Hoy en día, los responsables de sostenibilidad tienen mucho más que hacer que reducir las emisiones. Emma Cox, socia responsable de Sostenibilidad y Cambio Climático de PwC Global, afirma que no pueden hacerlo solos. ¿Te acuerdas de París?

Una vez concluida la COP28 y el Foro de Davos, vuelvo la vista atrás al histórico acuerdo sobre el clima de 2015 con un punto de nostalgia. Los líderes empresariales salieron de la conferencia de París con un sentido del propósito renovado y un enfoque centrado en la descarbonización. Y a juzgar por los resultados de la 27ª Encuesta Anual Mundial de CEOs de PwC, la reducción de emisiones sigue siendo una prioridad para muchos ejecutivos. Cuando se les pregunta por medidas para reducir las emisiones de carbono, como la mejora de la eficiencia energética y la innovación en productos y servicios respetuosos con el clima, la gran mayoría de los 4.702 encuestados aseguran que sus empresas han puesto en marcha este tipo de iniciativas o están en ello.

Pregunta a los CEOs: A continuación, te mostramos una lista de iniciativas relacionadas con el cambio climático ¿Cuál es el nivel de avance de tu empresa en cada una de ellas?lista de iniciativas relacionadas con el cambio climático

Pero si leemos la parte de abajo del gráfico, el panorama se vuelve más confuso. Hay otras tres prioridades cada vez más urgentes -adaptarse al cambio climático, garantizar que la transición energética no deje atrás a ninguno de los grupos de interés de la compañía y gestionar la dependencia y el impacto en la naturaleza-, que no están recibiendo el mismo nivel de atención por parte de los líderes empresariales.

Deberían hacerlo, porque las señales rojas de alerta están ahí. Pensemos que dos tercios de los encuestados en el Informe sobre Riesgos Globales 2024 del Foro Económico Mundial consideran que las condiciones meteorológicas extremas son el riesgo con más probabilidades de provocar una crisis material a escala mundial el año que viene. Y, sin embargo, sólo algo menos de la mitad de los CEOs, afirman estar incorporando el riesgo climático a sus programas de resiliencia o a su planificación financiera, o tomando medidas para proteger sus activos físicos y a su plantilla frente a las catástrofes climáticas. Sólo el 12% de los CEOs afirman estar muy expuestos a las amenazas del clima.

Pensemos, por ejemplo, en las recientes protestas de los agricultores franceses, que afirman estar sufriendo las consecuencias de la normativa medioambiental. El malestar es una muestra de lo que puede ocurrir cuando las medidas climáticas no tienen suficientemente en cuenta los puestos de trabajo y los medios de vida de las personas. Y, sin embargo, la mayoría de los CEOs no han puesto en marcha iniciativas para mejorar o reciclar la cualificación de sus trabajadores de cara a un futuro con cero emisiones netas. Un paso crucial para retener a una mano de obra comprometida es que esté de acuerdo con los duros cambios que requiere la transición energética.

Veo una falta de urgencia similar en torno a los riesgos naturales. Un artículo reciente de PwC cita el hecho de que se estima que el 55% del PIB mundial depende moderada o en gran medida de los ecosistemas naturales. Dado el porcentaje relativamente pequeño de CEOs que invierten en soluciones basadas en la naturaleza, se trata de una dependencia que demasiadas empresas no han reconocido plenamente.

En los años transcurridos desde la firma de los Acuerdos de París, he visto cómo el papel de los responsables de sostenibilidad se ha vuelto más crítico y complicado. Cada empresa es diferente, pero una cosa es cierta para casi todas las compañías: Los directores de sostenibilidad -o Chiefs Sustainability Officers– no pueden actuar solos. Tienen que ir más allá de los compartimentos estancos de la alta dirección y de las unidades de negocio, más allá de los muros de la empresa e incluso más allá de los límites del sector, con el fin de llevar toda la gama de acciones climáticas al centro de la estrategia y a la planificación empresarial. Este grado de colaboración sin precedentes se basa en algunos principios e imperativos fundamentales:

  • Las acciones relevantes exigen una financiación relevante. Adaptación, mejora de las capacidades, gestión de los riesgos naturales: estas cuestiones no están recibiendo la inversión necesaria. Con su experiencia en asignación de recursos, gasto de capital a largo plazo y fusiones y adquisiciones, los directores financieros pueden ser un poderoso aliado para integrar estas acciones en el ADN financiero y estratégico de una empresa. Un informe reciente del grupo bancario Standard Chartered, por ejemplo, destaca el asombroso coste futuro de no invertir en adaptarse al clima en mercados emergentes como China, India y Pakistán.
  • Mapea las dependencias / relaciones ocultas. Las empresas han mejorado a la hora de determinar y medir sus emisiones de Alcance 3. Los directores de sostenibilidad con visión de futuro están aplicando esa visión completa de la cadena de valor para adaptarse a los riesgos naturales y a las necesidades de los trabajadores y de otros grupos de interés. Una cosa es construir una barrera para proteger una fábrica situada en una zona cada vez más propensa a las inundaciones, pero eso no solucionará el problema de los túneles de tren inundados que impedirán a los empleados llegar al trabajo. ¿En qué punto de su cadena de valor es vulnerable? ¿Dónde se está dando por sentado un recurso, como el agua abundante y gratuita de un acuífero que puede agotarse con el tiempo?
  • Coge la fruta al alcance de la mano. Un informe publicado en enero de 2024 por PwC, en colaboración con el Foro Económico Mundial, muestra que muchas medidas para reducir la demanda energética son sorprendentemente factibles, asequibles e incluso rentables. Busca soluciones infrautilizadas como éstas. Y busca los beneficios colaterales: algunas acciones de descarbonización, por ejemplo, pueden tener ventajas para la adaptación a los riesgos naturales. En un reciente artículo contábamos el ejemplo de una empresa constructora que utiliza materiales de construcción respetuosos con el medio ambiente que también protegen las estructuras contra condiciones meteorológicas extremas.
  • Haz de la información y el reporting un motor de impulso. Algunos marcos regulatorios, como la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa y el reciente Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera Relacionada con la Naturaleza, establecen objetivos de información sobre el impacto social, la biodiversidad y otros factores que los directores de sostenibilidad deben de tener cada vez más en cuenta. Esas iniciativas pueden servir de hoja de ruta a los responsables de sostenibilidad en su trabajo con los directivos de sus compañías para integrar las prioridades desatendidas en la estrategia empresarial.

La buena noticia es que veo signos alentadores de que las empresas, los sectores y los gobiernos están ampliando su visión sobre la acción climática. Los nuevos productos de seguros que protegen contra los eventos climáticos extremos, las nuevas inversiones de capital privado en empresas que desarrollan tecnologías centradas en la resiliencia climática, el plan “30 by 30” de la conferencia sobre biodiversidad de Montreal de 2023 (un compromiso para designar el 30% de la tierra y el agua del planeta como zonas protegidas para 2030) son herramientas potenciales para ayudar a las organizaciones de la sociedad civil a crear el tipo de colaboraciones eficaces que harán realidad acciones de gran relevancia.