La sostenibilidad es uno de los grandes desafíos del mundo de los negocios. La creciente importancia de los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) obliga a las empresas a reconsiderar sus estrategias. Algo que sucede ahora tras el anuncio de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, de imponer aranceles comerciales y reducir –o eliminar- la ayuda militar a Ucrania, lo que puede debilitar al Viejo Continente. Esta situación ha espoleado a la Comisión Europea que, siguiendo los consejos de los informes del profesor Enrico Letta y del Mario Draghi, ex primer ministro de Italia, ha anunciado un Plan de Acción para el Automóvil Europeo en el que incluye propuestas para poner en marcha puntos de recarga, flexibilidad en las emisiones y el impulso de las cadenas de valor empresariales. Es un plan de choque que pretende agilizar incentivos a la compra de vehículos eléctricos, la creación de una alianza europea para el vehículo conectado y autónomo o favorecer el desarrollo de la conducción sin conductor en el Viejo Continente.
Estas medidas de calado, que deberán discutir ahora los Estados miembros, buscan combinar la sostenibilidad y el impulso a la industria, también con el Plan Industrial Limpio de la UE. Se trata de reforzar la competitividad de la industria europea reduciendo trámites burocráticos, pero sin perder de vista los objetivos de sostenibilidad, innovación y descarbonización que han marcado en los últimos años la política europea.
Para detectar el impacto de estos movimientos en las empresas, cada quince días publicamos El sismógrafo de la sostenibilidad, una serie en la que ofrecemos una compilación de informaciones y análisis relacionados con la sostenibilidad.
SOSTENIBILIDAD
La Comisión Europea reduce la burocracia para fomentar la industria europea ante la competencia mundial
La Unión Europea ha empezado a pensar más en si misma. Tras ser, históricamente, un referente en pensamiento y en investigación, ahora busca serlo en industria y en tecnología, con un enfoque claro en sostenibilidad. Hace 35 años, cuando Jacques Delors creó el mercado común, los estados miembros de la época tomaron la decisión de excluir tres sectores: finanzas, telecomunicaciones y energía. Este planteamiento ha provocado falta de gigantes europeos en estas materias, capaces de competir con los asiáticos o estadounidenses. A su vez, la apuesta por la sostenibilidad ha supuesto la creación de procesos burocráticos; ahora la nueva Comisión Europea busca ganar competitividad agilizando procesos, ordenando legislaciones y elevando las ayudas, sobre todo al coche eléctrico. Los aranceles impuestos por Washington y la competencia subvencionada del vehículo chino, están acelerando los movimientos de Bruselas. Se trata, en definitiva de impulsar la competitividad mundial de la industria automovilística europea.
El Plan de Acción para el Automóvil Europeo incluye propuestas como una flexibilización de la norma de emisiones CAFE (Clean Air for Europe). La presión de la industria del automóvil ha surtido efecto y Bruselas les dará más tiempo para que cumplan con los límites de emisiones medias por cada vehículo que vendan. El cálculo ya no se hará cada año, sino cada tres, como recogió El País. Esta decisión evitará una posible multa de 15.000 millones sobre la industria automovilística ya que no podían cumplir la normativa anterior. La Comisión Europea planteará este cambio en el reglamento de la UE que fija el objetivo de prohibir las ventas de vehículos que emitan CO₂ en 2035.
Esta medida se ha incorporado al Plan que propone distintos incentivos a la compra de vehículos eléctricos que han lanzado los Estados miembro en los últimos años, así como la creación de una alianza europea para el vehículo conectado y autónomo o favorecer el desarrollo de la conducción sin conductor en el Viejo Continente. “El sector está atravesando una transformación estructural de una velocidad y magnitud sin precedentes. El cambio hacia una movilidad limpia se está acelerando. En 2024, uno de cada cinco coches vendidos en todo el mundo ya era eléctrico. Al mismo tiempo, la rápida integración de tecnologías digitales, como la inteligencia artificial, el software, los dispositivos de detección y comunicación, junto con la creciente importancia de los servicios digitales y la conectividad, están revolucionando el sector. Es imperativo que la industria automovilística europea no solo navegue, sino que también dé forma a la transición hacia vehículos de cero emisiones, conectados y cada vez más automatizados”, señala la Comisión en una comunicación al Parlamento Europeo y al Consejo Europeo.
El objetivo es luchar contra un mercado estancado, en el que los consumidores siguen viendo al vehículo eléctrico como un producto caro, que genera inseguridad por su autonomía y con ayudas para la compra que varían de un país a otro (si es que las tienen).
En paralelo, la UE ha lanzado el Clean Industrial Deal (Pacto Industrial Limpio), para impulsar la competitividad y que se complementa con el paquete ómnibus que, entre otras medidas, libera al 80% de las empresas de los informes de sostenibilidad.
La vicepresidenta ejecutiva para la transición limpia, justa y competitiva en la nueva Comisión Europea, Teresa Ribera, afirmó que el bloque comunitario tiene que mantener un equilibrio entre la protección del planeta y el crecimiento económico.
El Pacto Verde Europeo “para crear una Europa más limpia, más saludable y climáticamente neutra”, contiene un ambicioso conjunto de políticas destinadas a descarbonizar la economía; se lanzó en 2019, pero desde entonces ha sido criticado por varias empresas europeas que se quejan de los altos precios de la energía y una sofocante sobrerregulación. El pacto busca abordar simultáneamente la crisis climática, la competitividad y la resiliencia económica. Incluye medidas para asegurar energía asequible, fomentar la economía circular, promover mercados líderes en tecnologías limpias, y movilizar inversiones públicas y privadas, como recogió el diario Expansión.
INVERSIÓN
El dilema de los fondos ESG y las acciones cotizadas de las empresas de Defensa
Tras la decisión de Donald Trump de no apoyar militarmente a Ucrania y anunciar que, en el futuro, Europa se deberá financiar sus sistemas de defensa, las acciones de este sector se han revalorizado en Bolsa. Las compañías de defensa francesas Thales y Dassault Aviation, la italiana Leonardo, la española Indra y la alemana Rheinmetall AG han experimentado fuertes revalorizaciones de dos dígitos.
Las expectativas sobre el gasto de los Gobiernos y de la Unión Europea con una movilización de hasta 800.000 millones, han impulsado las acciones. Los inversores éticos están empezando a abandonar lentamente su recelo hacia el sector: los 1.856 fondos ESG europeos sin exposición al sector que existían a finales de 2023 se habían reducido a 1.614 un año después, según publicó Financial Times y recogió posteriormente Expansión. Y es probable que para el primer trimestre de 2025 ya sean menos.
Los Gobiernos se comprometen a gastar más en defensa, pero también quieren facilitar la participación de los inversores privados. En este sentido, tanto la UE como Reino Unido han señalado que la defensa no es incompatible con las normas sobre sostenibilidad.
De hecho, las carteras de acciones de defensa de los fondos centrados en cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza habían aumentado hasta los 8.000 millones de euros en el último trimestre de 2024, frente a los 2.700 millones del primer trimestre de 2022. Esto se debe en parte al enorme rendimiento del sector. Las acciones del sector aeroespacial y de defensa europeo han multiplicado por más de 2,5 veces su valor desde que Rusia invadió Ucrania en 2022.
Los grandes inversores están reconsiderando su aversión. Ida Wolden Bache, banquera central de Noruega, país que cuenta con un fondo soberano de 1,8 billones de patrimonio, comentó que los responsables de las inversiones de su país deberían darse cuenta de que “lo que se considera éticamente aceptable puede cambiar” en un momento de rearme militar y tensiones crecientes.
La decisión no estará exenta de polémica y es posible que algunos fondos ESG no acepten comprar empresas de defensa, aunque algunas veces pueden estar mezcladas con las aeroespaciales o de aviación. “Al fin y al cabo, pocas cosas definen tanto la sostenibilidad como la paz y la seguridad”, afirma el diario británico.
GESTIÓN
Más del 40% de los altos ejecutivos priorizan los criterios sostenibles en sus decisiones profesionales
Más del 40% de los altos ejecutivos priorizan los criterios sostenibles al postularse a un empleo, muy por delante de sus pares más jóvenes, y muchos ven un papel creciente de la sostenibilidad en la atracción de talento a largo plazo, según una nueva encuesta publicada por Economist Impact.
Para el informe, ‘Transición a la sostenibilidad: perspectivas de los empleados sobre las prácticas en el lugar de trabajo’, la revista encuestó a 630 empleados de empresas pequeñas, medianas, grandes y globales en centros financieros de Londres, Nueva York, Singapur, Sidney y Tokio. Se examinaron sus puntos de vista sobre las tendencias de sostenibilidad en el trabajo, como recogió ESG Today.
El informe encontró una mayor vocación sostenible entre los ejecutivos de alto nivel: el 41% tiene en cuenta la reputación en sosteniblidad de una organización al postularse para un puesto, y más del 43% dijo que aceptaría una reducción salarial por trabajar en una empresa centrada en la sostenibilidad, en comparación con solo el 24% y el 18%, respectivamente, de los empleados junior. Economist Impact sugirió que los jóvenes pueden estar influidos por el aumento del costo de vida y la inseguridad laboral.
Sin embargo, ambos grupos coincidieron en que la sostenibilidad tendrá un papel cada vez mayor en la atracción de talento a largo plazo: el 25% de los senior y el 22% de los junior consideran la atracción de talento como una prioridad en los próximos 3 a 5 años.
Los grupos también difieren en sus percepciones sobre las principales barreras para la sostenibilidad en el lugar de trabajo: el 27% de los ejecutivos veteranos citan las compensaciones comerciales como el principal desafío, mientras que el 47% de los empleados junior señalan la falta de compromiso de los líderes. Los grupos coinciden en las barreras clave: ambos destacan las hojas de ruta de sostenibilidad poco claras y los cambios regulatorios complejos.
BIODIVERSIDAD
Un proyecto pionero restaura con corales los fondos dañados de la costa catalana
Bajo la superficie del océano, en ocasiones se ven zonas degradadas donde antes florecía la vida con arrecifes vibrantes. El impacto humano y el del cambio climático son las causas más frecuentes de este daño. Pero un nuevo proyecto de restauración de corales busca devolver la vida a estos ecosistemas marinos, reconstruyendo poco a poco el hogar de miles de especies, una iniciativa que puede servir de ejemplo para otras zonas dañadas.
Un equipo científico del Institut de Ciències del Mar (CSIC) y de la Universidad de Barcelona, en colaboración con nueve cofradías de pescadores de Girona y Barcelona, han reintroducido más de 3.200 organismos de 30 especies para contrarrestar la degradación y rehabilitar ecosistemas de gran valor ecológico y recuperar las poblaciones de peces, según publicó La Vanguardia.
El proyecto consiste en la recuperación y reimplantación de corales, gorgonias, esponjas y otros organismos propios de los fondos marinos con el ánimo de regenerar hábitats de gran valor ecológico. A lo largo de cuatro campañas oceanográficas efectuadas desde septiembre de 2022 se han rehabilitado unos 500 kilómetros cuadrados.
Para la reimplantación se han elegido 14 zonas frente a la costa, donde la pesca ha sido vedada de forma permanente o rige una restricción temporal. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad. Se estima que más del 90% de los fondos marinos situados entre 50 y 400 metros de profundidad presenta signos de degradación, lo que dificulta la regeneración natural.
Para llevar a cabo esta iniciativa, se aplica un sistema de restauración activa a partir de los trozos de estos animales (corales, gorgonias, esponjas…) que quedan atrapados de forma accidental en las redes de pesca.