Los expertos esperan que en los próximos 20 años se produzcan más innovaciones en el sector eléctrico de las que han ocurrido desde la época de Thomas Edison. Y es que, si hay algo que define la era que estamos viviendo es la rapidez de los avances tecnológicos. Hoy en día, el mercado energético atraviesa una transformación de tal calado que las empresas del sector no pueden ignorar el imperativo de innovar.
Simplemente, no es una opción. Por eso, las compañías deben empezar a pensar de manera muy diferente y encontrar el modo de aprovechar la innovación como facilitador del mercado y como parte clave de su estrategia empresarial.
Pero no solo está cambiando la tecnología. También entran en juego las nuevas medidas regulatorias, la generación de energía descentralizada, los cambios en los hábitos de consumo, la aparición de nuevos competidores… La pregunta es, ¿están las empresas preparadas para este nuevo mercado de la energía que se avecina? El 82% de los directivos de compañías eléctricas de todo el mundo piensa que no. De hecho, el 44% cree que, en 2020, seguirán sin estarlo. Así lo revela la Global Power & Utilities Survey 2018, elaborada por PwC a partir de entrevistas con 118 directivos de un centenar de utilities, en 56 países.
Tradicionalmente, los líderes de las eléctricas no han considerado la innovación como un must en su mercado. Pero esa mentalidad está cambiando, y las compañías ya están buscando formas de integrar un pensamiento innovador en la cultura de su empresa. En la anterior edición del estudio, realizada en 2015, solo el 26% de los encuestados pensaba que los modelos de negocio tradicionales del sector eléctrico seguirían funcionando el futuro. Tres años más tarde, el 65% de los directivos cree que adaptar su modelo de negocio es clave y, de hecho, la mayoría (79%) ya se ha puesto manos a la obra. Concretamente, el 54% asegura haber hecho algún tipo de cambio, el 20% haber tocado su modelo de negocio en varias ocasiones y un 5% haberlo transformado completamente. Solo un 21% reconoce no haberlo cambiado en absoluto.
No obstante, la encuesta también revela una contradicción. Por un lado, los directivos de las eléctricas son plenamente conscientes de que el tiempo apremia para adaptarse al nuevo entorno competitivo. Sin embargo, son pocos los que están transformando a fondo sus modelos de negocio para no quedarse atrás, cumplir las expectativas de los consumidores y aprovechar las nuevas disrupciones tecnológicas.
Y, mientras tanto, nuevos actores, hasta ahora ajenos al sector, están aprovechando las oportunidades emergentes en el mercado de electricidad, especialmente de los ámbitos online, digital y de la gestión de datos. Sin embargo, a los ojos de los directivos del sector, las utilities tradicionales siguen representando la principal amenaza –según el 58% de los encuestados-, inmediatamente seguidas de las compañías de petróleo y gas (48%), lo que refleja la preocupación por los recientes movimientos de algunas de estas grandes empresas por entrar en el mercado eléctrico.
Pero, ¿cuál es la ventana de oportunidad que tienen las compañías eléctricas antes de que estos forasteros irrumpan en el mercado? El 40% de los encuestados la fija en los próximos tres años, mientras que el 45% lo hace en cinco y solo el 5% cree que la situación es tan urgente como para cambiar su estrategia durante los próximos doce meses. No obstante, aunque el ritmo al que deben transformarse las empresas es un factor muy importante, éste varía en función del área geográfica donde operen. Europa, por ejemplo, es el mercado que más rápidamente está cambiando mientras que el de Oriente Medio y África es el que menos.
Lo que es indudable es que ninguno de los eslabones que componen la cadena de valor del sector va a seguir como hasta ahora. El mercado eléctrico está evolucionando hacia a un modelo mucho más digital, donde la tecnología va a ser disruptiva en muchos aspectos y donde la personalización y la gestión del cliente están tomando un protagonismo fundamental. Los competidores ya serán únicamente los tradicionales, y las compañías van a ser testigo de modelos de negocio mucho más ágiles y dinámicos.