El ‘establishment’ financiero no sabe qué pensar del bitcoin, la criptomoneda cuyo valor ha subido un 600% solo este año. Bitcoin es un sistema cifrado global de pagos electrónicos en el que los precios se almacenan en un libro de cuentas electrónico y público llamado blockchain.
Blockchain y otras tecnologías asociadas prometen —y en parte, ya lo han hecho— revolucionar el entorno de las transacciones, como explicaron con acierto en Strategy+Business John Plansky, Tim O´Donnell y Kimberly Richards a principios del 2016.
Muchas de las entidades que se dedican al movimiento de capitales alrededor del mundo han mirado con malos ojos al bitcoin. Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase, lo calificó de “fraude” en septiembre, mientras que Larry Fink, CEO de BlackRock dijo que su ascenso solo muestra “cuánta demanda hay de lavado de dinero en el mundo”.
En cambio, otros players están adoptando un enfoque más cercano. Por ejemplo, a principios de octubre supimos que Goldman Sachs estaba explorando la posibilidad de comercializar con bitcoin. Y a finales de ese mismo mes, el operador del mayor mercado de futuros del mundo, CME Group, le daba un voto de confianza al anunciar el lanzamiento de futuros de bitcoin.
¿Son los futuros de bitcoin otra apuesta exótica o estamos ante un intento real de una de las compañías más importantes en EE.UU?
CME planea ofrecer futuros de bitcoin en el cuarto trimestre del año “ante el creciente interés de los clientes por los mercados de las monedas digitales”. Los futuros son instrumentos financieros que permiten a los inversores y a las empresas protegerse contra subidas o caídas futuras del precio de activos como el petróleo, las tipos de interés o una moneda. CME es conocido, sobre todo, por sus futuros de tasas de interés.
Pero el grupo CME ha hecho incursiones en el pasado a productos más cercanos al esoterismo –campo en el que, por cierto, muchos incluirían a bitcoin-, que al mundo financiero. En 2006, por ejemplo, lanzó futuros sobre la probabilidad de que nevara en ciertas ubicaciones -por ejemplo, aeropuertos-, como una forma de ayudar a las empresas del sector turístico y a las autoridades locales a preparase para el invierno, según dijo en su momento.
Entonces, ¿son los futuros de bitcoin otra apuesta exótica o estamos ante un intento real de una de las compañías más importantes en EEUU?
Esta criptomoneda ha sido muy volátil a lo largo de su corta vida. Pero, incluso aunque CME no ofreciera estos futuros, ya hay señales que indican que los operadores se la están empezando a tomar tan en serio como cualquier otro activo. Según la Commodity Futures Trading Comission (CFTC) -el regulador estadounidense de futuros— Bitcoin es la moneda virtual convertible más grande por capitalización, con un valor cercano a los 72.000 millones de dólares en agosto de 2017.
De hecho, en 2015, la CFTC calificó como “commodity” al bitcoin y a otras monedas virtuales. En la misma línea, otros reguladores alrededor del mundo le han dado su sello de aprobación, aunque existe la sospecha de que ha sido, más que nada, para poder regularla. (El tratamiento fiscal y regulatorio del bitcoin y de otras criptomonedas está en desarrollo y quedan abiertas preguntas importantes sobre cuál debe ser su reflejo en el balance de una compañía y sobre cómo deberían tributar las pérdidas y los beneficios).