El turismo es uno de los principales motores de la economía española. En los últimos años, su contribución al PIB nacional está por encima del 12% (ver gráfico) y en 2019 llegó a emplear de forma directa a tres millones de personas. Es un sector resiliente en contextos de incertidumbre económica y que ha cobrado un gran impulso en los últimos años. En el periodo 2010–2019 experimentó un crecimiento del 3,8% anual, duplicando el ritmo de aumento del PIB nacional, y fue capaz de generar más de medio millón de nuevos puestos de trabajo en los últimos 5 años pre-pandemia.

España es también una de las principales potencias turísticas a nivel mundial. Ocupa la segunda posición en volumen de llegadas internacionales, con casi 84 millones de turistas en 2019, y durante tres años consecutivos ha sido el número uno en competitividad turística. Sus grandes bazas son el patrimonio histórico, los recursos naturales y un ecosistema de empresas turísticas que está en la vanguardia del sector, gracias a su excelente infraestructura de alojamiento y de transporte terrestre y aéreo.

Los últimos datos disponibles muestran que España perdió en los diez primeros meses del año 57 millones de viajeros y 63.000 millones de euros en ingresos

Algunas de estas fortalezas, como la oferta hotelera o la conectividad aérea, están siendo gravemente afectadas por la situación sociosanitaria, que ha provocado un descenso espectacular en el número de visitantes. Los últimos datos disponibles muestran que España perdió en los diez primeros meses del año 57 millones de viajeros y 63.000 millones de euros en ingresos, con el consiguiente efecto negativo en el mercado laboral.

Esas son las malas noticias. Las buenas son que todos los agentes económicos, y el Gobierno en particular, están concienciados de la necesidad de apostar por el sector como eje transformador de la recuperación económica, en el marco de las ayudas aprobadas por la Unión Europea. El Gobierno considera que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que es el programa a través del cual se canalizará el primer tramo de las ayudas europeas, tendrá un impacto estimado en el turismo de 44.000 millones de euros. De ellos, el Gobierno ya ha presentado un plan específico para el sector, el Plan de Modernización y Competitividad, que estará dotado con una inversión pública de 3.400 millones de euros.

Estos proyectos tienen un gran potencial de impacto positivo en la cadena de valor turística, para lo cual es necesario actuar en tres áreas de su actividad

Tres áreas de mejora

Estos proyectos tienen un gran potencial de impacto positivo en la cadena de valor turística, para lo cual es necesario actuar en tres áreas de su actividad:

  • Digitalización e inteligencia del cliente. La pandemia ha acelerado la transición digital, lo que abre la puerta a un nuevo modelo de negocio basado en la creación de productos y servicios personalizados para mejorar la experiencia de los turistas. El desarrollo de un ecosistema de inteligencia turística y la construcción de un espacio común de datos permitirá a las empresas del sector disponer de un conocimiento integral de sus clientes y elaborar una propuesta de valor enriquecida y segmentada. Adicionalmente, los planes aprobados deberían contribuir al desarrollo de las capacidades digitales de las pymes, un activo cada vez más necesario para atraer clientes y que se considera crucial para promover el emprendimiento, reducir las brechas regionales e impulsar la cohesión social y territorial. En este sentido, el sector necesitará apoyarse en tecnologías como el big data, la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas, la biometría de reconocimiento facial, las comunicaciones 5G o la tecnología blockchain.
  • Automatización y eficiencia operativa. España cuenta con un alto porcentaje de hoteles independientes, que tienen un margen amplio de mejora en su eficiencia operativa. En esta línea deberían considerarse proyectos o iniciativas como la creación de centros de servicios compartidos o plataformas dotadas de soluciones diferenciales basadas en digitalización. El objetivo sería capitalizar las economías de escala y aumentar la capacidad de negociación, mediante servicios de distribución y comercialización hotelera, servicios de contact center, soluciones de revenue management y funciones soporte como administración, contabilidad, recursos humanos y compras. Por otro lado, el sector turístico debería avanzar en la automatización y robotización de procesos y en soluciones como la facturación online, la utilización de chatbots y el check-in
  • Sostenibilidad. El turismo debe ser garante de la sostenibilidad ambiental, socio-económica y territorial. En el ámbito ambiental y de eficiencia energética, es necesario invertir en soluciones basadas en energías renovables y movilidad sostenible en los alojamientos y destinos turísticos. Algunas de estas iniciativas pasan por la mejora en sistemas de control y monitorización energética, la adaptación y gestión de consumos de agua y de iluminación inteligente, la climatización eficiente, la incorporación de energías renovables en el mix energético de alojamientos, los revestimientos, aislamientos y ventanas de alta eficiencia y los cargadores de vehículo eléctrico. Además, el turismo debe promover un desarrollo territorial basado en prácticas de sostenibilidad económica y social. Su actividad tiene que orientarse a reforzar a las comunidades y el entorno local, potenciar sus valores naturales y culturales, distribuir de una manera más equitativa los beneficios por todo el territorio y desarrollar productos que permitan reducir el alto grado de estacionalidad de la industria en España.

España lo tiene todo para afianzar en los próximos años su liderazgo como destino turístico mundial. Los fondos europeos son una gran oportunidad para reparar el tejido empresarial del sector, muy dañado por el coronavirus, y para que sus empresas den el salto cualitativo que necesitan en materia de transformación digital y transición ecológica, y sirvan como palanca para la cohesión social y territorial.

Contribución del turismo al PIB nacional (miles de millones de euros y % sobre total) | Fuente: INE