30.000 entidades, más de 2 millones de personas y 10.500 millones de euros. Estas son las cifras que resumen, actualmente, lo que es el tercer sector social en España. Estamos hablando de organizaciones convertidas en auténticos superhéroes, que atienden numerosas necesidades sociales que, de otra manera, estarían en riesgo de ser satisfechas. Pero, ¿cuáles son los desafíos a los que se enfrentan? ¿Cómo va a evolucionar el sector en los próximos años? ¿Seguirá contando con los mismos recursos y fuentes de financiación?
El informe Radiografía del tercer sector social en España: retos y oportunidades en un entorno cambiante, elaborado por la Fundación PwC, trata de responder a estas y otras muchas preguntas. Para ello, analiza la evolución de la financiación del sector en los últimos años y desgrana los retos que deberá abordar en los próximos años si quiere seguir creciendo y mantener un papel de relevancia en la sociedad.
¿Y cuáles son estos retos que ya se avistan en el horizonte? El informe los agrupa en cuatro categorías:
- Retos estratégicos. Las entidades del tercer sector deberán reflexionar sobre cómo los cambios demográficos y tecnológicos afectan a las demandas sociales, y adaptar su misión y su plan de acción en consecuencia. Esta adaptación pasa, por ejemplo, por la coordinación entre entidades para optimizar los servicios.
- Retos económicos. La dependencia de la financiación pública en el sector genera incertidumbre presupuestaria y limita la capacidad de planificación de las organizaciones. Alcanzar la estabilidad financiera requerirá de modelos innovadores, que doten de un mayor peso a la financiación privada y que se valgan del uso de las nuevas herramientas digitales -donaciones on line, Big Data…-. Además, exigirá conseguir de las Administraciones Públicas compromisos de financiación a medio y largo plazo -programas plurianuales-.
- Retos relacionales. Cada vez será más necesario potenciar la colaboración entre las entidades del sector, así como otros organismos públicos y privados. Igualmente, caben las mejoras en aspectos relacionados con el buen gobierno -implantación de códigos, sistemas de autoevaluación, separación de funciones- y la transparencia, así como en la comunicación de la actividad del sector con acciones encaminadas a potenciar su reputación.
- Retos internos. La atracción y la retención de talento, la digitalización, el cumplimiento de la normativa y de los controles internos y la correcta medición y comunicación del impacto de los programas figuran entre los principales desafíos internos para las entidades del sector.
Financiación, un horizonte
Entre 2018 y 2022, la financiación del tercer sector social crecerá un 4,7%, hasta los 12.800 millones de euros
Las cifras del informe permiten también adelantar el próximo capítulo en la historia de la financiación del Tercer Sector Social en España. Y hay buenas noticias: se espera un crecimiento de la financiación total del 4,7%, entre 2018 y 2022, hasta alcanzar los 12.800 millones de euros. Esto significa que, en términos reales, volveremos a los niveles previos a la crisis financiera, que provocó una fuerte caída de la financiación (un 2,3% cada año) entre 2008 y 2012. Después vendría una fase de recuperación entre 2013 y 2017, donde subió un 6,1%, para luego estancarse de nuevo el año pasado. Pero, según el estudio, no hay por qué preocuparse: se trata de un bache puntual que no se repetirá en el corto plazo.
A día de hoy, el grueso de la financiación del sector procede de las administraciones públicas que, con más de 6.500 millones de euros, aportan el 62% del total de recursos del sector. A pesar de los esfuerzos por reducir la dependencia de estos fondos, su contribución al mix total se ha mantenido en los últimos años. Para 2022, se espera que estas aportaciones públicas crezcan un 4,4%, gracias la subida de la aportación por la asignación del 0,7% del IRPF (+6,5%) y al aumento de las partidas procedentes de la las administraciones central (+3,2%), autonómica (+5,6%) y local (+5,6%).
Por su parte, la financiación privada no será menos: se prevé un crecimiento del 5,1% impulsado por el incremento de las aportaciones de empresas y corporaciones (+4,7%), de la Cajas de Ahorros (+4,8%) y de socios (+7,1%).
No obstante, para que se cumplan estas favorables expectativas de aquí a 2022, el sector deberá contar con algunos must have. El primero es el compromiso de las Administraciones Públicas con el Tercer Sector Social, para que no vuelvan a producirse situaciones como, por ejemplo, el descenso de la financiación procedente de los Presupuestos Generales del Estado.
Y, el segundo, tiene que ver con la capacidad del Tercer Sector para adaptarse a las grandes tendencias globales que están transformando el planeta: el cambio demográfico, el proceso acelerado de urbanización, el cambio climático y la escasez de recursos, los avances tecnológicos y los cambios en los poderes económicos mundiales. De esta manera será posible aprovechar las oportunidades de crecimiento y superar los retos y amenazas. ¿El primer paso? Un ejercicio de reflexión estratégica sobre cómo estos cambios globales impactan en financiadores y beneficiarios.