El planeta sigue estando lejos de las metas de descarbonización necesarias para frenar el calentamiento global y cumplir con los objetivos climáticos del Acuerdo de París. En PwC analizamos cada año, desde 2009, cual es el ritmo de descarbonización de las principales economías del planeta y, en esta ocasión, las noticias no son buenas. En 2023, sólo se logró una reducción del 1,02% en la intensidad de carbono global, el nivel más bajo desde hace más de una década. Y deberemos alcanzar una tasa de descarbonización media anual del 20,4% de aquí al 2050 para limitar el calentamiento global a 1,5°C respecto a la era preindustrial. Una situación que refleja un estancamiento preocupante en los esfuerzos por desvincular el crecimiento económico de las emisiones de carbono.
El Net Zero Economy Index 2024, señala que el planeta debería descarbonizarse a un ritmo veinte veces más rápido que el año pasado. Para poner estos datos en contexto, desde el año 2000 ninguno de los países que integran las veinte economías más desarrolladas del mundo (G-20) ha logrado una tasa de descarbonización superior al 11,5% en un año. El nivel más alto fue alcanzado por Francia en 2014, con un 11,08%.
En España, las emisiones de CO2 por unidad de PIB se redujeron en 2023 un 7,4% respecto al año anterior. El país se sitúa en 100 tCO2/$mPIB, muy por debajo de la media mundial de 219 tCO2/$mPIB. La intensidad de emisiones en España se encuentra muy alineada con la media de la UE (98 tCO2/$mPIB). Entre los países del G-20, con una intensidad de emisiones mejor que España, se encuentran Francia, Reino Unido e Italia.
Más capacidad renovable… pero los combustibles fósiles siguen dominando
En su 16º edición, el estudio analiza el crecimiento económico y las emisiones de CO2 relacionadas con la energía, comparándolos con los objetivos del Acuerdo de París, y evalúa el progreso de las economías para romper el vínculo entre el crecimiento y el aumento de emisiones de carbono.
- El aumento de la demanda de energía sigue superando el ritmo de adopción de las energías renovables, aumentando el uso de combustibles fósiles. En 2023, la capacidad de las energías renovables alcanzó un récord de 3,870 GW, con un aumento del 14%, mientras que el consumo de combustibles fósiles creció un 1,5% hasta 16,007 GW. Esto elevó el factor fuel global en un 0,07%, reflejando un ligero incremento en la proporción de combustibles fósiles. Los desafíos económicos como la inflación y las tensiones geopolíticas están complicando la transición hacia fuentes de energía más sostenibles.
- Las energías renovables se convertirán en la mayor fuente de electricidad en 2025, pero es probable que el aumento previsto de la demanda energética de las economías emergentes, los esfuerzos de adaptación al clima, la electrificación de los sistemas de transporte, la IA y los centros de datos, incrementen el consumo de energía. Si no se mejora la eficiencia energética y la gestión de la demanda, estos factores podrían perjudicar los avances obtenidos con el aumento de las energías renovables al forzar una dependencia continuada de los combustibles fósiles.
- Reducir la intensidad energética y gestionar más eficazmente la demanda ofrece a las empresas y a los gobiernos la oportunidad de acelerar la acción. Nuestro reciente estudio, realizado en colaboración con el Foro Económico Mundial, revela que la tecnología actual puede permitir al planeta reducir sus necesidades energéticas aproximadamente un 31%, sin reducir la producción económica. Esto podría suponer un ahorro anual de hasta 2 billones de dólares (a los precios actuales de la energía) si se adoptaran medidas a gran escala para finales de esta década.
- La disparidad en las tasas de descarbonización entre los países desarrollados y en desarrollo en 2023 pone de manifiesto la necesidad de un mayor apoyo financiero para garantizar una transición justa. El año pasado, los países del G7 redujeron su intensidad de carbono en un 5,31%, mientras que los del E7 experimentaron un aumento del 0,04%. Las naciones en rápido proceso de industrialización se enfrentan a grandes retos sin los recursos de los países más desarrollados.