En un mundo cada vez más digital y disruptivo, el uso de las tecnologías se ha hecho cada vez más imprescindible. A parte de reducir costes, mejorar la eficiencia y aumentar la resiliencia, invertir en la digitalización de las cadenas de suministro puede mitigar riesgos y ayudar a abordar cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés). Sin embargo, como revela la encuesta ‘Digital Supply Chain Survey 2023‘, elaborada por PwC, aún quedan muchos retos por superar, y las empresas pueden hacer más por mejorar sus cadenas de suministro en esta era digital.
Los más de 300 directivos y líderes empresariales que han participado en nuestra encuesta, reconocen los beneficios de digitalizar sus cadenas de suministro y, consecuentemente, han puesto en marcha iniciativas relevantes en este sentido. En comparación con nuestro estudio del año pasado, las empresas han realizado algunos avances, pero todavía son insuficientes. Te los contamos a continuación:
1. Las iniciativas de transformación siguen compitiendo con las prioridades del día a día
Los directivos aseguran que, en los próximos 12 a 18 meses, las principales prioridades en relación con sus cadenas de suministro son aumentar la eficiencia y gestionar y reducir los costes. Mientras que la automatización de procesos, el uso del análisis de datos y el desarrollo de las cuestiones ESG se mantienen en un segundo plano, aunque ganan peso respecto a 2022.
Algo parecido ocurre cuando se les pregunta por los principales obstáculos a los que se enfrentan. Casi la mitad de los encuestados vuelven a señalar a las limitaciones presupuestarias como principal dificultad. Otras, como los problemas para conseguir que los empleados y los equipos trabajen de forma diferente o las dificultades por atraer, desarrollar y retener el talento de los ‘nativos digitales’ para poder transformar la cadena de suministro tienen mucho menor respaldo -31% y 25%, respectivamente-.
2. Las inversiones en tecnología están bien enfocadas, pero los resultados se quedan cortos
El uso de las tecnologías en el funcionamiento de la cadena de suministro es muy variado. La nube encabeza es la más utilizada -el 84% lo hace parcial o totalmente (84%)-, seguida del Internet de las cosas -el 79%-. A continuación se sitúan tecnologías como el escaneado y la captura inteligente de datos y las herramientas de análisis de gastos de terceros y, muy por detrás, los drones, la realidad aumentada o la automatización de procesos robotizados.
Cuando se les pregunta en qué tecnologías tiene previsto invertir en el futuro, las respuestas son similares – la nube, el IoT, las herramientas de análisis de gastos de terceros, etcétera-. Pero cuando se les interroga por los niveles de inversión en los próximos dos años, la inteligencia artificial y el aprendizaje automatizado son los que más atención despiertan entre los directivos: 22% afirma que sus empresas tienen previsto invertir al menos 5 millones de dólares en esas tecnologías.
El desafío consiste en asegurarse de que esas inversiones den sus frutos. Solo el 17% de los directivos señalan que las inversiones en tecnología en la cadena de suministro han dado los resultados esperados. Tres puntos menos que en la encuesta que realizamos en 2022. ¿Por qué? Las razones van desde la falta de tiempo para llevar a cabo la implantación -citada por el 21%-, hasta la falta de definición de la propiedad y de la visión del proyecto, el 4%.
3. La resiliencia y el riesgo están bajo control, pero se podría hacer más
Sólo el 34% de los ejecutivos afirma que aumentar la resiliencia es un objetivo prioritario a la hora de invertir en tecnología en la cadena de suministro. Este porcentaje es inferior a los que piensan en mejorar del servicio al cliente (40%) u obtener una ventaja competitiva (38%). Probablemente, porque los directivos, en general, creen que sus organizaciones ya están mejorando la capacidad de resiliencia de sus cadenas de suministro. De hecho, una mayoría sustancial está de acuerdo, o muy de acuerdo, en que sus inversiones tecnológicas para mejorar la resiliencia en la cadena de suministro han sido eficaces y les han permitido tomar decisiones más rápidas para gestionar las posibles interrupciones.
Los ejecutivos también creen, en términos generales, que sus procesos y sistemas actuales son capaces de gestionar adecuadamente el riesgo en la cadena de suministro, con un 83% de acuerdo, o muy de acuerdo, con esta afirmación. Al mismo tiempo, el 86% coincide, total o parcialmente, en que su empresa debería invertir más en tecnología para identificar, seguir y medir los riesgos.
4. Más oportunidades para integrar la ESG en la cadena de suministro
Las empresas se están viendo presionadas por la regulación, por los inversores y por los clientes para que faciliten más información sobre los aspectos ESG y sobre los retos que suponen para la gestión de la cadena de suministro.
Los ejecutivos reconocen haber hecho mejoras. De hecho, ha disminuido el porcentaje de encuestados que aseguran que mantenerse al tanto de la regulación e identificar los riesgos de los proveedores en materia de sostenibilidad supone un reto. Pero la mayoría sigue considerando que las cuestiones relacionadas con ESG son un gran desafío. Los principales problemas con los que se encuentran retos a la hora de integrar este tipo de acciones en la cadena de suministro son la falta de competencias digitales de los empleados, y la disponibilidad inadecuada de datos y herramientas digitales (73%). Otros aseguran que sus compañías todavía están evaluando los requisitos normativos.