El 2015 está siendo un punto de inflexión en la apuesta de las empresas por lo digital: el Big Data, los sensores, la robótica, los objetos conectados, las estrategias de ciberseguridad son solamente algunos ejemplos de tecnologías cada vez más usadas por las compañías. En este contexto, existen una serie de cuestiones que todas la compañías -independientemente del lugar o el sector en el que operen- deben tener en cuenta a la hora de poner en marcha con éxito cualquier proceso de transformación digital.

Por ejemplo, contar con el liderazgo del máximo responsable de la organización, estar dispuesto a invertir o hacerlo desde todas las áreas de la compañía y no solo desde la de IT son algunas de ellas. Ese último punto es especialmente importante ya que, de un tiempo a esta parte, lo digital ha empezado a trascender la función de IT y ha generado la creación de nuevos cargos y responsabilidades dentro de las compañías.

En este sentido, parece que las cosas están cambiando. La tecnología tradicionalmente ha sido un ámbito que ha recaído exclusivamente bajo responsabilidad del Chief Information Officer (CIO). Sin embargo ahora, su papel se está fragmentando con la creación de nuevos puestos dentro de la organización, cuyas responsabilidades incluyen una gestión integral de asuntos relativos a la transformación digital. Según alguno de los >datos que se desprenden de nuestra Encuesta anual sobre el coeficiente digital en las empresas, en el año 2012 el 75% de las empresas señalaba al CIO como dueño y casi único responsable de los temas digitales. En la actualidad, solamente el 40% sigue manteniendo esta postura y se prevé que dentro de tres años este porcentaje caiga hasta el 35%.

Destaca la figura incipiente del Chief Digital Officer (CDO), designado en muchas compañías para liderar la transformación digital. Aunque, en España, según nuestro informe, todavía el CIO sigue aglutinando mayoritariamente este papel (así lo afirma el 49% de los encuestados), las compañías cada día apuestan con más fuerza por la figura del CDO. Tanto el CDO como el CIO deben tener un gran conocimiento en el campo de la tecnología, pero sus funciones distan mucho entre sí. Las responsabilidades del CIO están más centradas en lograr el máximo rendimiento de la tecnología usada en la compañía y en cómo mejorar el desempeño dentro de la empresa. En cambio, el CDO, por su parte, debe ser capaz de reunir un conocimiento y capacidades de las diferentes áreas funcionales de la compañía, para obtener una ventaja competitiva explorando las oportunidades de la actual revolución digital. ¿Será la función de CDO una nueva moda pasajera o ha llegado para quedarse?