Cuando hablamos del metaverso pocos líderes empresariales saben a qué nos referimos. Incluso algunos se cuestionan si es relevante para sus compañías. La respuesta inmediata es, sí, es importante. De hecho, muchas de las ideas relacionadas con el metaverso ya existen y otras lo harán pronto. Un gran número de empresas están invirtiendo con el objetivo de incrementar el nivel de fidelización de sus consumidores, vincularse de otras formas con sus públicos y hacer crecer sus beneficios.

Sin embargo, también hay motivos para ser precavidos. El metaverso se ha puesto de moda de repente, a pesar de que las tecnología subyacentes llevan años desarrollándose. Al igual que en los inicios de Internet, es probable que alrededor del metaverso haya nichos de especulación, activos sobrevalorados e inversiones poco acertadas, sobre todo, porque el auténtico metaverso, tal y como lo imaginan los visionarios de la tecnología, aún está a años de distancia.

A la pregunta de si el metaverso será relevante para las compañías, la respuesta inmediata es, que sí

La buena noticia es que es posible separar la realidad de la moda. Es importante comprender en qué consiste realmente el metaverso y tomar medidas prácticas, a unos costes razonables para satisfacer las necesidades de cada empresa.

¿Qué es el metaverso y qué supone para las empresas?

El metaverso promete un mundo digital en tres dimensiones, tremendamente realista. Donde se podrán, por ejemplo, comprar y vender productos y servicios, firmar y ejecutar contratos, reclutar y formar al talento e interactuar con consumidores y comunidades.

Tal y como se imaginan algunos visionarios de la tecnología en el metaverso, las plataformas en las que se basará este mundo no serán las que controlen los datos, la gestión y las transacciones. En cambio, los consumidores (y las empresas) serán capaces de llevarse sus identidades, su dinero, sus experiencias y sus activos allá donde quieran. También, a diferencia de las experiencias web actuales, gran parte de este mundo digital seguirá funcionando, incluso, cuando no haya nadie en él.

En el metaverso podrás, por ejemplo, ponerte unas gafas de realidad virtual (RV) y visitar una fábrica en la otra punta del mundo. Podrás ver y tocar la maquinaria, estrechar la mano del responsable local y revisar sus operativas sin moverte de tu escritorio. Incluso será posible enviar una versión digital de ti mismo a esa fábrica, mientras otra se reúne con su Consejo de Administración. Los consumidores tendrán la posibilidad de saltar de un concesionario de automóviles a otro, sintiendo el viento en su pelo mientras prueban un coche. Y después de abandonar esa recreación digital de la fábrica, ésta seguirá produciendo en paralelo a la fábrica física. Los coches virtuales esperarán a su próximo conductor virtual. En la actualidad, muchos consumidores jóvenes ya se prueban ropa en tiendas digitales o compran productos virtuales en sus entornos de juego online.

En la actualidad, las empresas están mirando al metaverso para:

  • Enriquecer la experiencia del consumidor.
  • Lanzar productos virtuales, sólo disponibles en el metaverso.
  • Recoger nuevos datos de los usuarios.
  • Comercializar productos y servicios físicos y digitales.
  • Impulsar los medios de pago y la financiación.
  • Ofrecer aplicaciones y hardware que apoyen las actividades del metaverso.

Estas oportunidades ya existen, aunque todavía no haya un metaverso real y es posible que nunca se llegue a desarrollar.

El metaverso es una evolución, no una revolución

El metaverso se describió, por primera vez, hace casi 30 años, pero aún estamos en sus inicios. Esto es cierto, aunque algunas plataformas digitales se autodenominan metaversos. La capacidad de computación, los auriculares, los programas de software y la capacidad de conexión en red aún no están preparadas para soportar un metaverso realmente inmersivo y, por tanto, compartido.

Sin embargo, dicho futuro está de camino, como la culminación de unas tendencias que vienen desde hace tiempo: que las nuevas tecnologías innovadoras se fusionen en un todo superior. En PwC, a lo largo de la última década hemos identificado las nuevas tecnologías más relevantes para las empresas y cómo están convergiendo de forma que sean posibles algunas partes  del metaverso.

Hoy en día, la tecnología en la nube se está ocupando de la capacidad de procesamiento y de almacenaje para respaldar la realidad extendida y las interfaces inmersivas. Las redes de hiperconexión basadas en la tecnología 5G están a punto de llegar a una fase de madurez. La Inteligencia Artificial (IA) está ayudando a crear réplicas digitales que combinan la visión, el habla y la capacidad de aprendizaje a través del ordenador para ofrecer a los usuarios experiencias que parecen reales. La descentralización de la economía y las finanzas, con el apoyo de la tecnología blockchain, está haciendo posible que los sistemas financieros estén parcialmente automatizados. Por último, los consumidores nativos digitales y el impacto de la pandemia en los hábitos de consumo están impulsando la demanda de los productos y las experiencias virtuales que ofrece el metaverso.

Todavía falta mucho para la prometida interoperabilidad del metaverso: un mundo digital en el que, tanto las empresas como los consumidores, puedan transitar sin problemas entre múltiples experiencias ofrecidas por distintos proveedores. Esta capacidad de conexión requerirá de una nueva arquitectura de Internet, denominada la web 3.0. La noción es que primero surgieron las páginas web estáticas (web 1.0), y, luego, nuestra red actual (web 2.0) en la cual contamos con contenidos dinámicos, pero sólo dentro de plataformas que manejan las compañías. La web 3.0, en la que los innovadores e inversores de Internet están trabajando actualmente, será una estructura descentralizada con innumerables plataformas interoperables.

Independientemente de que esta visión llegue a materializarse o no, ya existen suficientes componentes del metaverso que ofrecen oportunidades, al igual que riesgos.

Seis conceptos clave detrás del metaverso…

Una forma de concebir el metaverso consiste en un conjunto de oportunidades entre las cuales las empresas pueden seleccionar aquellas que les interesen. A partir de los años de estudio en PwC sobre las tendencias tecnológicas que ahora convergen para formar el metaverso, hemos identificado seis conceptos clave. Es importante destacar que la mayor parte de ellos aún no están totalmente maduros y la mayoría de las compañías aún no son capaces de entender el valor de una convergencia auténtica.

Sin embargo, algunos de estos conceptos están ya lo suficientemente desarrollados como para hacer crecer líneas de negocio que ya existen y crear otras nuevas. Actualmente,  existen compañías del sector retail, inmobiliario y de entretenimiento que ya están invirtiendo y están ganando dinero. Por otro lado, en el caso de aspectos menos maduros del metaverso, entrar en ellos desde el principio permitirá a las empresas estar preparadas para cuando se desarrollen. Estos son los seis conceptos claves detrás del metaverso:

1. Economía. Las criptomonedas, los tokens no fungibles (NFT) y otras monedas digitales basadas en blockchain, probablemente, moverán el intercambio de valor en el metaverso. Se necesitará más innovación a medida que los gobiernos, las empresas y las nuevas organizaciones exclusivamente digitales trabajen para construir sistemas monetarios digitales de confianza, ofrecer nuevas propuestas para monetizar los datos y realizar préstamos, pagos, inversiones inmobiliarias en el metaverso. Las organizaciones autónomas descentralizadas (por sus siglas en inglés DAO), que se rigen por normas aceptadas de forma voluntaria aplicadas a través de un sistema informático que se ejecuta en blockchain, desempeñarán un papel importante.

2. Interoperabilidad. Para que el metaverso sea una realidad es necesario que exista una interoperabilidad sin fisuras entre los usuarios y las plataformas, basada en la web 3.0, y unos estándares pendientes de fijar. Si bien esta interoperabilidad ofrecerá nuevas posibilidades para llegar y entender a los consumidores, también planteará nuevos retos para la recopilación y protección de los datos, así como para la ciberseguridad y la privacidad. También, podría debilitar aquellas estrategias de negocio que se basen en mantener a los usuarios y sus datos en una plataforma determinada. La ventaja competitiva podría estar en aquellas empresas que sean capaces de ofrecer a los usuarios -a través de hardware o software– métodos seguros de entrada en el metaverso.

3. Gobierno corporativo. El metaverso requerirá reglas de participación para los usuarios, pautas sobre cómo puede cambiar el metaverso con el tiempo y mecanismos de control, incluyendo la recaudación de impuestos, el gobierno de los datos y el cumplimiento normativo. En este sentido, los precursores del metaverso ayudarán a definir estas reglas. Además, la seguridad será primordial, ya que un mundo digital totalmente descentralizado puede ofrecer un amplio abanico de posibilidades para cometer delitos. La autenticidad -y la confianza en general- también será una prioridad, con el fin de reducir la desinformación que a menudo ha invadido Internet.

4. Identidad. Hoy en día, el concepto de identidad en Internet suele estar vinculado a las plataformas. Esta puede ser verdadera, seudónima o anónima. En el metaverso, que estará descentralizado e interconectado, se necesitarán identidades digitales fiables -para las personas, los activos y las empresas- que sean compatibles en todas las plataformas. Aquellas compañías que se dedican a la gestión de identidades digitales pueden contribuir a establecer las normas del metaverso y a ofrecer los servicios necesarios. Además, las identidades digitales pueden ser fundamentales para permitir la recopilación de datos y su gobierno en un entorno descentralizado.

5. Experiencia. En un mundo digital 3D compartido, permanente e inmersivo, se podrán ofrecer experiencias únicas. Estas estarán basadas en las creencias, ideales y gustos que se manifiesten en las preferencias de cada usuario. Algunas tendencias de experiencia de usuario ya se están convirtiendo en realidad, en juegos y entornos de Realidad Virtual y Realidad Aumentada. Las compañías que sean capaces de crear experiencias fiables y que protejan la privacidad ganarán la lealtad de los consumidores. Mientras que aquellas que se mantengan al corriente de las tendencias del metaverso podrán situarse en una buena posición para adelantarse a las preferencias y comportamientos de los consumidores.

6. Continuidad. El metaverso ha de reflejar en tiempo real los cambios realizados en él por los distintos participantes, que entran y salen por diferentes vías, lugares y momentos. Cuando los usuarios se desconecten del metaverso, éste y los demás participantes continuarán sus actividades sin interrupción, por ejemplo, con contratos digitales que hagan cumplir los acuerdos y la comercialización de los activos. Esta continuidad requerirá probablemente un nuevo enfoque de los activos digitales, que incluya servicios y aplicaciones que sean portátiles, dinámicas y extensibles.

…y seis formas de prepararse

Dado que el metaverso todavía no existe como tal, pero muchos de sus conceptos clave ya son relevantes para las empresas, muchas compañías podrían beneficiarse si ponen en marcha las siguientes seis medidas. Las tres primeras se centran en las oportunidades y en los usos disponibles en la actualidad. Las siguientes ayudarán a las compañías a desarrollar las capacidades que les ayudarán a alcanzar el éxito en el metaverso el día de mañana.

Acciones a corto plazo

1. Ponte al día. La mayoría de las empresas -incluso algunas tecnológicas- no están familiarizadas con los conceptos del metaverso, que evolucionan a gran velocidad. Además, en muchos casos  carecen de las capacidades y de los procesos necesarios para entender las operaciones y las inversiones en el entorno digital. En este contexto, conviene asignar al menos una fuente de conocimiento -por ejemplo, un equipo- para entender conceptos clave como las criptomonedas y las organizaciones autónomas descentralizadas y su relevancia dentro de la empresa, así como para hacer un seguimiento del metaverso, a medida que evoluciona.

2. Desarrolla una estrategia. Identifica las brechas por cerrar y oportunidades a largo plazo que te puede ofrecer el metaverso y sus conceptos clave y, después, empieza a tomar las primeras medidas.

3. Tantea el terreno. Elige algunas de las oportunidades que ya existen hoy en el metaverso. Entre las de menor riesgo se encuentran la venta de versiones digitales de productos físicos, la posibilidad de realizar visitas virtuales de productos o instalaciones y el lanzamiento de tokens no fungibles (NFT) para mejorar el conocimiento de marca y el vínculo con los consumidores. También es posible que las empresas consideren la posibilidad de comprar o alquilar inmuebles digitales para realizar ventas, actividades publicitarias y servicios de atención al cliente. Los inmuebles digitales son, probablemente, una opción más arriesgada, ya que ningún entorno digital por sí mismo ha demostrado que vaya a perdurar en el tiempo, pero puede ser una alternativa razonable para algunas empresas.

Cimientos para el futuro

4. Céntrate en generar confianza. El metaverso y sus componentes actuales ofrecen nuevos retos en materia de ciberseguridad, privacidad, cumplimiento normativo, reputación de marca y lucha contra el fraude. Las compañías deberán contemplar la seguridad a nivel de servicios, para que, independientemente de a dónde se dirijan sus activos, ésta se mantenga. Para fomentar la confianza entre consumidores, accionistas, reguladores y otros grupos de interés, se debe comunicar con antelación qué se puede esperar de las iniciativas en el metaverso y cómo se van a mitigar los posibles riesgos. Por ejemplo, la  tecnología blockchain y la IA permiten automatizar los procesos de autenticación de la identidad, de los activos, de las transacciones y de los contratos.

5. Replanteate tus competencias básicas. Lo que proporciona una ventaja competitiva en un entorno digital compartido y descentralizado puede ser diferente a lo que tienen las empresas actualmente. Puede que sea necesario mejorar tus capacidades y atraer talento nuevo para cubrir las brechas de conocimiento, así como adoptar nuevos enfoques respecto a los datos y las relaciones comerciales.

6. Alinea el entorno físico con el digital. Cuando se añaden o se planean añadir servicios y/o activos digitales a la cartera de productos, se debe procurar que la experiencia de marca sea coherente tanto en el entorno físico como en el digital. Del mismo modo que la experiencia digital debe coincidir con la física, también debe hacerlo en el metaverso.