El sector del capital riesgo tiene ganada una clara imagen de eficiencia y rentabilidad a la hora de financiar proyectos de emprendimiento (en el caso del venture capital) y de empresas ya consolidadas (el private equity propiamente dicho). Sin embargo, no se asocia habitualmente a estas firmas con prácticas de inversión responsable.

Un reciente informe publicado por PwC (Older and wiser: Is responsible investment coming of age?) refuta esta impresión. El sector está crecientemente comprometido con el desarrollo sostenible y con la inversión responsable.

Eso es lo que dicen los resultados de una encuesta, incluida en el informe, en la que han participado profesionales de 162 firmas del sector pertenecientes a 35 países. El 81% de los consultados dicen informar periódicamente a su Consejo de Administración en relación con la gestión ambiental, social y de gobierno corporativo de sus participadas (ESG, por sus siglas en inglés), otro 81% tiene una política de inversión responsable aprobada y un 72% está usando o desarrollando indicadores para medir los progresos en materia ESG. En todos los casos, los porcentajes son superiores a los del último informe elaborado por PwC, que data de 2016. Además, el interés por este tipo de cuestiones se manifiesta en todas las fases del proceso de inversión (la selección y due diligence de oportunidades, la negociación, el cierre, la monitorización y el reporting), lo cual añade consistencia a la tendencia.

Estos resultados obligan a los autores del informe a preguntarse si el sector de capital privado se ha hecho adulto en lo que respecta a la inversión responsable. La respuesta es positiva, aunque con matices, ya que hay algunas áreas donde los avances son limitados, y en cualquier caso hay margen de mejora y oportunidades para seguir progresando en esa dirección.

Por ejemplo, todavía existe una importante brecha entre el grado de preocupación por los temas medioambientales, sociales y de gobernanza y la toma de decisiones. Por ejemplo, el 76% de los consultados de las firmas de capital riesgo dicen estar interesados por los problemas de derechos humanos, pero solo el 46% aseguran haber actuado al respecto. Más distancia hay incluso en el caso del cambio climático, que es otra de la principales preocupaciones, con un 58% y un 20%, respectivamente.

Otro de los detalles que llama la atención es la importancia que han cobrado los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una iniciativa aprobada por la ONU que promueve el cumplimiento en 2030 de una agenda de 17 objetivos, como la eliminación de la pobreza y el hambre, la lucha contra el cambio climático o el fomento de la igualdad de la mujer. Este programa se ha convertido en un lenguaje global y el 67% de los encuestados dicen tenerlos como una prioridad.

El creciente compromiso de los profesionales del sector de capital riesgo con la inversión responsable se alinea también con los objetivos de rentabilidad de las firmas. La adecuada implementación de programas medioambientales, sociales y de gobernanza puede ayudar a crear valor en las empresas en las que invierten, lo que en definitiva facilitará la obtención de plusvalías una vez que se consume la salida de la compañía en cuestión. Y a la inversa: la falta de atención a estas materias puede acabar mermando la rentabilidad de la operación.