesto en riesgo más de 300.000 millones de dólares de financiación potencial para infraestructura federal, según inversores estadounidenses citados por Financial Times. El nuevo dirigente también ha anunciado que abandonará el Acuerdo de París, algo que puede ser una realidad en un año. Estados Unidos es el segundo mayor emisor mundial de gases de efector invernadero (acumula el 11% del total), por detrás de China (30%).
Las firmas de energía solar, eólica, geotérmica, hidroeléctrica, tecnologías de almacenamiento de energía, eficiencia energética y las dedicadas a las soluciones innovadoras de bajo carbono están pendientes de lo que dice Trump.
Para detectar el impacto de estos movimientos en las empresas, cada quince días publicamos El sismógrafo de la sostenibilidad, una serie en la que ofrecemos una compilación de informaciones y análisis relacionados con la sostenibilidad.
MEDIOAMBIENTE
Trump regresa al poder con la congelación de inversiones en financiación verde y la salida del Acuerdo de París
No solo las empresas del ámbito sostenible, sino también las que se están transformando de “marrones” a “verdes”, y los gestores de fondos que están alineados con las inversiones ESG están pendientes de las palabras de Donald Trump. La situación provocará inestabilidad e incertidumbre porque se desconoce cuáles de sus duras promesas se harán realidad, ya que el dirigente estadounidense no siempre cumple lo que dice. El abandono de las inversiones ESG de los grandes fondos internacionales podría acelerarse tras la salida de BlackRock de este grupo, pese a las recriminaciones de la ONU.
No solo se espera un menor apoyo financiero a los proyectos sostenibles sino que también podría obstaculizar los que ya están previstos. Trump ha firmado un decreto sobre la “emergencia energética” que puede ayudarle a suspender regulaciones medioambientales para favorecer las perforaciones petrolíferas.
La disminución en incentivos para energías limpias, unida al incremento de subsidios para los combustibles fósiles, cambia la dinámica de los mercados. Proyectos previamente rentables en términos de sostenibilidad ahora enfrentan mayores costos y una mayor incertidumbre regulatoria.
Trump ya ha firmado órdenes ejecutivas que detenía los desembolsos federales a fabricantes y desarrolladores de infraestructura. Los fondos afectados fueron proporcionados bajo dos de los logros legislativos emblemáticos de Biden (la Ley de Reducción de la Inflación y la ley de infraestructura bipartidista) e incluyen casi 50.000 millones de dólares en préstamos del Departamento de Energía ya acordados y otros 280.000 millones en solicitudes de préstamos bajo revisión, según el análisis del Financial Times de la cartera de préstamos del Departamento de Energía, publicado por Expansión.
Por otro lado, el anuncio del abandono del Acuerdo de París para frenar el consumo de energías fósiles y evitar el calentamiento es un paso relevante. Estados Unidos es el segundo mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero (acumula el 11% del total), por detrás de China (30%). Pero si se mira lo emitido desde 1850, cuando arranca este problema por la quema masiva de combustibles fósiles, EEUU es el país que más de estos gases ha expulsado a la atmósfera en estos más de 170 años, según apuntaba El País.
Entre las firmas que pueden estar afectadas por la llegada de la nueva Administración de Washington están las de energía solar, eólica, geotérmica, hidroeléctrica, tecnologías de almacenamiento de energía, eficiencia energética y las dedicadas a las soluciones innovadoras de bajo carbono.
A los mercados no les gusta la incertidumbre y eso preocupa a las empresas de energías renovables cotizadas. Los expertos consideran que, probablemente, en los próximos 3 a 12 meses se aclararán buena parte de las dudas que suscita Trump en este campo.
No obstante, el sector recuerda que la inversión global en tecnologías limpias, con el apoyo de la ONU y la gran mayoría de países, ya superó a la que reciben los combustibles fósiles en los últimos tres años; consideran que continuará esta tendencia ya que son muy competitivas en costes. Además, afirman que existe un fuerte apoyo social por el cuidado del medioambiente en todos los países desarrollados, incluido Estados Unidos, lo que puede hacer que Trump modere algunas de sus medidas anunciadas. En el sector también mencionan que uno de sus aliados, Elon Musk, dueño de Tesla, la empresa líder en automoción eléctrica, puede ser un elemento que haga de contrapeso en la política verde del actual presidente de EEUU.
El hecho cierto es que el S&P Global Clean Energy, que agrupa a las principales empresas del sector de energía limpia a nivel mundial, arrastra una caída del 37% en tres años y se encuentra en los mínimos desde mediados de 2020. El sector ha sufrido por un cóctel de factores: los altos tipos de interés durante más tiempo del esperado les han hecho daño, ya que son generalmente compañías muy apalancadas, y al mismo tiempo han sufrido graves problemas de suministro. Ahora el panorama se complica por la llegada de Trump, como recogió El Economista.
No obstante, el panorama a futuro es optimista si se confirma la subida esperada de los beneficios. Según recoge Bloomberg, el BPA (beneficio por acción) de las empresas del S&P Global Clean Energy crecerá de forma llamativa en los próximos ejercicios: de los 27,50 dólares por acción actuales, saltará a 51,20 dólares por acción a cierre de 2025 (un 90% más), y se irá hasta los 64,5 en 2026 (otra subida adicional del 26%).
CAMBIO CLIMÁTICO
Los gases de efecto invernadero y El Niño aceleran la subida de temperaturas en 2024
La ciencia intenta poner cifras concretas a la situación mundial del clima para evitar los debates subjetivos sobre este asunto que tanta polémica genera, como se está viendo en Estados Unidos estos días. Por esta razón, por primera, se han unido las principales agencias internacionales (Copernicus, la NASA, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE UU y la Met Office de Londres) para concluir que 2024 fue el año más cálido registrado en el planeta. También afirmaron que es el primero en el que se superó en conjunto un aumento de 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales.
No obstante, aunque este es uno de los márgenes de seguridad del Acuerdo de París, los científicos consideran que no se puede dar por superado porque el incremento de temperatura deberá ser constante y mantenerse durante 20 años, según el citado pacto.
El climatólogo italiano Carlo Buontempo, responsable del Clima de Copernicus, lamenta que la sociedad no sea capaz de aprovechar la abundante información científica disponible sobre el desajuste climático del planeta.
La temperatura media anual del planeta es un cálculo matemático que se realiza con mediciones por todo el globo a lo largo de un año. Como incide Carlo Buontempo (Roma, 52 años), director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) —el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea—, los principales organismos que monitorean el clima del mundo utilizan datos y metodologías distintas. Los resultados son “muy, muy” parecidos. “Esto no son opiniones, son hechos”, insistió este climatólogo italiano.
“Es aún demasiado temprano para decir que lo que estamos viviendo es una aceleración del calentamiento. Pero sí es cierto que los últimos años 10 años han sido los más cálidos desde que tenemos registros”, afirmó en una entrevista publicada en El País. “El futuro está en nuestras manos: una acción rápida y decisiva aún puede cambiar la trayectoria de nuestro clima futuro”, según Buontempo.
En su opinión, un pequeño calentamiento global del clima produce fenómenos extremos más frecuentes e intensos, como, por ejemplo, las olas de calor. “Una atmósfera más cálida también retiene más humedad, lo que da lugar a precipitaciones más intensas, mientras que los mares más cálidos amplifican el potencial de tormentas destructivas”, recogió El País.
Ahí está la segunda cuestión: ¿Por qué ha sido el año más cálido? Algo está haciendo subir las temperaturas más rápido de lo esperado, y los detectives del clima aún no se han puesto de acuerdo sobre qué. El hecho de que 2024 sea un año histórico puede explicarse en parte por la coincidencia de los primeros cinco meses con El Niño, una fase cálida natural que potencia el clima global, según apuntó Expansión. Pero el planeta se está calentando tan rápido que incluso los años con tendencias de enfriamiento, conocidos como La Niña, se cuentan entre los más calurosos de todos los tiempos. Existe una regla empírica sencilla: los gases de efecto invernadero combinados con El Niño dan lugar a un año excepcionalmente caluroso. Pero los científicos dudan de que esos dos factores sean suficientes para explicar el reciente aumento del calentamiento.
TRANSPORTE
La menor demanda, sobre todo en coches eléctricos, las guerras de precios y la competencia china meten presión al automóvil
La situación del sector automovilístico europeo cerró 2024 metido de lleno en la inestabilidad y ha comenzado este año con tantas o más incógnitas. El ejercicio pasado fue severo para el sector por la caída de la demanda, sobre todo de coches eléctricos, lo que ha puesto en cuestión las inversiones que se han hecho durante estos años. Y lo peor es que 2025 no se ha iniciado con el horizonte despejado precisamente, tal y como recogió Business Insider. Planificar a medio o largo plazo se ha convertido en un juego de máximo riesgo para los responsables de la automoción. Las marcas enfrentan exceso de producción, guerras de precios y competencia china, mientras lidian con estrictos objetivos de emisiones en la UE y aranceles en EEUU.
Según informó Reuters, varias fábricas de automóviles europeas y norteamericanas corren el riesgo de ser cerradas o vendidas este año por el exceso de producción y las guerras de precios. Según detalla la firma de investigación y asesoramiento Gartner, los fabricantes reducirán su producción en ambos continentes, ya que este año deberán cumplir los objetivos de emisiones en la UE, así como los aranceles de EEUU.
Los cierres de plantas o las ventas a terceros son más probables en los países con costes elevados, donde la presión política y social se verá contrarrestada por la creciente competencia, explicó a Reuters Pedro Pacheco, de Gartner.
Además, estos cierres podrían facilitar la entrada de las marcas chinas que, para saltarse los aranceles impuestos por la UE, comprarían las plantas europeas en venta.
Por su parte, Stefan Hartung, CEO del proveedor alemán de automóviles Bosch, declaró a la publicación Auto Motor und Sport, que la Unión Europea debería abstenerse de multar a las empresas que no cumplan sus objetivos de emisiones de CO₂ para 2025. ACEA, la patronal europea de fabricantes de coches, ha manifestado que elevar la cuota de los eléctricos desde el 13,4% actual al 22%, como exige la normativa de la UE, no es posible. Por ello, pide a Bruselas que dé un plazo hasta 2027 para cumplir la exigencia, informó El País. Algunos ya les están apoyando. El Partido Socialdemócrata alemán, todavía en el Gobierno de Berlín, ha pedido a la Comisión Europea que flexibilice los estándares medioambientales en la UE.
Según directivos de Renault, la salida pasa por electrificar la flota de coches en España para lo que se necesita que las marcas lancen vehículos eléctricos a 25.000 euros. En 2026 esta firma espera lanzar el Twingo eléctrico con un precio objetivo de unos 20.000 euros (sin incluir las ayudas del Plan Moves), recogió Expansión.
RECICLAJE
Las empresas y el Ministerio avanzan en el nuevo plan de recogida de envases pagados por botellas de plástico, latas y briks
España no ha cumplido los objetivos europeos de reciclaje de botellas de plástico, que pasaba por recoger el 70% de este tipo de envases en 2023, ya que solo se llegó al 41,3%. Los envases afectados son las botellas de plástico, las latas y los briks de agua, zumos, refrescos y bebidas energéticas y alcohólicas. Tras lograr que tengan los tapones adheridos, ahora se prepara este cambio. Quedan fuera de la normativa los envases de limpieza de la casa o de higiene personal, que seguirán yendo a los contenedores amarillos de las calles.
La consecuencia del escaso reciclaje ha sido la puesta en marcha de un ambicioso sistema de depósito, devolución y retorno (por sus siglas conocido como SDDR) para los envases de bebidas pilotado por el Ministerio de Transición Ecológica. Este paso del sector de los residuos urbanos, que supone un cambio importante para los ciudadanos y las superficies comerciales, es una obligación fijada por la legislación española y deberá entrar en vigor en un plazo de dos años.
Aunque a algunos les recordará a las costumbre de los años 80, cuando se entregaban las botellas de vidrio, en este caso el objeto es el plástico PET (Tereftalato de polietileno) que está en buena parte de las actividades humanas con terribles efectos. Los envases incluidos en la norma deberán incorporar en su precio de venta un depósito de un mínimo de 10 céntimos que los consumidores pagarán y que luego podrán recuperar al devolver el envase vacío. La experiencia en otros países europeos, como Alemania, Noruega o Países Bajos, muestra que estos sistemas SDDR aumentan de forma significativa la recuperación de estos residuos para su reciclaje, evitando que acaben tirados y contaminando campos, mares o ríos.
Las Asociaciones empresariales relacionadas con la alimentación y la distribución han empezado a reunirse con el Ministerio para la Transición Ecológica y organizaciones de consumidores con el fin de poner en marcha en toda España un nuevo, según informó El País.
Las compañías del sector están de acuerdo con la medida, pero piden plazos más largos. Las principales asociaciones empresariales que están participando en las reuniones —FIAB (productores de alimentos y bebidas), Asedas (supermercados), Anged (grandes empresas de distribución) y Aecoc (fabricantes y distribuidores)— defienden una flexibilización del plazo porque creen que es un cambio muy complejo que afecta a unos 25.000 establecimientos de venta (aparte del pequeño comercio). Por su parte, fuentes de Transición Ecológica reconocen la complejidad del cambio, pero aseguran que el ministerio no contempla un retraso, según la citada información.
ESTILO DE VIDA
El cambio climático está cambiando el mapa del vino en todo el mundo
El cambio del mapa del vino europeo ya se ha producido, en paralelo a la implantación de las nuevas temperaturas de la Tierra. La consecuencia es que la viticultura se ha expandido hacia territorios que durante mucho tiempo se consideraron demasiado fríos, al tiempo que desafía a las regiones vinícolas tradicionales a adaptarse. “Hace diez años, nunca habríamos visto un vino danés en la carta. Pero, con el cambio climático, Dinamarca empieza a producir grandes vinos”, afirma Paul Robineau, sumiller ejecutivo de Taillevent, un restaurante parisino con dos estrellas Michelin. Alguno de estos vinos tienen un precio de 28 euros la copa, como el Cuvée Frank, en el citado establecimiento, según recogió un reportaje de Financial Times publicado por Expansión.
“El clima que tenemos aquí en Dinamarca hoy es similar al que tenían en algunas partes de Francia en la década de 1960. Hoy, nuestro clima nos permite producir vinos con una frescura y acidez que encontrarías en los caldos franceses de entonces”, explica Jacob Stokkebye, un sumiller con viñedos cerca de Copenhague.
Algunos vinos de climas del norte se están convirtiendo en serios competidores, mientras que regiones como Burdeos, Ribera del Duero y Rioja se enfrentan a un clima más cálido, sus uvas son demasiado maduras y padecen escasez de agua.
La adaptación del terreno ante el cambio climático desafía el sistema de denominación de origen utilizado en Francia, España, Italia y otros lugares para proteger la distinción cultural y geográfica de las regiones vitivinícolas. Algunos sostienen que las regiones vitivinícolas tradicionales deben reescribir dichas reglas para poder competir con los pioneros en climas más fríos, que no están sometidos a las limitaciones de leyes que tienen siglos de antigüedad.
Hay cerca de 1.500 variedades de uva plantadas en todo el mundo, pero la docena que ha dominado la industria durante los últimos 150 años y que produce sus vinos más famosos, crece en franjas climáticas relativamente pequeñas.
Las temperaturas medias durante la temporada de crecimiento deberían oscilar idealmente entre 12° C y 22° C. Las regiones vitivinícolas existentes podrían adaptarse razonablemente bien a un aumento de 2° C en las temperaturas globales por encima de los niveles preindustriales, pero más allá de este umbral, la proporción de la superficie actual de viñedos de Europa capaz de producir uvas para hacer un buen vino cae en picado.
Las regiones costeras y de tierras bajas como las de España, Italia y Grecia son especialmente vulnerables. Según los expertos, la sequía y las olas de calor podrían hacer que el 90% de estas áreas no sean aptas para cultivar vino a finales de siglo.