La voz de alarma la han dado los altos directivos de las empresas del sector financiero (bancos, gestoras de activos y aseguradoras) en la última Encuesta Mundial a los CEO, que elabora cada año PwC: la falta de habilidades de sus empleados es una amenaza para el crecimiento de su compañía. Así lo sostienen el 76% de los consultados, cuando hace diez años el porcentaje era el 50%.
¿Qué buscan y no encuentran las empresas financieras entre sus empleados? Según el informe Financial services talent trends 2019, recientemente publicado por PwC, la revolución digital exige de los profesionales del sector:
- Capacidad para innovar. La tecnología es importante, pero más aún lo es gente que sepa gestionarla.
- Inteligencia y preparación para impulsar nuevos modelos de negocio adaptados a los procesos de transformación digital.
- Habilidades que no pueden ser replicadas por las máquinas, como la creatividad, el compromiso y la inteligencia emocional.
El problema es que los empleados que tienen estas aptitudes suelen preferir trabajar en compañías tecnológicas. Los problemas de reputación del sector (sobre todo de la banca, tras el impacto negativo de la crisis económica y financiera) son un hándicap para atraer a los mejores profesionales. Asimismo, el informe resalta que las empresas de servicios financieros han estado lentas a la hora de responder a las prioridades de las nuevas hornadas de empleados, que son distintas a las de las generaciones que les preceden. Los jóvenes valoran mucho más que sus padres la autonomía en el trabajo y la posibilidad de conciliar las tareas profesionales con su vida personal. También tienen en cuenta cuestiones como el propósito de la empresas (¿qué sentido tiene lo que hago?) o la diversidad en el ambiente laboral.
¿Qué estrategia deben seguir las empresas de servicios financieros para superar estos obstáculos y contar con una plantilla bien preparada y adaptada a sus necesidades? El informe apunta cuatro ideas fundamentales para competir en el mercado del talento:
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Renovar y reforzar el propósito de la empresa. Es necesario poner en valor la función social y económica de los servicios financieros para recuperar la confianza de la opinión pública. Esa función no solo es perfectamente compatible con el objetivo de crear valor para el accionista, sino que son metas que se alimentan mutuamente. Algunas de las cosas que se están haciendo en el sector para ganar la confianza del público son la creación de plataformas de bienestar financiero (para ayudar a la gente a gestionar su economía) o el lanzamiento de planes médicos y de seguros que animan a llevar un estilo de vida saludable.
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Aprovechar las técnicas de análisis de datos para planificar la plantilla y anticipar sus necesidades de cualificación con arreglo a las circunstancias del negocio. Una de las claves de la planificación es evaluar adecuadamente la situación de la actual fuerza de trabajo. Típicamente, el análisis de la plantilla dividirá a esta en tres grupos de profesionales: los que ya tienen la mentalidad y la habilidades necesarias para colaborar en el crecimiento de la compañía; los que todavía no las tienen, pero pueden llegar tenerlas mediante planes de formación y coaching; y los que difícilmente llegarán a contar con ellas. Respecto a este último grupo, el informe recomienda desarrollar planes para mejorar su nivel de empleabilidad fuera de la empresa.
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Gestionar bien el impacto real de la tecnología en la plantilla. Las repercusiones de las nuevas tecnologías son con frecuencia mal comprendidas. Rara vez ocurre que un departamento completo quede sin funciones por la automatización. Lo normal es que haya necesidad de reemplazar una parte de los empleos y aumentar la carga de trabajo de otros.
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Colaborar con el talento externo. Buscar fórmulas de asociación con profesionales externos o independientes, especialmente en nichos de actividad muy especializados, debería formar parte de la estrategia central de las empresas financieras. El informe de los CEO sugiere que en el sector hay todavía muchas resistencias a este tipo de acuerdos flexibles, pero al mismo tiempo un pequeño grupo de compañías de vanguardia están haciendo grandes esfuerzos para adoptar un modelo laboral en el que muchos productos y servicios son suministrados por el talento externo.
En síntesis, lo que hace falta para atraer o retener el mejor talento digital en las empresas financieras, como en otros muchos sectores, es flexibilidad. Flexibilidad para adaptar la compañía a las aspiraciones de sus profesionales, para acomodar la plantilla a las nuevas tecnologías y para utilizar el mejor talento disponible en el mercado Flexibilidad, en definitiva, para ganar en productividad.