Sin datos no hay sostenibilidad, el poder de la tecnología

“Son los datos, estúpido”. Estas palabras parafrasean uno de los eslóganes más célebres de la política norteamericana (“Es la economía, estúpido”), que acuñara James Carville, asesor de Bill Clinton, durante la campaña electoral de 1992, que le llevo, por primera vez, a la presidencia de EE.UU. Entonces, sirvió para alejar la atención del electorado de la política exterior y centrarla en la economía y en sus problemas de la vida diaria y, ahora, nos vale para poner de relevancia la importancia que están tomando los datos en el mundo empresarial. Y ¿qué tiene que ver esto con la sostenibilidad? Mucho.

De todos es conocido que, en los últimos tiempos, las exigencias regulatorias para las empresas en materia de sostenibilidad se han multiplicado y muchas de ellas requieren el manejo de datos, tales como: la Directiva CSRD, el Reglamento de Taxonomía Verde, el CBAM (Impuesto de Carbono en Frontera), el Reglamento de Deforestación, la normativa en materia de economía circular, la Directiva de Debida Diligencia, etcétera. Y, aunque la Comisión Europea se haya fijado el propósito de simplificación normativa y esté trabajando en ello, la regulación seguirá existiendo y seguirá requiriendo datos no solo de las operaciones directas, sino de la cadena de valor.

Por otro lado, para ejecutar una adecuada estrategia de transformación sostenible que permita crear valor en las organizaciones, ya sea por la vía de incrementar ingresos o por la vía de reducir costes, es absolutamente necesario contar con datos. Lo que no se puede medir, no se puede gestionar.

Todos los datos e indicadores deben ser de calidad para pasar el tamiz de los inversores, que ya les exigen el mismo rigor que a la información financiera y, además, necesitan capturar la información sobre sostenibilidad de manera que un auditor externo pueda examinarla fácilmente, hacer seguimiento y trabajar sobre ella.

Las empresas ya no pueden depender de los mismos procesos manuales e informales que han venido sustentando los informes voluntarios de sostenibilidad. Los directivos son conscientes de la necesidad de mejorar sus sistemas y procesos tecnológicos para contar con una información sobre sostenibilidad sólida.

Seis pasos para subir al siguiente nivel en la gestión del dato

Los directores de sostenibilidad y los directores de sistemas suelen ser los directivos que están mejor situados para ayudar a definir y montar los sistemas necesarios para captar la información sobre sostenibilidad a lo largo y ancho de la organización. ¿Por dónde empezar? A continuación, explicamos seis pasos a tener en cuenta:

  • Delimita el alcance. Antes de definir las capacidades tecnológicas necesarias es clave determinar cuáles son los indicadores sobre sostenibilidad que debes gestionar y sobre los que deberás informar. A este respecto, un análisis de doble materialidad (financiera y de impacto) permite determinar sobre qué aspectos y métricas centrar el esfuerzo, y no perderse así en un mar de datos.
  • Aprovecha los sistemas que ya tienes. Muchas empresas ya cuentan con los sistemas necesarios (ERPs, CRMS, etc.) para generar y gestionar información y apuestan por añadirles módulos y funcionalidades específicas sobre sostenibilidad. Mientras otras, por el contrario, prefieren generar un repositorio de datos centralizado específico, capaz de agrupar a un mayor número de indicadores. Estos data lakes disponen de sistemas para mantener los datos actualizados, conservar su trazabilidad y facilitar su auditoría por parte de un tercero.
  • Asigna responsabilidades. Una vez definidos los indicadores, necesitamos distribuir las responsabilidades dentro de las distintas áreas y departamentos de la organización para recopilar la información y asegurarnos que es la adecuada. En este sentido, los sistemas tecnológicos ayudan a establecer un gobierno del dato sólido, asegurando que la información sobre sostenibilidad esté organizada y gestionada adecuadamente, a través de la definición de políticas claras, la asignación de roles y responsabilidades, y el establecimiento de procesos para la captura, almacenamiento y uso de datos. Las plataformas colaborativas permiten compartir información y trabajar conjuntamente en iniciativas de sostenibilidad. Esto facilita la comunicación y coordinación entre diferentes departamentos, así como con socios externos, como proveedores y clientes, pero siempre de una forma segura y sólida. Esta colaboración es esencial para lograr objetivos comunes y promover prácticas sostenibles a lo largo de toda la cadena de valor y hacerlo de la manera más eficiente posible.
  • Controla el proceso de la gestión de datos. La definición y asignación de responsabilidades y procesos es necesario, pero requiere también la definición e implementación de controles en cada etapa del proceso de gestión de datos. No solo se necesita esto a nivel de proceso, sino también a nivel de aplicaciones con una definición clara de qué riesgos se quieren cubrir, cuáles son los objetivos de control que se persiguen, y qué actividades de control se deben realizar para su consecución, siempre manteniendo el equilibrio entre eficiencia y control.
  • Asegura la trazabilidad del dato. Los datos de sostenibilidad no solo son relevantes y necesarios para una mejor gestión, sino que deben estar sujetos a un proceso de escrutinio rigoroso por parte de terceros. En este sentido, es recomendable incorporar el concepto de trazabilidad y auditabilidad del dato desde su nacimiento hasta su publicación. Herramientas que incorporan mecanismos al respecto pueden ser una gran ventaja y no solo ayudan en asegurar la conformidad con las normativas, sino que también fortalecen la confianza de los inversores y otros grupos de interés en la información publicada.
  • Fija estándares y forma a quién lo necesite. Salvo que las personas designadas como responsables de los datos sobre sostenibilidad tengan experiencia en el manejo de estas herramientas, es probable que necesiten formación en gestión de datos. Incluso aquellas personas con experiencia puede que deban actualizarse. Asegúrate de que todos los que lo necesiten reciben la formación y disponen del tiempo necesario para recopilar los datos y revisar su calidad.

La tecnología al servicio de la toma de decisiones y la IA

Los datos sobre sostenibilidad no tienen que utilizarse únicamente para el reporting externo, ni deben verse solo como una herramienta de cumplimiento. La realidad es que pueden generar importantes beneficios para las empresas. Los mismos sistemas tecnológicos que hacen posible el reporting en sostenibilidad pueden aportar a los directivos información de valor capaz de mejorar la eficiencia, generar ahorros y contribuir a que la compañía sea más resiliente.

Incluso, se pueden emplear estos datos para descubrir nuevas oportunidades de crecimiento y mejorar la marcha de la compañía, al igual que hoy en día se utilizan otras métricas de la actividad empresarial, como, por ejemplo, las tasas de conversión de clientes. También se pueden utilizar para alinear la oferta de productos / servicios más estrechamente con las preferencias de los consumidores o, combinarlos con otra información, como escenarios climáticos, para estructurar y tomar decisiones sobre inversiones de capital, entrada en nuevos mercados, etc.

A pesar de su potencial, pocas empresas integran de manera consistente las métricas de sostenibilidad en sus procesos de toma de decisiones. Existen múltiples casos que demuestran cómo las tecnologías pueden ayudar a lograr tanto los objetivos medioambientales como los financieros. Es más, con la Inteligencia Artificial (IA), y gracias a su capacidad para analizar grandes cantidades de datos de diversos campos, se pueden descubrir patrones ocultos, conexiones e ineficiencias que la automatización tradicional podría pasar por alto y, por ejemplo, analizar inversiones para reducir emisiones y priorizar proyectos con mayor retorno financiero o facilitar decisiones estratégicas, como evaluar riesgos climáticos al expandirse a nuevos mercados.

La inversión en tecnología y en sostenibilidad no solo es compatible, sino que se está convirtiendo en un factor diferenciador clave para las empresas. Según un informe elaborado por PwC, en colaboración con Microsoft y la Universidad de Oxford, muchas compañías ya utilizan la IA para cumplir con sus objetivos de sostenibilidad. El estudio incluye ejemplos como el de un fabricante de turbinas eólicas, que ha optimizado su producción de energía gracias al análisis inteligente de las condiciones del viento. O el de un productor de acero que ha logrado reducir su consumo energético en un 10% mediante el uso de IA.

Pero conviene recordar que la base para poder emplear la IA es contar con datos fiables en tu organización. Sin datos de calidad, la IA no es efectiva.

Desafíos del uso de la tecnología en la gestión de la sostenibilidad

Dicho todo esto, el papel de la tecnología en la gestión de la sostenibilidad no está exento de desafíos. La creciente digitalización y el uso de herramientas avanzadas como la IA tienen un impacto energético significativo. Generar mil imágenes mediante IA generativa puede emitir tanto CO2 como conducir un coche de gasolina más de seis kilómetros. Además, se estima que en 2030 la IA podría consumir hasta el 3,5% de la electricidad mundial.

A pesar de estas preocupaciones, la tecnología también ofrece soluciones para reducir su propia huella ambiental. La IA ya se utiliza para optimizar redes eléctricas, mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo en distintos sectores. Por ejemplo, permite analizar datos de consumo energético y cruzarlos con factores como el clima y la actividad económica, facilitando una gestión más eficiente.

Asimismo, algunas compañías tecnológicas están incorporando principios ambientales en el diseño de sus centros de datos, eliminando la necesidad de enfriamiento por agua y reduciendo el consumo de recursos hídricos. Estos avances demuestran que la revolución digital y la sostenibilidad pueden coexistir de manera armoniosa.

Conclusión

Lejos de ser opuestas, la tecnología y la sostenibilidad pueden trabajar juntas para un futuro más eficiente. Desde la optimización del uso de recursos hasta la mejora de la eficiencia energética, las herramientas digitales pueden transformar la manera en que las empresas gestionan su impacto ambiental.

A medida que consumidores e inversores exigen un mayor compromiso con la sostenibilidad, las empresas que integren tecnología y datos de manera inteligente no solo cumplirán con la normativa, sino que también se posicionarán mejor en el mercado. En definitiva, la tecnología no solo facilita la transición hacia un modelo de negocio sostenible, sino que también abre la puerta a nuevas oportunidades de crecimiento y diferenciación en un entorno competitivo.


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