Las empresas familiares españolas lo están pasando peor que sus homólogas de otras partes del mundo en el contexto de crisis provocada por la pandemia. Sin embargo, prevén una fuerte recuperación para el próximo año, hasta volver a la situación anterior al coronavirus.
Es uno de los grandes titulares que deja la Décima Encuesta Mundial de la Empresa Familiar, que acabamos de presentar y que hemos elaborado a partir de 2.081 entrevistas con responsables de empresas familiares de todo el mundo: el 78% prevé volver a las tasas de crecimiento previas a la pandemia en 2022.
Otro hallazgo relevante del estudio es que las empresas familiares han demostrado una capacidad de resiliencia especial frente a las restricciones económicas generadas por la pandemia. Solo el 34% de las compañías entrevistadas -el 36% de las españolas-, se han visto obligadas a recortar dividendos, y el 31% -28% en España-, a realizar recortes salariales. Además, una de cada cinco -el 21% a nivel global y el 24% en nuestro país-, ha necesitado acudir a inyecciones extraordinarias de capital. Eso sí, este impacto ha sido muy desigual, en función del sector de actividad de cada compañía. En el momento en el que se realizó la encuesta, a finales del año pasado, en España, por ejemplo, el 64% de los entrevistados esperaba experimentar una caída de sus ventas en 2020, por el 46% a nivel mundial.
El informe sostiene que las cinco principales prioridades de las empresas familiares españolas para los próximos dos años son:
- mejorar sus capacidades digitales (59%);
- aumentar el uso de las nuevas tecnologías (53%);
- expandirse a nuevos mercados/segmentos de clientes (51%);
- promover fusiones o adquisiciones estratégicas (41%);
- introducir nuevos productos o servicios (39%).
En el caso de sus homólogas mundiales, las prioridades son similares, aunque la que encabeza la lista es la entrada en otros mercados y sectores (55%).
A cinco años vista, las compañías familiares españolas sitúan entre sus prioridades aumentar su nivel de diversificación y que la próxima generación se haya convertido en accionista mayoritario de la compañía.
Digitalización y sostenibilidad, las asignaturas pendientes
La pandemia ha derribado cualquier duda sobre los beneficios de la transformación digital: se ha visto cómo aquellas empresas familiares con fuertes capacidades digitales han respondido mejor. Pero este conjunto de compañías ha sido una minoría. Si hay dos cuestiones en el informe en las que las empresas familiares mundiales y españolas deben avanzar son, sin duda, digitalización y sostenibilidad.
Pese a que el 79% de los empresarios familiares encuestados en España -el 80% de los mundiales- asegura que las iniciativas relacionadas con la digitalización, la innovación y las tecnologías son prioritarias; solo el 14% da por completado su digital journey -el 19% en el mundo. De hecho, menos de la mitad (46%) de las compañías españolas afirma poseer amplias capacidades digitales, por el 38% del conjunto de las empresas familiares participantes en el informe. La encuesta también señala el papel relevante que tienen las nuevas generaciones de empresarios familiares a la hora de impulsar la digitalización, la innovación y la tecnología en sus empresas familiares.
El informe reconoce la predisposición natural de las empresas familiares a impulsar las cuestiones relacionadas con la ESG -medioambiente, sostenibilidad y gobierno corporativo-, en sus organizaciones. Sin embargo, sólo el 37% de los entrevistados en todo el mundo -y el 41% en España-, cuenta con una estrategia claramente definida y comunicada en este ámbito. El documento refleja que, en la actualidad, las compañías familiares tienen un enfoque de las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad más centrado en el desarrollo de actividades filantrópicas y de responsabilidad social corporativa -así lo hace en el 80% y el 72% de los encuestados en el mundo y en España, respectivamente-, que en convertir la sostenibilidad en algo central en la operativa y en la visión a largo plazo de sus compañías.
Las empresas familiares son más confiables que otras instituciones y empresas, según el Barómetro de Confianza de Edelman, y nuestra encuesta confirma que, en la mayoría de sectores son, además, más resilientes. Esta es una buena noticia para la economía mundial, dado que la empresa familiar aporta más de la mitad del PIB mundial y dos tercios del empleo. Pero su contribución puede ser más profunda todavía.
En un mundo en el que el capitalismo está en el punto de mira y la sociedad exige más responsabilidad, las empresas familiares pueden ayudar a hacer recuperar la confianza basada en la competencia y la ética. Pero, prosperar en el mundo actual requerirá un cambio de mentalidad, un replanteamiento de sus prioridades y comportamientos, incluyendo mayor inversión en las herramientas digitales necesarias para la sostenibilidad económica y una nueva definición de legado con respecto a la propia familia y a la sociedad.