La Cuarta Revolución Industrial (4IR) ha alcanzado la mayoría de edad. El mercado está repleto de productos inteligentes que inundan nuestros hogares y lugares de trabajo. ¿Crees que no bebes suficiente? ¿Qué tal una botella de agua conectada a la red Wi-Fi que te envía alertas y datos sobre tu nivel de hidratación? ¿Y una nevera que te avise cuando los alimentos empiecen a ponerse en mal estado?
Desde la Inteligencia artificial al Internet de las Cosas (IoT) pasando por los robots y por los asistentes de voz; los productos y servicios generados por la 4IR combinan los mundos digital y físico y se están integrando en nuestras vidas a gran velocidad.
En la actualidad, se calcula que existen en el mundo unos 7.000 millones de dispositivos conectados al Internet de las Cosas -en inglés, IoT connected services– . Entre 2012 y 2018, las inversiones en tecnologías digitales, vía fusiones y adquisiciones y a través de fondos, se estiman en torno a los 560.000 millones de dólares. Pero, ¿qué es exactamente la Cuarta Revolución Industrial?
La 4IR es el término que utilizamos para denominar a la era de la digitalización: desde los productos y servicios que consumimos, hasta las ciudades y las fábricas inteligentes y la automatización de tareas en nuestros hogares y trabajos. Este periodo de la historia, caracterizado por la transformación digital, marca el inicio de la recopilación de datos en tiempo real y del uso de algoritmos para adelantar tendencias y comportamientos hasta crear un gemelo digital de nuestro mundo físico. Y viene detrás de otras revoluciones industriales; la tercera, impulsada por la electrónica y las tecnologías de la información; la segunda, por la electricidad, y la primera, por la combustión de vapor.
Los consumidores son conscientes de que el uso de estas tecnologías conlleva un intercambio: datos y privacidad a cambio de comodidad y bienestar. Y esta cuestión les importa… y mucho
Para entender los pros y los contras de esta Cuarta Revolución Industrial, en PwC hemos realizado una encuesta entre 6.000 consumidores, 4.338 empleados y 1.800 directivos de las áreas de tecnologías de empresas en EE.UU, Alemania, Reino Unido, India, China y Corea del Sur. Los resultados revelan algunas conclusiones interesantes:
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¡Viva la tecnología! El 90% de los consumidores encuestados utilizan, al menos, una de las tecnologías que caracterizan a la 4IR y el 46% usan al menos tres de ellas de forma regular. En resumen, los consumidores están encantados por las mejoras y los beneficios en términos de ahorro de tiempo, mejora de la productividad y personalización de sus experiencias. También, los empleados (78%) y los empleadores/directivos (81%) coinciden en resaltar cómo las tecnología 4IR están mejorando sus trabajos: menos labores tediosas, mayor eficiencia…
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Ojo con los datos y la privacidad. Los consumidores son conscientes de que el uso de estas tecnologías conlleva un intercambio: datos y privacidad a cambio de comodidad y bienestar. Y esta cuestión les importa… y mucho: el 67% se muestra preocupado sobre la información que se recopilan de ellos y el 68% sobre la privacidad y seguridad de sus datos. Son proclives a facilitar sus datos en algunas circunstancias -principalmente, relacionadas con la salud y el control de la tensión arterial, pulso, temperatura…-, y contrarios en aquellos casos en los que el beneficio se traduce en ahorro económico.
A los consumidores participantes en nuestra encuesta tampoco le gusta que monitoricen sus comportamientos personales, ni que se haga seguimiento de su localización física. Aunque el 59% compartiría este tipo de información, por ejemplo, si supusiera una mejora de su seguridad o de la de sus familias.
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El debate de la robotización y el empleo. Sin embargo, los empleados y los directivos no tienen exactamente la misma visión sobre el impacto de la 4RI en sus trabajos. Mientras que casi la mitad de los empleados (45%) participantes en la encuesta temen por la seguridad de su puesto de trabajo y porque las máquinas ya sean capaces de tomar decisiones que antes correspondian a la personas. Una mayoría de directivos (69%) ve las tecnologías digitales como una palanca para generar nuevos empleos.
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Defensa en periodos de desaceleración. Pero, además, un 63% de los directivos, consideran que las tecnologías 4RI pueden actuar como una protección en periodos de desaceleración económica; el 80% cree que suponen una ventaja competitiva y el 76% que acelera el desarrollo de nuevos productos y servicios.
En definitiva, del análisis detallado de la encuesta se desprende que la Cuarta Revolución Industrial es un hecho y su potencial es ampliamente reconocido. Sin embargo, la 4IR despierta, todavía, algunas dudas entre consumidores y empleados. Y es tarea de las empresas despejar y modular esas incertidumbres, ganarse la confianza de sus clientes y trabajadores y asegurar que los beneficios de las tecnologías digitales llegan a todos.